El exconsejero español del BCE ve riesgos para Europa si Draghi no se decide a actuar

    • José Manuel González Páramo recalca que no hay ningún obstáculo legal para que el BCE ponga en marcha un programa de compra de activos para estimular la economía.
    • "El BCE adopta sus decisiones con total autonomía pero a veces no está de más recordarle que su mandato principal es controlar el nivel de inflación".
El ex miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) José Manuel González-Páramo.
El ex miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) José Manuel González-Páramo.

"Sabemos muy bien lo que hay qué hacer cuando la inflación es elevada, pero tenemos tan claro cómo actuar cuando se cae en una deflación, ahí está el caso de Japón".

El último español que ha formado parte del Comité Ejecutivo del BCE, José Manuel González Páramo, ilustró el pasado martes de esta forma, en el transcurso de una conferencia celebrada en la Escuela de Negocios IESE, los riesgos a los que a su juicio se expone Europa si el banco central con sede en Frankfurt no actúa de manera decidida para elevar la inflación en la Eurozona.

González Páramo admitió que en el contexto actual el peligro de que la Eurozona caiga en una deflación es todavía muy reducido, de en torno a un 7,5% según los modelos elaborados por el BBVA Research.

Sin embargo, recordó que si algo ha caracterizado la situación de las economías del euro en los últimos meses ha sido la extraordinaria facilidad con que son presa de las turbulencias que suceden en cualquier lugar del planeta.

"Un escenario de restricción monetaria, vuelta a la recesión y caída de las expectativas sobre las economías del euro dispararía ese riesgo muy rápidamente", advierte el consejero de BBVA y profesor de IESE."Draghi debe actuar"

Y si ese escenario se diera probablemente sería ya demasiado tarde para hacer algo. Por eso, González Páramo entiende que el BCE debe ser responsable con su mandato principal, la vigilancia de los niveles de inflación, y adoptar medidas lo más rápidamente posible para acercar el nivel de inflación al nivel óptimo de 2% y, de paso, animar la aún anémica reactivación económica europea.

¿Qué clase de medidas? Pues de alguna manera las que ya vienen apuntando expertos, observadores y operadores de mercado, en cualquier caso las que sean para inyectar liquidez en el sistema y que los bancos puedan empezar a conceder crédito a la economía real con más facilidad.

En su opinión, el BCE no sólo debería activar lo antes posible un programa de compras de activos que permita incrementar la cantidad de euros en los balances de los bancos sino que debería suspender las operaciones semanales de esterilización para incrementar los euros en circulación y "crear un contexto real de tipos de interés bajos a largo plazo"

Los tipos de interés en la Eurozona ya están más bajos de lo que han estado nunca antes, un 0,25%, pero se entiende que a estas alturas una nueva rebaja de tipos sería irrelevante a efectos de reanimar la actividad económica, por ello muchos expertos, entre ellos González Páramo, piden otro tipo de medidas no convencionales y presuntamente más efectivas.

"Ya sabemos que el BCE adopta sus decisiones con total autonomía, pero de vez en cuando no está de más recordarle que su principal mandato es controlar los niveles de inflación y que es éste el que debe determinar su política". Palabra de exconsejero.

El pasado mes de febrero la inflación de la eurozona se situó en el 0,8% -una décima por encima de su nivel de enero- y la Comisión Europea ha revisado a la baja su expectativa de inflación para este año del 1,5% al 1%.

Según los analistas, ese pequeño repunte de una décima en febrero será suficiente para demorar cualquier medida de expansión monetaria a la próxima reunión de abril, pero la presión internacional para que el BCE actúe aumenta.

El último en pedir a la entidad con sede en Frankfurt una inyección de dinero ha sido el FMI.No hay obstáculos legales a la compra de activos

El BCE ha demostrado ser hasta la fecha el banco central más reticente a meter más dinero en la economía para reanimar la actividad económica.

Una actitud que no se puede explicar sin mirar hacia Alemania y sin comprender su pánico casi genético a que la inflación se descontrole.

Cuando el BCE comprendió que la situación desesperada de determinados países de la Eurozona, entre los que estaba España, no se podría resolver si no era comprando sus bonos soberanos, despreciados por el resto del mercado, Alemania se sacó de la manga el concepto de la esterilización.

Esto no es otra cosa que obligar al BCE a sacar de la circulación una cantidad de euros equivalente a la que gaste en compras de activos o, de otro modo, impedir que la acción proactiva del BCE se traduzca en tener más euros por ahí pululando.

Alemania no se limitó a imponer restricciones sino que incluso sometió a su Tribunal Constitucional la legalidad o no de que el BCE haga este tipo de cosas.

Para González Páramo no hay caso. "No existe ningún obstáculo legal que impida al BCE comprar activos de deuda pública de los países de la eurozona".

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