Madrid.- El coste de la electricidad que servirá para calcular la tarifa de último recurso (TUR), que pagan hogares y pymes y se actualizará el 1 de octubre, se ha encarecido entre un 5,48 y un 4,99%, según los datos de la última subasta publicados hoy por el Operador del Mercado Ibérico de la Energía (OMEL).
La subasta ha arrojado un precio para el producto de carga base de 46,94 euros por megavatio hora (MWh), el 5,48% más, mientras que el producto de carga punta se ha encarecido un 4,99%, hasta los 53 euros por MWh.
El coste de la energía que se suministrará entre octubre y diciembre servirá para calcular la TUR, en la que también influyen los impuestos y los peajes de acceso, que retribuyen conceptos regulados como las primas a las renovables, la distribución o el transporte. El Gobierno ha decidido mantener congelados los peajes en los precios que entraron en vigor en julio.
Desde julio de 2009, la TUR -a la que tiene derecho clientes con potencias inferiores o iguales a los 10 kilovatios- es la única tarifa que fija el Gobierno y a ella tienen derecho 22,8 millones de hogares y pymes, mientras que el resto de los usuarios debe contratar su suministro en el mercado libre.
Fuentes del sector consultadas por Efe calculan que, en función de los resultados de la subasta, la tarifa de la luz subirá en octubre por encima del 2% -el coste de la energía pesa en torno a un 45% el cálculo de la TUR-.
Tras intervenir en el Pleno del Congreso, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, rehusó hoy adelantar cuánto aumentará la tarifa eléctrica en octubre porque dijo que aún no había recibido los datos oficiales de OMEL.
No obstante, insistió en que el incremento de las subastas será traslado al precio final de luz, en tanto que los peajes "no subirán".
El ministro aseguró que, legalmente, el Gobierno podría haber modificado los peajes y explicó que el no hacerlo obedece a una "decisión política", ya que el Ejecutivo sigue en diálogo con otras formaciones en torno a la revisión de todos los costes que soporta el sistema eléctrico.
En la subasta se negociaron, para cada una de las horas del cuarto trimestre del año, 4.000 megavatios (MW) de carga base y 392 MW de carga punta.
La energía fue adjudicada a 30 vendedores y adquirida por las cinco empresas comercializadoras de la tarifa de último recurso, tal y como establece la normativa del sector.
La subasta se desarrolló por medios telemáticos mediante el sistema informático de subastas de OMEL.
Se utilizó un procedimiento de "subasta de reloj descendente" en el que, partiendo de unos precios iniciales (diferentes en cada producto), se procedió a una reducción progresiva de los mismos en sucesivas rondas hasta llegar al equilibrio entre oferta y demanda en cada producto.
Antes del verano, el Ejecutivo modificó la normativa que regula estas subastas, denominadas Cesur, que hasta entonces se celebraban por semestres, con el fin de reducir las primas de riesgo asociadas a los contratos de venta de energía a futuro.
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