La banca trata de evitar ese escenario

El Gobierno decidirá tras escuchar al sector bancario si 'topa' las hipotecas

Las entidades financieras confían en convencer al Ejecutivo con su última propuesta de 'congelar' las cuotas de las hipotecas, pero sus socios -ERC y Bildu- presionan para que se limite el alza de intereses.

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto con su ministra de Economía.
EDUARDO PARRA

El Ejecutivo no se cierra a la petición de sus socios de topar el precio de las hipotecas. Así, aseguran que después de sentarse con la banca a analizar su oferta -que ha propuesto 'congelar' las cuotas durante un año- decidirá sobre esta posibilidad. Los socios del Gobierno en el Congreso -ERC y Bildu- lanzaron hace unas semanas un envite al Ejecutivo para intervenir las hipotecas. En medio de este tira y afloja, se sitúa el 70% de la población que tiene una hipoteca de interés variable y que hasta hace muy poco presumía de pagar unos tipos de interés muy bajos.

Fuentes del sector reconocen que su reputación se ha dañado, sobre todo tras la crisis de 2008. No obstante, sostienen que la banca debe actuar de forma fría y ser consciente de que el Gobierno "va a la desesperada". Por ello, creen que es necesario "coger el control de la negociación". "Existe margen de negocio en las comisiones, por lo que se puede contener la subida de cuotas. Lo peor para la banca es que el Ejecutivo le marque el paso y justo eso es lo se está intentando evitar", sentencian. 

Las mismas fuentes apuntan que la oferta que propuso la banca de 'congelar' las cuotas se reduciría a algunas en específico y no a todos los deudores. Si el Gobierno apuesta por el escenario que le marca el sector, sería lo más positivo para la banca.

No obstante, si se materializara el tope que piden los socios, el sector financiero se encontraría ante un escenario complejo. Así, las entidades financieras recibirían tres duras embestidas. Por un lado, un límite a sus ingresos debido al tope; después, la posibilidad de tener que aprovisionar aquellos créditos que cayeran y, por último, una posible crisis reputacional en el caso desahucios. A esta pesimista situación habría que añadirle los futuros tributos contra las entidades financieras si el impuesto que está tramitando el Congreso sale adelante, con el que el Ejecutivo espera recaudar 1.500 millones de euros al año durante 2023 y 2024.

Por ello, la banca apuesta por congelar las hipotecas durante el próximo año. Una propuesta que tiene cierto parecido a la que se ejecutó durante la pandemia: el gobierno, los bancos y los supervisores aceptaron un modelo en el que se aplazaba el pago de capital e intereses para los colectivos vulnerables. Además, los bancos, ofrecieron a sus clientes que no cumplieran estos requisitos la posibilidad de abonar solo intereses durante un tiempo limitado, que sería la alternativa que se podría poner sobre la mesa en este momento.

Dicha moratoria, como ya ocurrió durante la Covid-19, supondría implícitamente la modificación del plazo del préstamo, ya que una serie de cuotas se quedan sin amortizar. La banca llega a esta 'crisis' con su solvencia reforzada. Sin ir más lejos, el crédito concedido neto que se va a dar en todo el año 2022 va a ser la mitad del que se firmó en 2007, que coincidió con el pico del boom inmobiliario. Fuentes expertas en el sector aseguran que existen "dos opciones" para los bancos si finalmente se aplicara el tope que solicitan Unidas Podemos, ERC y Bildu.

"Por un lado, que la banca cobre un 1,5% de interés como máximo, o que devuelva la parte del préstamo de capital en lugar de la del interés, y traslade los intereses no cobrados a los pagos del año siguiente". Sobre esto último existirían dos vías. Por ejemplo, que la hipoteca dure hasta 2040 y se prorrogue hasta 2041 y que durante uno de esos años se compense a la banca por la pérdida. La otra posibilidad, peor para el sector financiero, es que la banca se convierta en un programa de asistencia social y pierda el dinero a costa de ayudar al deudor". Estas mismas fuentes rechazan de forma rotunda aplicar un tope a las hipotecas. 

El Gobierno ahora trata de hacer malabares con las propuestas de unos y otros. Aunque en los últimos meses, el presidente, Pedro Sánchez, ha comenzado una campaña contra la banca y las energéticas, también es consciente de que el sector bancario es una palanca necesaria para salir de la crisis. Además, también tiene en cuenta que la banca ya está recibiendo un castigo a través de impuestos y por medio del elevado interés que ahora paga en el mercado interbancario. El Ejecutivo, por lo tanto, tendrá que buscar una medida que se ajuste a los intereses de sus socios europeos, de los supervisores, y que, además, tampoco empuje al sector financiero a un agujero negro.

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