El enoturismo "hace su agosto" con la vendimia y busca al público "urbanita"

  • El turismo enológico clásico, entendido como el ocio en torno a las zonas vitivinícolas rurales y a la cultura del vino, vive su momento álgido con la vendimia, pero llega a las ciudades con una oferta para los "urbanitas" que sigue creciendo con nuevas tendencias y espacios de diseño.

Lucía Ruiz Simón

Madrid, 15 sep.- El turismo enológico clásico, entendido como el ocio en torno a las zonas vitivinícolas rurales y a la cultura del vino, vive su momento álgido con la vendimia, pero llega a las ciudades con una oferta para los "urbanitas" que sigue creciendo con nuevas tendencias y espacios de diseño.

El presidente de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin), Diego Ortega, precisa a Efe que la vendimia es una de las épocas del año con más afluencia de enoturistas y que, según los datos del pasado año, 400.000 personas visitaron algunas de las rutas del vino durante los meses de septiembre y octubre.

El turismo enológico, señala, "se sigue consolidando" e incluso en un año de crisis económica como el pasado aumentó el número de visitas un 6 %, especialmente por la vuelta al destinado nacional de quienes han perdido poder adquisitivo para salir al extranjero.

Por su parte, el enoturismo urbano, con charlas, ponencias, catas y otras actividades relacionadas con el vino en las grandes ciudades viven, según Ortega, "un importante auge" y está detrás de muchas de las futuras visitas a las rutas del vino.

El presidente de la Asociación Española de Enoturismo y Turismo Gastronómico, José Antonio Cruz, estima el incremento de viajeros interesados por el vino en esta época del año en un 40 %, ya que es cuando se puede contemplar la recogida y la elaboración inicial del vino e incluso probar algunos mostos.

La oferta es variada y muchas empresas, como la cacereña "Barrunta Sentidos", abren las puertas de sus viñedos al público y les permite vivir la vendimia, y cosechar y pisar la uva.

Las grandes ciudades como Madrid y Barcelona son los principales puntos de origen de este tipo de turistas, un público que también busca estas actividades sin "salir de casa".

El fenómeno disfruta, según Cruz, de un "buen momento", con una oferta cada vez más diferenciada como rutas por tabernas centenarias o tertulias en torno al vino con centenares de participantes, que se celebran en Pamplona, Madrid, Bilbao y Barcelona, entre otras.

Hay instituciones como la Fundación para la Cultura del Vino que también organizan iniciativas como la "El vino en el Prado", un recorrido por diferentes obras de la colección permanente del museo relacionadas con el vino, como "La vendimia", de Goya, o "Los borrachos", de Velázquez.

Hace poco más de dos meses, por ejemplo, ha recalado en Madrid "Señorita Malauva", el tercer negocio del proyecto del emprendedor vallisoletano Gustavo Calvo, que busca popularizar la cultura del vino en las ciudades y acercarla al público joven.

Este "maridaje boutique" combina un diseño colorista y alejado de la imagen tradicional de las bodegas con catas, juegos y actividades que reúnen a centenares de aficionados en cada sesión.

Un ejemplo, fuera de España, sería -en pleno centro de París- un nuevo concepto de vinoteca, el "Wine by one", un espacio con centenares de botellas que se pueden degustar a modo de Self-Service en dosificadores que se accionan con una tarjeta de pre-pago, una forma de incentivar la posterior compra en la tienda.

Para la coordinadora del "Máster de Cultura del Vino, enoturismo en la cuenca del Duero", María Luisa González, estas propuestas urbanas salen de la definición de enoturismo porque, les falta el componente del territorio y de la viña.

Aún así, a González el desarrollo de estas actividades "no le parecen mal, ni un punto negativo", ya que "todo lo que implique un acercamiento al mundo del vino y que la gente sienta curiosidad por esta cultura, puede ser una estrategia más".

La Universidad de Burgos fue la primera que el pasado año comenzó a impartir estudios concretos sobre el fenómeno del enoturismo, con un perfil de alumnado muy multidisciplinar y con aspectos vinícolas, legislativos, históricos o patrimoniales.

González recuerda que visitas a bodegas se han llevado a cabo casi "desde siempre" en lugares como Jerez, aunque la explotación de este recurso como tal comenzó a finales del pasado siglo y tuvo un gran crecimiento en los últimos años.

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