El caso Arnault enciende el debate sobre la fiscalidad a los ricos en Bélgica

  • La solicitud del empresario francés Bernard Arnault para obtener la nacionalidad belga justo cuando París ha decidido aumentar la presión fiscal sobre las grandes fortunas ha reabierto en Bélgica el debate sobre los impuestos que pagan los más ricos en el país.

Bruselas, 11 sep.- La solicitud del empresario francés Bernard Arnault para obtener la nacionalidad belga justo cuando París ha decidido aumentar la presión fiscal sobre las grandes fortunas ha reabierto en Bélgica el debate sobre los impuestos que pagan los más ricos en el país.

"Bélgica, paraíso de los rentistas", titula hoy en su sección económica el diario "Le Soir", en una información en la que detalla las ventajas que los grandes propietarios encuentran en Bélgica frente a países de su entorno como Francia u Holanda.

Esa situación contrasta con la elevada presión fiscal que soportan las clases medias belgas.

"Desde el punto de vista fiscal, Bélgica es un infierno para los que trabajan, asalariados o independientes. Mientras tanto, para aquellos que viven de las rentas de su patrimonio, es un paraíso, en especial en comparación con Francia", explica al periódico el director de estructuración patrimonial banco Degroof, Olivier Van Belleghem.

Bélgica no tiene ni un impuesto especial sobre las grandes fortunas, ni una tasa sobre las plusvalías y su impuesto de sucesiones es también más benévolo que, por ejemplo, en Francia.

El caso Arnault ocupa la mayor parte de los editoriales de los diarios nacionales, mientras aún se especula con el verdadero motivo detrás de su solicitud de nacionalidad.

El empresario, dueño del grupo líder mundial del lujo LVMH y hombre más rico de Europa, ha asegurado que seguirá siendo residente fiscal francés, a pesar de tener registrado un domicilio en un barrio de Bruselas desde el pasado año.

Según ha denunciado en un comunicado el Partido del Trabajo (PTB), formación belga de izquierda, LVMH se habría beneficiado ya del sistema belga para ahorrar 188 millones de euros en los últimos años al establecer su centro financiero en el país.

Varios analistas han asegurado que detrás de la solicitud de nacionalidad belga de Arnault podría estar la intención de trasladar su residencia a Mónaco, algo que no pueden hacer las fortunas francesas.

El caso, según el diario "De Morgen", dividiría además al Gobierno belga, formado por una amplia coalición en la que conviven entre otros socialistas y liberales, con posturas muy diferenciadas en este ámbito.

Mostrar comentarios