El Bundesbank, en contra de que el sector privado participe en los rescates

Berlín, 13 jul.- El presidente del banco central alemán (Bundesbank), Jens Weidmann, es contrario a que el sector privado participe en las ayudas a Grecia, tal y como proponen Bruselas y Berlín, avanzó hoy el semanario alemán "Die Zeit".

En una entrevista que difundirá mañana íntegramente esta publicación, Weidmann califica de "problemática" la propuesta de Bruselas y Berlín para que bancos y aseguradoras realicen una aportación significativa al segundo rescate griego, aunque matiza que no se opone a ella por principios.

No obstante, "en la actual situación", la implicación del sector privado en las ayudas a los países con problemas "conlleva más riesgos que oportunidades", asegura Weidmann.

Esta opción, argumentó, azuzaría el "riesgo de contagio" entre los miembros de la eurozona más afectados por la crisis de la deuda algo que "resultaría en una carga a los contribuyentes".

El presidente del Bundesbank apunta que Europa debería prepararse para una potencial suspensión de pagos helena y un hipotético "efecto dominó" ulterior.

Asimismo, indica que la situación en Italia es radicalmente distinta, ya que Roma "puede solucionar sus problemas con sus propios recursos" ya que la tercera mayor economía de la eurozona cuenta con una fuerte industria y un potente sector exterior.

Sin embargo, Weidmann recalca en su entrevista que Roma necesita un "programa de ahorro consecuente" con su delicada situación financiera.

Además, el presidente del Bundesbank, que accedió a su cargo hace sólo tres meses desde la Cancillería, desaconseja que el fondo europeo de rescate (FEEF) compre deuda estatal, porque tendría un "alto coste" a la vez que "poca utilidad" y "peligrosos efectos secundarios".

Asimismo, Weidmann considera perjudicial bajar los intereses a los que presta el fondo de rescate a los países que precisen ayudas en el futuro.

Por último, el presidente del Bundesbank justifica en su entrevista la actuación de las "tres grandes" agencias de calificación de riesgo, pese a las fuertes críticas que han recibido en las últimas semanas por parte europea, señalando que sus calificaciones "reflejan problemas reales".