El cementerio nuclear creará hasta 500 puestos de trabajo con una inversión de 700 millones de euros

  • El 60% de la mano de obra que se necesitará en la construcción de todaslas instalaciones previstas para el Almacenamiento TemporalCentralizado de residuos nucleares será del entorno local de suemplazamiento definitivo. Por ahora, al menos doce municipios pujan por esteimpulso para su pueblo.
Creu Ibáñez

Gráfico: Cómo funcionará el cementerio nuclear o Almacén Centralizado de Residuos Nucleares

La construcción de estas instalaciones generará puestos de trabajos. En concreto, según el estudio elaborado por el proyecto aprobado en el BOE publicado el pasado 29 de diciembre, se requerirán unos 300 trabajadores diarios durante los cinco años de la primera fase de construcción, con algún pico que puede llegar hasta los 500 empleados.

Así, se estima que alrededor del 60% de la mano de obra necesaria para la construcción puede provenir del propio entorno local, porcentaje que puede aumentar en la fase de operación.

En este sentido, se calcula que las necesidades de materiales y de servicios del proyecto constituirán “un importante estímulo” para la actividad empresarial del entorno en todos los sectores productivos.

Para poder llevar a cabo todo esto se ha previsto una inversión total unos 700 millones de euros, a los que hay que sumar otros seis millones de euros anuales que la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), entregará para el municipio en el que se instale el almacén, así como para las localidades colindantes dentro del área nuclear, con cargo al fondo para la financiación de las actividades del Plan General de Residuos Radiactivos.

De esta cantidad, un 40% (unos 2,4 millones) la recibirá el municipio que alberga el almacén y el 60 por ciento restantes (3,6 millones de euros) para el resto de municipios del entorno, es decir, aquellos que se encuentren en el área nuclear que comprende doce kilómetros a la redonda de la ubicación final del ATC.

Requisitos para albergar el cementerio

La instalación de este almacén no demanda unas características específicas del terreno en el que se ubique, ya que su diseño concreto podrá adaptar a las singularidades del emplazamiento, aunque se seguirán las exigencias del Estudio de Seguridad y de la Evaluación de Impacto Ambiental de la instalación.

Entre los requisitos que debe cumplir el futuro emplazamiento del almacén, destacan los relacionados con la correspondiente Declaración de Impacto Ambiental, previa a la autorización de las obras de construcción.

Así, hay que tener en cuenta las condiciones del entorno del emplazamiento, desde los riesgos de terremotos, fallas activas o volcanes hasta la posibilidad de sucesos meteorológicos extremos (como tornados, huracanes, grandes inundaciones), sin olvidar la probabilidad de accidentes catastróficos inducidos por el hombre (ya sea en medios de transportes o en áreas industriales por la posibilidad de explosión química, por ejemplo)

Otros criterios, que se tendrán en cuenta a la hora de elegir entre los candidatos el emplazamiento definitivo de este cementerio nuclear, son los relacionados con la viabilidad socioeconómica de la instalación. Por ello, se descartan lugares próximos a zonas de interés estratégico en explotación y se exige que el transporte sea por vía terrestre, ya sea ferrocarril o carretera.

Por otra parte, también hay que tener en cuenta la exclusión de aquellos territorios protegidos por su interés patrimonial, así como los espacios naturales y las áreas de valor cultural e histórico.

Características de la instalación

El almacén será una instalación de características industriales (ocupará unas 13 hectáreas), según las características recogidas en el proyecto aprobado en el BOE del pasado 29 de diciembre, que está concebida para el almacenamiento en seco, durante un periodo de 60 años, tanto para el combustible gastado como para residuos vitrificados de alta actividad.

Para ello, utilizará la tecnología de bóvedas y la de naves de hormigón para almacenar el resto de residuos acondicionados. Se trata de una estructura integral de aproximadamente 283 metros de largo, 78 metros de ancho y 26 metros de alto. Los conductos de salida de aire de los edificios de almacenamiento alcanzarán una altura de 45 metros respecto al nivel del suelo.

Diversos países de nuestro entorno cuentan con instalaciones similares, entre ellos, el BOE destaca La Hague y Marcoule (Francia), Sellafield (Reino Unido), Paks (Hungría), Fort St Vrain (Estados Unidos) o Habog (Holanda), cuyas características se aproximan en gran medida a las del proyecto español.

Además, este proyecto, por el que hasta ocho municipios españoles están pujando, complementa estas instalaciones de almacenamiento con un centro tecnológico que tendrá la función de investigación y desarrollo en torno a la gestión de estos residuos, así como la investigación de las tecnologías de protección medioambiental, incluyendo las infraestructuras necesarias para el asentamiento de empresas.

El centro tecnológico tiene como principal objetivo asegurar la disponibilidad de las tecnologías y conocimientos necesarios para la gestión final del combustible gastado y los residuos de alta actividad.

Así, se desarrollarán programas específicos para los que se contará con una serie de servicios básicos, como laboratorios de combustible, de química avanzada, o de radioactividad y medioambiente, entre otros. El centro tecnológico ocupará una superficie de unas 7 hectáreas.

Fases de construcción

En el BOE se recoge que el proyecto se desarrolle en tres fases. Así, la etapa principal inicial, que se prolongará cinco años, consistirá en la preparación del terreno y en la posterior construcción de los edificios generales, entre ellos un primer edificio de almacenamiento (cuatro bóvedas), así como se levantará el centro tecnológico.

En la segunda etapa se construirá el segundo edificio de almacenamiento (otras cuatro bóvedas), adyacente al primero, y estará disponible seis años después del inicio de la explotación de la instalación.

En la última fase se realizará la construcción del tercer edificio de almacenamiento (otras cuatro bóvedas), adyacentes al segundo, y que estará disponible 14 años después del inicio de la explotación de la instalación.

El Cabril, tiene el almacén de residuos bajos y medios

Este almacén, según la resolución del BOE publicada el pasado 29 de diciembre, es necesario porque las centrales nucleares españolas, según la previsión actual, generarán unas 6.700 toneladas de combustible gastado.

Así, se destaca que los residuos radiactivos de alta actividad no podrán ser almacenados El Cabril (Córdoba), preparado para albergar restos de baja y media actividad. Además, los combustibles que se albergaban hasta ahora en Francia se traerán de vuelta al finalizar el contrato con este país.

Por ello, el Gobierno considera que el almacenamiento de estos residuos en una solución centralizada, atendiendo a las consideraciones estratégicas, técnicas, económicas y de seguridad, es la mejor opción según opinión mayoritaria de los componentes de la mesa de diálogo sobre la evolución de la energía nuclear.

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