El Brexit se alarga: la UE fuerza a Reino Unido a quedarse hasta al 31 de octubre

  • En una reunión extraordinaria, el Consejo Europeo ha vuelto a dar otra oportunidad a May para que halle la forma de que su Parlamento apruebe el pacto
La primera ministra británica, Theresa May, ofrece una rueda de prensa tras una cumbre especial de la UE sobre el Brexit, este jueves en el Consejo Europeo, en Bruselas (Bélgica). Líderes de la UE se reunieron para una cumbre de emergencia en Bruselas par
La primera ministra británica, Theresa May, ofrece una rueda de prensa tras una cumbre especial de la UE sobre el Brexit, este jueves en el Consejo Europeo, en Bruselas (Bélgica). Líderes de la UE se reunieron para una cumbre de emergencia en Bruselas par
EFE

Más Brexit para todos. En una reunión extraordinaria, el Conejo Europeo ha vuelto a dar otra oportunidad a Reino Unido para que encuentre la forma de que su Parlamento apruebe un acuerdo de salida con las mejores. Eso sí, esta vez la prórroga será bastante más larga, de seis meses, hasta el 31 de octubre.

Reino Unido se ve forzado a enfrentarse a los fantasmas que le acechaban mientras los días pasaban: tendrá que celebrar elecciones europeas del 23 al 26 de mayo, como un miembro más de la Unión Europea. Eso sí, si logra un respaldo del acuerdo antes del 23 de mayo, no tendrá que presentar a sus candidatos y su salida será efectiva. La fecha del 31 de octubre, aunque simbólica -al día siguiente acaba el mandato de la Comisión Europea- no es definitiva.

El Consejo se ha guardado seis posibles días para que Reino Unido salga con un acuerdo. El texto aprobado reza que si la Cámara de los Comunes de Londres logra dar el visto bueno al acuerdo con Bruselas, el 'divorcio' se hará efectivo el primer día del siguiente mes. Es decir, que si, por ejemplo, Londres aprueba el pacto el 9 de junio, el 1 de julio sería efectiva la salida.

El presidente del Consejo, Donald Tusk, ha pedido a Reino Unido y May en la rueda de prensa posterior a la reunión que "no malgaste el tiempo" que Europa ha vuelto a concederle. El dirigente polaco no quiere que el Consejo se vuelva a encontrar en la tesitura de debatir a altas horas de la madrugada y contra un reloj que actúa como una espada de Damocles. Así, Europa ha recordado a Londres que le debe "lealtad".

Por segunda vez, 27 dirigentes europeos de países que hablan 25 idiomas distintos han logrado algo de lo que los parlamentarios británicos parecen incapaces: una posición común. Eso sí, alcanzar esa postura unánime esta vez ha costado más. Diez horas han pasado hasta que los 27 se pusieran de acuerdo y que May aceptase sus propuestas.

Los países nórdicos, Alemania, Holanda y Portugal eran los más favorables a la prórroga flexible hasta finales de año propuesta por Tusk. Enfrentada a esta postura, y prácticamente sola, se encontraba Francia. El líder francés, Emmanuel Macron, es el que más duro se ha mostrado con Reino Unido. No veía factible una prórroga larga, ni tampoco una corta.

Macron exigía garantías, condiciones 'sine qua non' y compromisos reales de los británicos para asegurarse de que dar otra prórroga no significaría dañar el correcto funcionamiento de las instituciones europeas. Razones veraces para no tener que verse abocados a otra reunión extraordinaria, que cuestan medio millón de euros, que acabe de madrugada y que no sirva para nada.

Las preocupaciones de Macron se centraban en cómo iba a actuar dentro de la Eurocámara en los próximos meses. Afirmar que afectará poco o nada no sería cierto, pero sí lo es afirmar que tampoco podría llevar a cabo acciones irreparables. 

Tanto Tusk como y Jean-Claude Juncker han repetido en varias ocasiones que en las decisiones que tome el Reino Unido de ahora en adelante debe tener "lealtad" a Europa. En el texto aprobado se exige a Reino Unido que actúe de manera "constructiva" y "responsable" para facilitar el normal funcionamiento de las instituciones.

La 'premier' llegó este miércoles a Bruselas repitiendo por activa y por pasiva que ella quería salir el 30 de junio y que haría lo posible por lograr su cometido. De primeras esquivó las preguntas de los periodistas previas a la reunión con los miembros del Consejo, insistiendo en un discurso aprendido frente al espejo que se puede resumir en: "Abandonar la UE cuanto antes".

Pero la realidad, que han tenido que decirle los líderes europeos, es que salir el 30 de junio es imposible. La primera ministra británica intentó convencer al Consejo Europeo de que era capaz de sacar adelante las 586 páginas del acuerdo de retirada. May ha usado como pretexto la débil afirmación de que las negociaciones con los laboristas iban por buen camino y que se veía con más posibilidades que antes.

Los miembros del Consejo Europeo no han dado mucha veracidad a las palabras de May. En la última ocasión en la que le concedieron una corta extensión, acabaron de madrugada, 'quemados' y, a las dos semanas todo quedó en agua de borrajas.

Primero fue una prórroga corta, de apenas un mes, y condicionada a un respaldo del Parlamento británico. Un respaldo parlamentario que, lejos de alcanzarse, dividió aún más al Parlamento, al Gobierno, al partido conservador y, por si fuera poco, al país entero.

El tercer intento de May de presentar el acuerdo de divorcio en el Parlamento de Londres, aunque fue el que más apoyos logró, se quedó lejos de lograr el visto bueno. Estuvo seguido por un segundo intento de la Cámara de los Comunes de tomar el control del Brexit. Pero la propia Cámara se negó en rotundo. Propón, que me opongo.

A esto le sucedió una tímida cascada de dimisiones del Parlamento y del gabinete de May. No fue tan llamativa como la de junio o noviembre pasados, pero sí tuvo cierto revuelo. De cualquiera de la formas, el Brexit ha provocado más de una treintena de dimisiones en las filas británicas.

Ahora, con un plazo mucho más amplio, May se enfrenta de nuevo a un Parlamento de Westminster mucho menos condescendiente que el Consejo Europeo y al que tendrá que convencer de que el acuerdo conjunto con los socialistas de Jeremy Corbyn es la única manera de sacar a Reino Unido de una "forma ordenada", como bien recuerda la 'premier' cada vez que se le pregunta.

Mostrar comentarios