EEUU achaca el incendio de la batería de un Boeing 787 a un fallo de diseño

  • La Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (NTSB, por su sigla en inglés) atribuyó hoy el incendio de la batería de un avión Boeing 787 en 2013 a un fallo en el diseño del aparato, por lo que culpó a Boeing del error y a las autoridades por no haberlo detectado.

San Francisco (EE.UU.), 1 dic.- La Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (NTSB, por su sigla en inglés) atribuyó hoy el incendio de la batería de un avión Boeing 787 en 2013 a un fallo en el diseño del aparato, por lo que culpó a Boeing del error y a las autoridades por no haberlo detectado.

Según un informe de la NTSB publicado hoy, un cortocircuito en una de las ocho células que conforman las baterías de los 787 fue el que sobrecalentó la batería, se extendió al resto de células y prendió fuego al aparato el 7 de enero de 2013.

El avión afectado, de la aerolínea nipona Japan Airlines, se encontraba en ese momento detenido y sin pasajeros en el aeropuerto de Boston (Massachusetts), por lo que no hubo que lamentar ningún herido, pero este incidente junto a otro similar producido durante esas fechas llevaron a las autoridades aéreas de todo el mundo a suspender los vuelos de los Boeing 787 durante tres meses.

El informe de la NTSB determinó que Boeing falló al no anticiparse durante el diseño y el período de pruebas de la batería a la posibilidad de que se produjese un incidente de este tipo, y culpó a la Administración Federal de Aviación (FAA) de no haber detectado esta debilidad.

Tanto Boeing como la FAA habían certificado que el sobrecalentamiento de una de las células de la batería no podía extenderse a las otras, algo que sí ocurrió en ese caso.

El informe de la NTSB también aportó dieciséis nuevas recomendaciones para que tanto los fabricantes aeronáuticos como la FAA refuercen sus controles e incrementen los requisitos a la hora de certificar la seguridad de las baterías de iones de litio de los aeroplanos.

Nueve días después del incendio de la batería del Boeing 787 en el aeropuerto de Boston, otro avión del mismo modelo de la aerolínea japonesa All Nipon Airways tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en Japón al detectar que la batería de iones de litio humeaba.

Ambos incidentes llevaron a la FAA y al resto de autoridades de aviación del mundo a retirar de la circulación durante tres meses los Boeing 787, mientras el fabricante estadounidense rediseñaba las baterías, a las que incorporó capas aislantes entre las células, una caja de acero para contener cualquier cortocircuito y mejoró el sistema de ventilación.

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