La huelga general del independentismo no logra paralizar la economía catalana

Marxes per la Llibertat
Marxes per la Llibertat
EFE

La 'huelga de país' convocada por sectores independentistas en rechazo a la sentencia del procés no ha alcanzado sus expectativas. Con el precedente de 2017, cuando una protesta similar sí tuvo efectos a considerar sobre la economía catalana, en esta ocasión no se han alcanzado los objetivos que se marcaron sus promotores. De hecho, el propio Govern de la Generalitat ha cifrado el seguimiento de este paro patronal en alrededor del 43%. A lo que hay que sumar el análisis de organizaciones de empresarios como Foment, que asegura que los paros no han supuesto un gran contratiempo para diversos sectores. Aunque sí hay que tener en cuenta al grupo que sí se ha podido ver más afectado y que en muchas ocasiones se queda fuera de los recuentos: el pequeño comerciante. Y que la situación fue mucho más incontrolable durante la tarde del viernes por los disturbios en distintos puntos de Barcelona.

Además de las cifras de seguimiento de los paros, el dato más relevante para medir la magnitud de las consecuencias de una movilización de este tipo es el del consumo eléctrico. Según Red Eléctrica, en Cataluña se ha registrado un descenso del mismo del 4,3% con respecto a la demanda prevista para este viernes. El organismo ha puntualizado que el pico más bajo se ha producido entre las 11.13 horas, cuando el consumo descendió un 5%. Pero estas caídas no se acercan a las producidas el 3 de octubre de 2017, cuando la huelga se produjo dos días después del referéndum ilegal del 1 de octubre. Entonces, el dato alcanzó casi el 11%, según los datos que facilitó el Gobierno.

De la industria al transporte

En sectores industriales la afección ha estado en torno al 30%, según los datos facilitados por las agrupaciones de empresas. La patronal Pimec ha señalado que hasta un 30% de sus asociados ha cerrado este viernes, a lo que hay que sumar un 68% de trabajadores que no han ido a trabajar por hacer huelga o tras pactar con la empresa. En Cecot, más alineada con las tesis independentistas pero que no ha respaldado la movilización, señalan que el 32% de sus firmas no han abierto y que otro 30% de empleados no han acudido a su puesto.

Desde Foment, que también se basa en datos de sus propias empresas, se asegura que los paros no han tenido un gran efecto, salvo el de haber provocado retrasos en la hora de entrada de los trabajadores. Algo motivado por los numerosos cortes de carreteras que se han producido durante este viernes, ya fuesen provocados por las 'Marxes per la Llibertat' o por los boicots de los CDR. En total, más de una docena de vías han permanecido paralizadas por una razón u otra, entre las que destacaban la AP-7 o la N-145. 

Por esta misma razón, el sector del transporte apunta a ser uno de los más afectados. La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha denunciado que cada día de protestas de este tipo supone que el sector pierda hasta 25 millones de euros. Lo que, según señala esta patronal, provoca que numerosas empresas no puedan hacer frente a las consecuencias de las mismas. En el ámbito público, no se han registrado incidencias y los servicios mínimos decretados en metro o autobuses se han cumplido. Donde sí ha habido más problemas es en Rodalies, al registrarse retrasos en varias líneas por las protestas. 

Los Puertos catalanes ya empezaron a notar desde este jueves los efectos de las movilizaciones, aunque no exclusivamente por los cierres de empresas. Varios cruceros, como los de TUI, han modificado su recorrido e incluso han decidido atracar en muelles como el de Valencia o el de Ibiza. Durante el viernes, los enfrentamientos entre las Fuerzas de Seguridad y manifestantes independentistas que pertenecían a sectores como el de los estibadores sí han generado más problemas. El sector de la estiba ya anunció que pretendía paralizar la actividad en el puerto, lo que ha motivado los disturbios y las cargas policiales.

El pequeño comercio, el más afectado

En el ámbito del comercio hay sensibles diferencias entre la afección de la gran distribución y los pequeños comerciantes. En el primer caso apenas se han producido incidencias, ya que Foment asegura que las grandes superficies han abierto sin problemas y se mantendrían así hasta que se garantice la seguridad. Una postura que también ha compartido el sector de la restauración. Lo único llamativo es que algunos empleados de El Corte Inglés o Inditex no han acudido a trabajar.

Otras cadenas como Mercadona han sufrido la irrupción de piquetes en sus establecimientos, sin que los problemas no hayan ido más allá. La anécdota más llamativa se ha dado en el ámbito de los supermercados, ya que la cadena Bon Preu ha decidido cerrar todos sus centros e incluso han dado un permiso retribuido a los trabajadores.

El día no ha sido tan normal para el pequeño comercio. La convocatoria de huelga ha dividido a los dueños de las tiendas, ya que las patronales cifran entre un 40% y un 50% el número de las que han decidido no levantar la persiana este viernes. Un porcentaje que aumenta según el territorio catalán afectado, ya que la Generalitat lo eleva a entre un 60% y un 80%.

En Barcelona, el Consell de Gremis asegura que la mitad de los comerciantes ha decidido no abrir. Uno de los grandes ejemplos en este caso es el mercado de La Boquería, ubicado en el corazón de La Rambla. El lugar ha amanecido con más de la mitad de sus paradas cerradas, y los que han abierto señalan que sus compañeros que se han quedado en casa lo han hecho "por miedo".

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