El mercado se reordena

El Gobierno rechaza volver al petróleo de Venezuela pese a la apertura de Biden

Fuentes empresariales  advierten de la conveniencia de entrar de nuevo en aquel mercado ante un posible  veto de Occidente a Rusia, de donde España trajo el año pasado un 5% de las compras totales de crudo.

Teresa Ribera Isabel Rodríguez
El Gobierno rechaza volver al petróleo de Venezuela pese a la apertura de Biden.
Agencia EFE

El Ministerio de Transición Ecológica descarta cualquier opción de negociar con Venezuela para importar petróleo ante un previsible corte del suministro de Rusia a pesar de que el Gobierno de Estados Unidos haya tomado ya la iniciativa y haya empezado a tratar con el Gobierno de Nicolás Maduro para revisar el paquete de sanciones que tiene impuesto, según señalan fuentes empresariales cercanas a ese proceso. Al mismo tiempo, el presidente de Estados Unidos ha anunciado este mismo martes una prohibición general en su país para importar petróleo o gas ruso, algo que puede trastocar los mercados y que, a juicio de los analistas, obliga a reestructurar el actual mercado en busca de nuevas opciones de compra de crudo.

El Gobierno español no compra petróleo a Venezuela desde octubre de 2020, como parte del paquete de sanciones internacionales que Estados Unidos impuso a aquel Gobierno, si bien las fuentes consultadas en el sector en España advierten que tal vez sea ahora el momento para seguir la estela de los norteamericanos y replantearse la situación con Maduro. Las empresas españolas llevan años minimizando su actividad en aquel país y en otras zonas ante el freno a los combustibles fósiles que se ha generalizado en el mercado en los últimos años para dar paso a la transición hacia las energías renovables.

Si hacemos caso los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas (Cores), el año 2019 se produjo un repunte de la compra de petróleo a Maduro, con casi 2,3 millones de toneladas, una cifra que no se conocía desde cuatro ejercicios antes y que es muy parecida a la que se llegó a comprar a Rusia el año pasado. Incluso en el ejercicio de la pandemia y con la actividad bajó mínimos, se trajeron de Venezuela 1,4 millones de toneladas, con cuatro meses en blanco. Las sanciones marcadas por EEUU cortaron en seco la relación comercial hace un año y medio, hasta que ahora Biden ha abierto la puerta a retomar la situación, a cambio de sacar del mercado el suministro ruso. 

A pesar del rechazo a la opción de Maduro, sobre todo por entender que se trata de un aliado de Putin, la ministra Teresa Ribera ha admitido en la rueda de prensa del Consejo de Ministros que entiende que haya países como Estados Unidos o Noruega, que son actores principales en la producción de crudo a nivel mundial, que opten por abrir otras vías como la venezolana o la de otras zonas del mundo para evitar el peso que Rusia tiene en este mercado, en pleno conflicto con Ucrania. Ribera se ha mostrado más preocupada por el mercado del gas y ha reconocido que "no es fácil" sustituir a corto plazo el gas que suministra Rusia a los países de la Unión Europea por otros proveedores, y ha enmarcado en este propósito la reciente iniciativa diplomática de EEUU con Venezuela.

Mercado bajo presión

La revisión de las sanciones sobre Venezuela que ahora se plantea Biden se anunció un día antes de que el propio presidente de los EEUU promulgara el veto de su país al crudo, el carbón y el gas rusos. Si bien la cantidad a la que le afecta esa medida es corta (600.000 barriles), sobre todo ante las sanciones que ya se venían implantando contra Putin en el último año, la medida sirve para presionar aún más un mercado en el que muchos países europeos tendrán que buscar una alternativa a las compras en Rusia con un precio que ronda los 130 dólares el barril, casi el doble que en el verano pasado.

Pese a ser uno de los grandes aliados de Putin y no haber condenado la invasión de Ucrania, el gobierno de Nicolás Maduro se ha tomado con buen pie la iniciativa, ante la urgente necesidad que tiene de recuperar el lugar que en su día tuvo dentro del mercado del petróleo y que había perdido tras las sanciones internacionales. Los principales analistas del mercado habían advertido, además, que las medidas de Europa contra Rusia vienen a apretar aún más los precios en un mercado en el que la OPEP, en su conjunto, no aumenta la producción, y hay otros productores importantes, como Irán, también vetados a nivel internacional. En ese contexto, es la demanda China la que lidera la actividad y eleva los precios, lo que hace necesario buscar vías de escape que pongan a tiro otras alternativas, como Venezuela para el petróleo, o el gas que EEUU y Canadá sacan del 'fracking'.

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