China y la Unión Europea han unido fuerzas para rechazar la guerra comercial y han escenificado, durante la vigésima cumbre de líderes de Pekín y Bruselas, su apuesta conjunta para optar por una reforma pactada de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que evite un caos en el sistema político y económico internacional. Horas después, el país asiático ha presentado ante la OMC una nueva denuncia formal contra Estados Unidos en relación a su anuncio de aranceles adicionales por valor de 200.000 millones de dólares y, posteriormente, ha recibido la respuesta de EEUU, que ha denunciado a la UE, China, México, Canadá y Turquía ante el organismo internacional.
La vigésima cumbre de líderes de Pekín y Bruselas ha mostrado, más allá de las habituales diferencias sobre inversiones y acceso a mercados, el objetivo común de buscar soluciones negociadas frente a la imposición unilateral de aranceles del presidente estadounidense, Donald Trump. El presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, ha definido el punto de vista europeo con un llamamiento a Trump y al presidente ruso, Vladímir Putin, reunidos hoy en Helsinki, para que no promuevan guerras, ni comerciales ni bélicas, y en su lugar acepten el retorno a un orden internacional pactado.
En esta línea, la UE y China han acordado lanzar un grupo de trabajo común para discutir una reforma de la OMC, y Tusk ha pedido a Trump y Putin que se sumen a esta iniciativa para lanzar un proceso conjunto, porque "aún es posible prevenir el conflicto y el caos".
Tras la cumbre China-UE, el Ministerio de Comercio chino ha informado en un comunicado que ha presentado ante la OMC una nueva denuncia formal contra Estados Unidos en relación a su anuncio de imponer aranceles adicionales por valor de 200.000 millones de dólares. Y, horas después del anuncio del Ministerio chino, Estados Unidos ha comunicado que ha hecho lo propio tanto contra China como contra la Unión Europea, México, Canadá y Turquía.
Estas quejas han sido presentadas de manera independiente y formal ante el organismo mundial por considerar que las medidas arancelarias de esas cinco economías son "ilegales", a diferencia de los gravámenes impuestos por la Casa Blanca, que responden a una cuestión de "seguridad nacional", ha asegurado en un comunicado el Departamento de Comercio. "Las acciones tomadas por Trump están plenamente legitimadas y justificadas dentro de la legislación estadounidense y de las normas de comercio internacional", sostiene el responsable de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, citado en la nota.
Por parte de China, no es la primera vez que presenta ante el organismo una queja formal: ya lo hizo el pasado 6 de julio tras la entrada en vigor de los aranceles del 25 % a bienes importados chinos por valor de 34.000 millones de dólares. En abril, Pekín también presentó otra, después de que la administración de Donald Trump anunciara aranceles del 25% y del 10%, respectivamente, a determinados productos de acero y de aluminio procedentes del gigante asiático. El pasado 10 de julio EEUU anunció nuevos aranceles por valor de 200.000 millones de dólares, con un alcance muy superior a los gravámenes que ya han entrado en vigor por 34.000 millones a las importaciones chinas, por lo que Pekín anunció contramedidas, sin detallar cuáles.
Trump ha elevado la tensión con países y regiones considerados socios de EEUU, como la propia UE, Canadá y México, especialmente en materia comercial. En este sentido, el Gobierno estadounidense decidió poner fin en junio a la exención a los aranceles al acero y al aluminio procedentes de la UE, Canadá y México, un movimiento que fue respondido con medidas similares por parte de los distintos gobiernos.
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