El Congreso revienta los PGE de Sánchez: anunciará si hay elecciones el viernes

  • La Cámara Baja rechaza por 191 votos (con PP, Cs y los independentistas catalanes) las cuentas del PSOE para este ejercicio. 
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el presidente Sánchez
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el presidente Sánchez
EFE

En una semana con inflación de jornadas históricas, el Congreso de los Diputados acaba de vivir una repetición. Histórica, sí, pero no nueva: por segunda vez en democracia, la Cámara Baja ha rechazado el proyecto de Presupuestos Generales del Estado que había presentado el Gobierno y ni siquiera ha aceptado su tramitación. La primera vez que hubo un varapalo de esta envergadura se produjo en octubre de 1995, con Felipe González en el poder y preámbulo de un adelanto electoral que supuso el aterrizaje de José María Aznar meses después. 

El presidente, ya derrotado, ha vuelto a La Moncloa para continuar con sus tareas de Gobierno. Ahora todas las miradas están puestas en si adelantará las elecciones y cuándo se celebrarán. Fuentes del Gobierno afirman que "el viernes se celebrará el Consejo de Ministros" y que "la decisión del presidente se dará a conocer al término de la reunión".

Técnicamente, los diputados han apoyado este mediodía las enmiendas a la totalidad presentadas (hasta seis distintas pero en una votación conjunta), y eso supone que las cuentas vuelven a Moncloa, continúan en vigor las de 2018 ya prorrogadas (y aprobadas por el Ejecutivo del Partido Popular) y, sobre todo, se despeja el camino para el adelanto de las elecciones generales. El proyecto de "justicia social", "crecimiento sostenible", "recuperación de derechos cercenados por la crisis" y toda la adjetivación que ha acompañado al equipo de Pedro Sánchez en las últimas semanas se vienen abajo. Al final, no hubo respaldo parlamentario a unas cifras que se fueron quedando solas con el paso de los días: primero, cuando los expertos del Banco de España, la Airef o incluso la Comisión Europea manifestaron sus dudas sobre la viabilidad de los ingresos o el impacto de las medidas de gasto. Después, con el mazazo de la negativa de los independentistas de aceptar aunque fuera la tramitación. Y en medio, con las dudas de los propios socios prioritarios, los de Unidos Podemos, respecto a cuestiones como la vivienda o el paquete laboral. 

¿El resultado de la votación? 191 votos a favor de tumbar los Presupuestos de PP, Ciudadanos, independentistas catalanes y otras fuerzas minoritarias (con algún verso suelto de En Marea) frente a los 156 en contra de Partido Socialista, Unidos Podemos y PNV más una sola abstención. Lo esperado, en suma, desde que la semana pasada volaron por los aires las negociaciones entre Gobierno y Generalitat cuando se encendieron las luces sobre el alcance de lo que pretendían negociar los soberanistas (el derecho de autodeterminación como gran trinchera en la que no aceptó meterse el Gobierno).

Resignación. Es la palabra que ha dominado toda la mañana un debate lastrado por la falta de expectativas. A primera hora, los distintos portavoces de Unidos Podemos (Alberto Garzón, de IU, o Joan Mena de Comú, pero nadie de la propia Podemos) se afanaron en lamentar lo que no será posible y en reivindicar lo que habían conseguido. Con cierta crítica de fondo porque no eran suficientes, pero insistiendo a los soberanistas del riesgo que se viene encima con "las derechas".

Algo consiguió levantar el ánimo durante unos minutos el portavoz del PNV, Aitor Esteban, con su retranca vasca e ironizando sobre los cambios de opinión de Pablo Casado y Albert Rivera. Ha atacado tanto a los partidos de la oposición que, por momentos, ha recibido más aplausos de la bancada socialista que la propia ministra en todo el debate precedente. Desde luego, animó más el ataque del nacionalista vasco que la repetición de críticas a la derecha (con referencias a la memoria histórica o la profanación de las tumbas de Pablo Iglesias y La Pasionaría incluidas) desgranadas por la portavoz socialista, Adriana Lastra.

Por su parte, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha agradecido el apoyo ofrecido desde el acuerdo presupuestario y, en un tono bastante más sombrío que en la primera jornada de debate, solo ha destacado lo que también ha puesto de su parte el Gobierno en esta negociación. "Hasta el último minuto", ha llegado a repetir una y otra vez la responsable de los números como una invocación hacia una rectificación imposible. 

El antecedente a lo ocurrido este miércoles tuvo lugar en octubre de 1995, cuando el Pleno de la Cámara Baja apoyó con 183 votos las enmiendas a la totalidad al proyecto de Presupuestos de 1996, frente a 158 votos en contra y 1 abstención. Entonces, el proyecto solo recabó el apoyo de los diputados socialistas. A la vez, votaron a favor de las enmiendas de totalidad los que en años anteriores habían sido socios parlamentarios del Ejecutivo socialista en la aprobación de los Presupuestos de 1994 y 1995, Convergència i Unió y PNV. Otra vez, el voto decisivo viajó desde Cataluña a Madrid. 

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