El Gobierno británico aprueba un presupuesto de emergencia con recortes y más impuestos

  • El nuevo Ejecutivo de James Cameron presenta hoy el tijeretazo británico, un presupuesto de emergencia basado en radicales recortes del gasto público y en la subida de impuestos. Se prevé que el IVA pase del 17,5% al 20%.
Cameron prepara a los británicos para unos recortes "inevitablemente duros"
Cameron prepara a los británicos para unos recortes "inevitablemente duros"
lainformacion.com/EFE

El nuevo Gobierno británico presentará hoy un presupuesto de emergencia que incluirá recortes radicales en el gasto público y la subida o introducción de nuevos impuestos. El ministro de Economía, George Osborne, ya adelantó el pasado fin de semana que la ejecución de estas medidas de ahorro es fundamental para evitar que Reino Unido vaya "camino a la ruina", y se comprometió a ponerlas en práctica para asegurar la "prosperidad de todos", según la prensa británica.

Entre las iniciativas que se incluirán en el presupuesto, aprobado el viernes por la coalición conservador-liberaldemócrata que lleva las riendas del país, está un nuevo impuesto para los bancos y el incremento de la tasa sobre los beneficios del capital no empresarial, lo que afectará a las personas que tengan, por ejemplo, segundas residencias.

Se da por hecha una subida, del 17,5 al 20 por ciento, del impuesto sobre el valor añadido (IVA), lo que, según los analistas, tendría el efecto de reducir el consumo y afectaría sobre todo a las personas con menos recursos, que gastan una mayor proporción de sus ingresos en tasas indirectas.

El primer ministro británico, David Cameron, ha dado a entender además que se tocará el sueldo de los funcionarios, pero aún no se sabe si se congelará a corto o a largo plazo.

Lo que sí ha confirmado Osborne es que se instaurará una comisión independiente de pensiones -encabezada, para sorpresa general, por un laborista, el ex ministro John Hutton- que deberá examinar cómo se pueden reducir las pensiones del sector público.

No se descarta tampoco una congelación de las prestaciones sociales, lo que lógicamente afectaría sobre todo a los desempleados y a las personas en situación de precariedad.

Entre las "buenas noticias", hay una congelación del impuesto local sobre la vivienda y, para la empresa, la anulación de la subida prevista por el anterior Gobierno laborista de la cotización a la seguridad social.

También se prevé que el Ejecutivo exima parcialmente del pago de esa cotización a las nuevas empresas que se formen fuera del sudeste de Inglaterra, la región donde se encuentra Londres y la más rica del país.

Sin embargo, como ha apuntado el periódico Financial Times, este incentivo al sector privado apenas podrá compensar la pérdida de poder adquisitivo en esas zonas más pobres del país, donde se concentra la mayor parte de los trabajos del sector público -el más perjudicado por los recortes- y el cobro de subsidios. Es el caso de las regiones de Irlanda del Norte o Gales, cuya economía depende en gran medida del empleo de la Administración.

Osborne mantiene que los recortes son "inevitables", ya que, sin ellos, Gran Bretaña, con un déficit que asciende a 155.000 millones de libras (186.000 euros), afronta "tipos de interés más altos, aumento del desempleo y un declive de la calidad de vida".

Sin embargo, el que fuera ministro de Economía con el Gobierno de Gordon Brown, Alistair Darling, opina que los recortes propuestos no son imprescindibles y están "ideológicamente motivados", al ser uno de los principales objetivos históricos del Partido Conservador reducir el papel del Estado.

Darling, como otros laboristas, también acusa a los Liberal Demócratas de Nick Clegg de violar sus propios principios al apoyar unos recortes destinados a reducir el déficit a corto plazo, pero que, como han advertido los economistas, tendrán el efecto de frenar el crecimiento y pueden hacer aumentar el desempleo.

Mientras los sindicatos británicos han criticado al Gobierno por anteponer el ahorro al estímulo económico, la patronal británica ha pedido al primer ministro que dificulte la convocatoria de huelgas, con vistas a los conflictos sociales que se avecinan.

Osborne presentará el Presupuesto ante la Cámara de los Comunes y después seguirá un debate de varias horas antes de su aprobación

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