El Eurogrupo tampoco cede y presiona a Italia para que cambie sus presupuestos

  • El ministro transalpino defiende sus cuentas y desprecia la advertencia: dice que su interlocutor es la Comisión y que lo tratará con ella. 
El ministro de Economía italiano, a su llegada al Eurogrupo.
El ministro de Economía italiano, a su llegada al Eurogrupo.
EFE

Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona han instado a última hora de la noche del lunes a Italia a que coopere con la Comisión Europea (CE) y remita un presupuesto revisado para 2019 que cumpla con las normas comunitarias, tal y como ha pedido el Ejecutivo comunitario. "Esperamos que Italia y la CE entablen un diálogo abierto y constructivo y que Italia coopere estrechamente con la Comisión en la preparación de un plan presupuestario revisado que esté en línea con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento", dijeron en un comunicado emitido al término de una reunión centrada en las cuentas del país transalpino.

Los ministros afirmaron que están de acuerdo con la evaluación hecha por la CE, que en una decisión sin precedentes dio a Italia de plazo hasta el 13 de noviembre para enviarle un borrador presupuestario para 2019 revisado tras constatar que el remitido por el Gobierno de Roma incumple claramente el ajuste exigido por Bruselas. Subrayaron, además, que para mantener un crecimiento económico "duradero y sostenible" y para el buen funcionamiento de la eurozona es "requisito previo" que los países tengan unas finanzas públicas sólidas y que estas se coordinen en el marco del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

En este sentido, incidieron en que la reducción de la deuda pública y el cumplimiento de los objetivos presupuestarios es "parte integral" de estas normas. "Esperamos que Italia sea capaz de garantizar que el borrador de presupuesto cumple con las normas europeas. Es importante porque compartimos una moneda única (...) y para la estabilidad de toda la eurozona", dijo el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, en una rueda de prensa tras la reunión.

Centeno confió en que el diálogo desemboque en una respuesta italiana que permita "tranquilizar" a los socios europeos y los mercados financieros. Por su parte, el ministro italiano de Economía, Giovanni Tria, dijo a la salida de la reunión que el proyecto presupuestario no cambia por ahora puesto que aún están "discutiendo" con la Comisión Europea, que es su interlocutor en esta fase del proceso y con quien deben encontrar un compromiso, no con el Eurogrupo.

Tria defendió que su borrador presupuestario prevé un descenso de la deuda pública de cuatro puntos porcentuales en tres años y que la prima de riesgo italiana bajará cuando la estrategia del Gobierno italiano "sea mejor entendida". Bruselas exige a Italia un ajuste estructural del 0,6% del PIB mientras que el plan actual del Gobierno contempla una expansión cercana al 0,9% que llevaría el déficit al 2,4% del PIB en un país con una deuda superior al 131% del PIB.

Este significativo desvío, defendido por el Gobierno italiano como "necesario", podría llevar a la Comisión a abrir un procedimiento a Italia por su elevada deuda, que podría acabar incluso en sanciones, si el Ejecutivo formado por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas y la ultraderechista Liga no cambia las cuentas. Sin embargo, tanto los ministros como la Comisión Europea evitaron hablar de sanciones y pusieron el acento en la necesidad de dialogo entre Bruselas y Roma.

En este sentido, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, instó a ir "paso a paso" en el proceso. El mismo prevé que Roma envíe también antes del 13 de noviembre a Bruselas una relación de los factores que, a su juicio, serían relevantes para justificar el desvío presupuestario y que servirá de base para decidir si se abre el citado procedimiento. "No hay un espíritu de castigo ni de sanciones", insistió Moscovici.

En otro orden de cosas, el presidente del Eurogrupo convocó una reunión extraordinaria de este foro para el próximo 19 de noviembre con el fin de avanzar en las negociaciones para la reforma del euro y cumplir con el plazo que se fijaron los Diecinueve para tener decisiones en la cumbre de diciembre. Los ministros debatieron sobre los nuevos poderes del Mecanismo Europeo de Estabilidad (el fondo de rescate europeo) y el cortafuegos del Fondo Único de Resolución, un instrumento que se utilizaría como último recurso para costear resoluciones de grandes bancos europeos, así como sobre la posibilidad de crear el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos. Sobre este último punto, el más complejo de la reforma, tanto Centeno como Moscovici reconocieron que hoy no se lograron progresos.

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