El buen tiempo (y no la crisis) hace caer un 10% las ventas de la temporada textil de otoño

  • Las temperaturas veraniegas han hecho caer un 10% las ventas de la temporada textil de otoño invierno en España respecto al año pasado. Desde 2007 hasta ahora, el sector ha visto descender los ingresos un 24%, hasta los 4.500 millones de euros.
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Marcos Sierra Clemares

El otoño no acaba de llegar y lastra las ventas del textil español en la temporada de otoño. Si se compara la cifra de facturación del año pasado, el sector se deja ya un 10%, según el Consejo Intertextil.

Pero la cifra es mucho peor si se compara con lo que ha sucedido desde el inicio de la crisis en 2004. El descenso en los ingresos es de un 24% desde entonces, unos 4.500 millones de euros, según Acotex, la Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos.

El presidente del Consejo Intertextil, Ángel Asensio, asegura que el buen tiempo, y no la crisis, es el culpable del bajón en las ventas de la ropa de la temporada de otoño este año. "Si no hubiera habido crisis, las cuentas serían las mismas. El mayor culpable del descenso en la facturación se debe al buen tiempo. El sol lleva mucho tiempo presente en todo el territorio nacional", manifiesta.

Para colmo de males, la temporada veraniega tampoco ha funcionado como debería. "Ha sido un verano atípico, sobre todo en la mitad norte de España. No ha habido temperaturas demasiado altas y la lluvia ha hecho acto de presencia en muchos puntos, por lo que no ha habido una gran necesidad de comprar ropa estival", dice Asensio.

La temporada de otoño e invierno arranca en agosto y se alarga hasta el 31 de diciembre. Pese a que todavía quedan algo menos de dos meses y medio para el final del periodo, el presidente del Consejo Intertextil no se muestra demasiado optimista. "Confiamos en que llegue el frío y en que estas navidades la gente se dé una alegría, para compensar en alguna medida el dato", reconoce Asensio.

Los grandes del textil español, en ventaja frente a los pequeños

La estructura de un pequeño comercio es menos competitiva en aspectos capitales del negocio. Mientras las grandes empresas pueden ajustar más los precios, debido a su poder de negociación frente a los proveedores, las tiendas pequeñas no tienen apenas margen para competir en precio.

Además, "los gigantes de la industria pueden ofrecer facilidades de pago al cliente, algo muy atractivo e interesante sobre todo en los tiempos de crisis que vivimos", subraya Asensio.

El presidente de la patronal alerta también del problema de que el cliente se decante por prendas más económicas y de menor calidad. "La crisis ha provocado que muchas personas prefieran adquirir productos más económicos. Al final esas prendas tienen mucha menor calidad y en poco tiempo deben ser sustituidas por otras, con lo que se produce un mayor gasto. Por no hablar de los puestos de trabajo que se destruyen", asegura.

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