El empleo en la automoción, amenazado: pierde 45.000 trabajadores en dos años

El superávit comercial del automóvil aumenta un 20% hasta julio y roza los 5.000 millones
El superávit comercial del automóvil aumenta un 20% hasta julio y roza los 5.000 millones

El sector de la automoción es mucho más que las fábricas y las empresas proveedoras adyacentes, hasta el punto de que en nuestro país genera unos dos millones de puestos de trabajo. Son las estimaciones que manejan los sindicatos, que advierten de las dificultades que atraviesa el conjunto del sector y cifran en unos 45.000 empleos eventuales el impacto de las turbulencias en estos dos últimos años. Empleos que suponen hasta un 65% de caída en la eventualidad (el que genera un mayor índice de flexibilidad a las empresas), y empleo que no se han recuperado.

Las sensaciones en las plantillas son agridulces. Por un lado es cierto que las grandes compañías, sobre todo los fabricantes, están "aguantando" sus niveles de empleo gracias a la adopción de medidas de flexibilidad y los acuerdos de convenios colectivos que se han ido acordando en los diferentes centros de producción.

Pero por otro lado está el reto de la industria auxiliar, los distribuidores y los reparadores, que llevan años de inestabilidad producida por las variaciones en la demanda de vehículos, los nuevos canales, competidores y avances tecnológicos. Así, señalan que la industria auxiliar está bastante expuesta a la evolución de los mercados internacionales, donde exporta y factura más de la mitad de su actividad.

También advierten del reto al que se enfrentan los distribuidores y los talleres, ahora que el automóvil se está tecnificando exponencialmente, su grado de digitalización y electrificación es cada vez mayor, y disponer de los equipamientos necesarios para dar servicio a esta nueva demanda será cada vez más caro e incluso inaccesible para todos los servicios de reparación que no sean grandes talleres. "Los pequeños talleres de barrio tendrán que asociarse e invertir juntos", o su supervivencia se verá amenazada en los próximos años.

Posición privilegiada

España es uno de los principales países productores de automóviles del mundo, el segundo en el ámbito europeo, da empleo al 9% de la población activa y genera el 10% del PIB, según datos de su propia patronal (Anfac). Es un sector fundamental para la economía española, y muy avanzado hasta el punto de que, tal como reconocen los sindicatos "parte de una posición privilegiada" para entrar a competir en la fabricación de vehículos eléctricos, hacia donde parece que poco a poco tiende el mercado y la industria.

La paz social relativa de las fábricas y las inversiones que se están realizando están posibilitando una adaptación progresiva que no ha hecho más que empezar. De hecho, los fabricantes ya están enfocando su estrategia a medio y largo plazo en asumir los cambios que se están dando en la industria, hacia el vehículo eléctrico, conectado, autónomo y compartido, según palabras del aún vicepresidente de Anfac, Mario Armero.

Sin embargo, tanto patronal como sindicatos ponen sobre la mesa el papel fundamental que juegan las administraciones en este nuevo reto industrial. Así, fuentes sindicales señalan que aunque el sector esté preparado, "hace falta la parte política, que dé una estabilidad necesaria" para adaptarse a las nuevas tendencias del mercado y de la sociedad.

Batería de medidas

Los representantes de los trabajadores del sector de automoción están planteando al Gobierno una batería medidas, sobre todo de carácter fiscal, que "potenciarían y consolidarían la industria automovilística no solo en España, sino en Europa". En este contexto se plantean medidas de ámbito laboral como el contrato relevo extensivo a todo el sector automovilístico, la jornada laboral de 32 horas semanales (las últimas 8 horas hasta completar las 40 se destinarían a formación) y la jubilación a los 60 años con coeficientes correctores para aquellos puestos afectados por ritmos de trabajo y rotación de turnos.

También se proponen medidas encaminadas a la igualdad en todos los centros del trabajo, ayudas a empresas que inviertan en I+D+i, impuestos a los robots, regulación de la temporalidad y rotación laboral, y la reposición del subsidio de desempleo de los trabajadores que lo hayan utilizado y que luego se encuentren en un ERE.

Además incluye propuestas de planes estratégicos en el ámbito energético (para equiparar costes en toda Europa), un plan medioambiental uniforme entre CCAA y planes de ayuda al achatarramiento de vehículos viejos y la adquisición de nuevos más eficientes. Por último también, en el ámbito de infraestructuras, se propone un plan de electrificación de la red viaria (dada la escasez actual de puntos de recarga de vehículos eléctricos).

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