El beneficio de las empresas españolas sufre un desplome histórico del 57,2%

    • Una tercera parte del tejido empresarial doméstico sobrevive sin obtener rentabilidad alguna de su actividad.
    • Los ajustes de plantilla apenas alcanzan para compensar la caída de la actividad y el alza de la factura por la deuda.

Bruno Pérez

El beneficio de las empresas españolas se desplomó un 57,2% entre enero y septiembre de este año respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, según los datos publicados hoy por el Banco de España.

Se trata de una caída sin precedentes desde que en 1995 el supervisor bancario comenzara a ofrecer información trimestral sobre los resultados agregados de las empresas no financieras españolas.

Habría que irse al año 1993 para encontrar un dato más negativo, si bien éste se midió con una metodología diferente a la utilizada en la Central de Balances Trimestral.

La situación es más negativa por cuanto en 2011 las empresas no financieras ya vieron como su excedente se recortaba un 33%. En realidad, el beneficio de las empresas no ha dejado de deteriorarse desde mediados del año 2010, hace ya dos años.

A septiembre de 2012, los datos del Banco de España indican que una de cada tres empresas españolas sobrevive pese a no ser rentables económicamente y dos de cada tres presentan un margen de rentabilidad inferior al 5%. Dramático.

¿Qué circunstancias explican este deterioro? La más evidente es la caída de la actividad económica. El valor añadido generado por la actividad del tejido empresarial español descendió un 3,7% en los tres primeros trimestres del año, y lo hizo pese al decidido esfuerzo de las compañías por internacionalizar su actividad. Un esfuerzo que se ha traducido en que una tercera parte de ese valor se ha generado ya fuera de nuestras fronteras.

También ha influído el encarecimiento de la financiación. El grado de presión financiera sobre las empresas no se ha atenuado. Sí, los datos indican que el volumen global de deuda del tejido empresarial se ha reducido e incluso que ha disminuído más en las que presentan un mayor nivel de endeudamiento (hasta un 20%), pero ello no ha impedido que los gastos financieros se les hayan incrementado por encima del 10% y que el peso de este factor en sus balances se haya incrementado.

Lo que muestran los gráficos del Banco de España es una convergencia velocísima entre la curva de la rentabilidad de las empresas y la de costes financieros, de modo que el colchón que queda en medio, el beneficio neto, cada vez es más estrecho.

Y esto tiene sus consecuencias, claro. La más demoledora es que las empresas necesitan continuar ajustando sus costes para garantizar su viabilidad económica y ello se traduce, básicamente, en supresión de puestos de trabajo y, en segundo lugar, en ajustes en los salarios, es decir, en menor poder de compra para los trabajadores.

Pero también lleva a que las empresas pospongan sus decisiones de inversión. Con unos beneficios exiguos, con la necesidad imperiosa de reducir sus niveles de endeudamiento y sin grandes incentivos para crecer por la atonía del mercado nacional, las empresas han dejado de invertir.

¿Cuánto podría durar esto? "Es difícil de prever", señala el responsable del Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, "pero la experiencia histórica demuestra que los procesos de ajuste de sobreendeudamiento no se hacen en unos años, son muy largo y muy difíciles".

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