Madrid, 2 oct.- El FROB cree que sí está legitimado, junto a BFA y Bankia, para reclamar los 15,25 millones que 86 altos cargos de Caja Madrid gastaron con sus tarjetas de crédito "opacas", ya que el grupo resultante recibió una abultada ayuda pública que podría haber sido menor de no haber existido estos cargos.
Así lo comunica el director general del FROB, Antonio Carrascosa, en la propuesta de actuación que envió el pasado junio a la Fiscalía Anticorrupción después de que Bankia le remitiera un informe en el que desvelaba la existencia de estas tarjetas.
Según los documentos consultados por Efe, el fondo de rescate español no comparte la tesis del despacho Herbert Smith Freehls, que asesoró en la elaboración del informe y consideró que Bankia solo estaba legitimada para reclamar los 245.200 euros que fueron cargados directamente a este grupo por vía extrajudicial.
De esa forma, el grupo que preside hoy en día José Ignacio Goirigolzarri no podría pedir los 15,25 millones restantes de la etapa de Caja Madrid, que correspondería a la Fundación.
Sin embargo, aunque el FROB no ha tomado ninguna decisión al respecto, no está de acuerdo con esta afirmación.
"De no haber salido de la entidad Caja Madrid el dinero que ahora se va a investigar, el resultado para la caja hubiera sido el mismo (pérdida de toda su participación en BFA y Bankia), y sin embargo la inyección de fondos públicos hubiera podido ser algo menor, lo que legítima al FROB, BFA y en su caso Bankia a reclamar los mismos", subraya el escrito firmado por Carrascosa.
Además, para el FROB existen indicios de delito en el uso de las tarjetas de crédito "opacas", pues nada justifica que los exdirectivos de Caja Madrid cargaran más de 15 millones para gastos personales y, en todo caso, deberían haberlos declarado a Hacienda.
De los más de 15 millones, 3 se gastaron en restaurantes, 2 millones en disposiciones de efectivo, más de 1,5 millones en desplazamientos y viajes, más de 1 millón en grandes superficies, cerca de 800.000 euros en hoteles y unos 700.000 euros en ropa y complementos.
Pero algunos de los consejeros no usaron las tarjetas, "lo que justifica que era posible advertir lo indebido de un uso personal o impropio".
"El hecho de que las recibieran de la dirección financiera", sostiene el escrito, "puede servir para reforzar la prudencia en el uso del medio de pago, ya que en todo momento debió asociarse la disposición a su cargo o condición, especialmente cuando no existió cargo alguno en sus cuentas propias".
Se da la circunstancia, además, de que se entregaron "por un filtro opaco o no habitual", lo que "evidencia que podían existir otras tarjetas de empresa, lo que hace que en algunos casos conocieran la existencia de duplicidad de tarjetas".
En todo caso, sostiene el FROB, si los tenedores consideraron que era una tarjeta de empresa, ello "no legitima un uso particular de la misma", y si creyeron que se trataba de un concepto derivado de su relación laboral, "debieron declarar y tributar por tal concepto, sin que conste que lo hayan hecho".
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