El 8% de los universitarios españoles sufre miedo irracional a no llevar encima el móvil


El 8% de los estudiantes universitarios españoles sufre nomofobia (abreviatura de la expresión inglesa "no-mobile-phone phobia"), un miedo irracional a no llevar el teléfono móvil encima derivado de un uso patológico de este aparato.
Además, los jóvenes adictos a los teléfonos móviles se aburren más a la hora de realizar actividades de ocio, son más extrovertidos y buscan más sensaciones nuevas que los que no lo son, si bien presentan una autoestima más baja que éstos.
Así lo manifestó la experta en adicciones y directora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada (UGR), Francisca López Torrecillas, quien destacó que, a pesar de que algunos autores señalan a la nomofobia como una de las últimas enfermedades provocadas por las nuevas tecnologías, ésta es sólo un síntoma más de la adicción al móvil.
Según López Torrecillas, la adicción al móvil se traduce en una mayor frecuencia en el uso de éste en el envío y recepción de e-mail, SMS y MMS (además de otros programas como Whatsapp), la consulta permanente de noticias y el "mantenimiento" o revisión del teléfono a la hora de dormir.
Según informó la Universidad de Granada, la investigadora destaca que los adictos al móvil suelen presentar algunas características de personalidad comunes, como una baja autoestima, problemas con la aceptación del propio cuerpo y déficit en habilidades sociales y en resolución de conflictos.
La nomofobia se manifiesta en síntomas como ansiedad, malestar general, enfado o inquietud, negación, ocultación y/o minimización del problema, sentimiento de culpa y disminución de la autoestima.
La experta afirmó que, en la actualidad, muchos estudiantes universitarios dependen de sus teléfonos móviles "para obtener información o encontrar el apoyo de sus familias, que en ocasiones están lejos de ellos".
"El teléfono móvil se convierte en una especie de cordón umbilical entre los estudiantes universitarios y sus familias, especialmente entre los estudiantes y sus madres", dijo López Torrecillas.
La profesora de la UGR destacó que los jóvenes que presentan nomofobia "necesitan estar físicamente junto a su teléfono móvil y declaran, incluso, que no pueden salir de casa sin el teléfono móvil y que, si lo pierden o se les rompe, se sienten frustrados, enojados y aislados".
La investigadora resaltó que, a la hora de diagnosticar este trastorno, se debe tener en cuenta la historia clínica de los universitarios, ya que el haber sufrido trastornos afectivos, ansiedad y abuso de sustancias influye en la presencia de la nomofobia.

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