La Paz, 21 ago.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, promulgó hoy la Ley de Servicios Financieros que permite al Estado regular las tasas de interés y proteger a los prestatarios frente a los bancos con una Defensoría del Consumidor Financiero, en un país donde operan entidades que tienen matriz en Argentina y Brasil.
Morales firmó la norma en un acto en el Palacio de Gobierno, al que asistieron los directivos de la Asociación Nacional de Bancos Privados (Asoban), que hicieron notar que, aunque no han alcanzado un consenso pleno con el Ejecutivo sobre la medida, sí lograron muchos acuerdos.
El mandatario dijo que en el pasado hubo bancos que prácticamente "asaltaban" a la gente, pero en los últimos tiempos ha aumentado la confianza de los bolivianos en esas entidades por lo que se debe garantizar que no sean "usureros" con sus créditos.
La normativa, que reemplaza a la Ley de Bancos de 1993, permite al Estado fijar las tasas de interés pasivas y las activas para los créditos de vivienda y para la producción y establece la regulación estatal de todos los contratos de las personas con los bancos.
También asigna a la reguladora Autoridad del Sistema Financiero (ASFI) la creación de la defensoría citada y la obligación de los bancos de premiar con mejores condiciones de crédito a los buenos clientes, aquellos que pagan sus préstamos puntualmente.
La norma fija la extinción de las deudas con la subasta judicial de un inmueble hipotecado, cuyo propietario no pueda pagar, aún cuando el monto recuperado fuera menor al crédito y además señala que no se podrá afectar bienes adicionales del prestatario.
La ley permite también que los campesinos e indígenas que quieran créditos presenten a partir de ahora "garantías no convencionales", como su ganado en pie, maquinaria agrícola, contratos de exportación y títulos de propiedad sobre sus terrenos.
Además, crea el "Consejo de Estabilidad Financiera" como un órgano que velará por la estabilidad de los bancos de Bolivia, para evitar que se produzcan quiebras como las sufridas en la década de los años 90.
El ministro boliviano de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, afirmó que con la nueva normativa se garantiza "el equilibrio que debe haber entre quien ofrece los servicios y quien los consume" y se reemplaza a la ley de 1993 que sobre todo cuidaba los intereses de los bancos, pero olvidaba los derechos de los clientes.
A su turno, el presidente de Asoban, Kurt Koenigsfest, dijo que el Gobierno cumplió su compromiso de hacerles participar en la revisión de la norma, "proceso en el cual se logró no una ley de total consenso, pero sí muchos acuerdos importantes".
Agregó que los bancos están a la espera de conocer el reglamento con el que la ley entrará en plena vigencia porque abordará "aspectos sensibles" y también pidió evaluar una "razonable y equitativa" carga tributaria para las entidades financieras.
En el sistema financiero boliviano operan trece bancos, entre ellos el estatal Banco Unión y los extranjeros Banco de la Nación Argentina y el Banco do Brasil.
El sistema tiene una red de 2.800 puntos de atención para más de cuatro millones de personas que tiene su dinero en los bancos y canaliza a la vez créditos para alrededor de 850.000 prestatarios.
Los préstamos llegan a 9.000 millones de dólares, los depósitos del público suman casi 12.000 millones de dólares y un 98 % de los créditos se encuentran pagados de acuerdo a cronograma, por lo que la morosidad es de un 2 %, la más baja de la historia del país.
Desde el año 2007, los bancos bolivianos han tenido ganancias anuales superiores a los cien millones de dólares y en 2012 llegaron a la cifra de 186 millones de dólares.
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