El futuro ATC almacenará 7.000 toneladas de combustible en cápsulas de acero

  • Madrid.- El futuro Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos radiactivos guardará 7.000 toneladas de combustible de las centrales nucleares españolas y unos 1.900 metros cúbicos de residuos procedentes del desmantelamiento, una gestión que se hará en cápsulas de acero y que, según los expertos, gana en seguridad.

Espinosa insta a respetar las competencias municipales sobre el almacén radiactivo
Espinosa insta a respetar las competencias municipales sobre el almacén radiactivo

Madrid.- El futuro Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos radiactivos guardará 7.000 toneladas de combustible de las centrales nucleares españolas y unos 1.900 metros cúbicos de residuos procedentes del desmantelamiento, una gestión que se hará en cápsulas de acero y que, según los expertos, gana en seguridad.

El ATC es una instalación industrial diseñada para guardar en un único lugar y con una gestión centralizada el combustible gastado y los residuos radiactivos de alta actividad que se producen en España, una solución que, según Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos), se ha adoptado en la mayoría de países desarrollados.

Se trata de una instalación "pasiva", que no produce energía, ni se dan en ellas reacciones nucleares, según las mismas fuentes.

Esta instalación industrial, que en opinión de Enresa "no es contaminante", pues "no produce gases, ni humos, ni procesos químicos", tendrá aproximadamente 283 metros de largo, 78 metros de ancho y 26 metros de alto, y constará en cinco áreas o edificios.

Los residuos radiactivos llegarán a la ATC en contenedores homologados para el transporte y, a su llegada, se introducirán en el área de recepción, se voltearán a posición vertical y se transferirán a otra zona para retirar la tapa y comprobar su contenido.

En la fase siguiente, según la información facilitada por Enresa, se retirará una segunda tapa del contenedor para poder descargar después el combustible gastado.

A continuación comenzará, en una zona de almacenamiento en tránsito, el encapsulamiento del combustible en cápsulas de acero inoxidable que para finalizar serán transferidas a los tubos de almacenamiento donde permanecerán hasta que se quieran recuperar.

Y es que el ATC también prevé la recuperación de los residuos para su tratamiento una vez finalizado el período de almacenamiento.

Todo la gestión de los residuos está automatizada y en los tubos de almacenamiento las cápsulas podrán permanecer 60 años.

Para Enresa, España debe afrontar la gestión de sus residuos radiactivos de alta actividad al igual que en su día lo hizo con los de baja y media (procedentes de hospitales, de centros de investigación, de la industria o de las propias centrales nucleares), que se almacenan en El Cabril, en la localidad cordobesa de Hornachuelos.

Las piscinas de las centrales nucleares "están casi saturadas", según Enresa, que recuerda que los residuos de alta actividad de la desmantelada central de Vandellós I (Tarragona) deben comenzar a retornar a España antes del 31 de diciembre de 2010.

Los materiales procedentes del reprocesado del combustible gastado de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), que se encuentran almacenados en el Reino Unido, también tienen que volver a España.

Las "piscinas" de Cofrentes (Valencia) y Ascó I tienen prevista su saturación en 2013, mientras que Ascó II en 2014, según datos de Enresa, que asegura que Almaraz I (Cáceres) verá saturada su "piscina" en 2020, Vandellós II en 2021 y Almaraz II en 2022.

Una de las razones que defiende Enresa para la construcción del ATC, que ocuparía 13 hectáreas, es la seguridad.

Según esta empresa creada en 1984, la centralización en un único lugar "es más seguro que la dispersión en varias ubicaciones, ya que se optimiza la aplicación de las tecnologías y sistemas de seguridad pasivos y activos".

"El riesgo de la dispersión, concretamente en siete emplazamientos, se ha calculado infinitamente mayor al de los transportes de este material, ya que los contenedores son diseñados y certificados bajo normas internacionales de calidad y no han sufrido incidente alguno en la experiencia internacional", mantiene Enresa.

Además, según la misma empresa, la solución es "significativamente menos costosa" que la construcción de un almacén para cada central.

El coste, si no pueden volver los residuos de Vandellós I de Francia, puede ascender a 60.000 euros diarios.

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