Moncloa valora una subida testimonial para 2021

El informe del BdE reactiva la tensión dentro del Gobierno por el alza del SMI

Trabajo se afana en presentar el estudio como un aval a los efectos positivos del Salario Mínimo mientras en Economía se interpreta como un aviso del lastre que puede suponer para la recuperación del empleo.

Yolanda Díaz y Nadia Calviño
La vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, y la vicepresidenta segunda, Nadia Calviño.
EFE

"Por primera vez coincidimos en datos y estimaciones". En un giro insospechado de los acontecimientos, la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha recibido con calidez e incluso con un punto de entusiasmo el esperado informe del Banco de España sobre el impacto en el mercado de trabajo de la histórica y controvertida subida del 22% del Salario Mínimo (SMI) hasta los 900 euros mensuales acordada en 2019 por el Gobierno de Pedro Sánchez y Unidas Podemos. En vísperas de la batalla final por conseguir la subida del SMI en 2021 que Calviño vetó hace seis meses y a días de presentar su principal ariete para conseguirla - el informe del comité de expertos -, Díaz ha considerado más juicioso presentar el estudio del Banco de España como un aval a los efectos positivos que tuvo la subida del Salario Mínimo que empeñarse en un choque frontal por negar los efectos negativos sobre el mercado de trabajo que se desprenden de manera inequívoca de un informe, que al fin y al cabo concluye que el SMI de 900 euros no sólo provocó una reducción de empleo neto sino que deterioró las expectativas de conseguir un trabajo de cientos de miles de españoles.

La positiva valoración de los efectos de la subida del SMI realizada por el Ministerio de Trabajo contrasta con las reservas que continúa mostrando la Vicepresidencia de Asuntos Económicos, cuya posición de aplazar cualquier mejora en el suelo salarial que marcan las leyes españolas parece avalada por las conclusiones del informe del Banco de España. "Les ha parecido demasiado suave", desliza una fuente del Gobierno. Desde Economía aún no se ha trasladado ninguna valoración oficial del trabajo realizado por los analistas del supervisor, pero el nuevo 'número dos' de Nadia Calviño volvió a reiterar en una entrevista en El Confidencial que a la luz de los actuales registros de paro juvenil y de incidencia de los ERTE en sectores como la hostelería o el alojamiento sería poco prudente abordar ahora una subida del Salario Mínimo Interprofesional

El informe del Banco de España ha proporcionado 'munición' a ambas facciones, si bien es el Ministerio de Trabajo el que hasta ahora lo ha enarbolado con más interés. El departamento de Yolanda Díaz considera que el informe no demuestra que la mayor subida del salario mínimo de la democracia haya sido decisiva para destruir empleo - pese a que el documento menciona literalmente el efecto de la "destrucción de puestos de trabajo" hasta en seis ocasiones y concluye que el SMI de 900 euros se tradujo en una "pérdida de empleo neto asalariado" - y pone el foco en el millón y medio de trabajadores que, según el análisis de la institución, se habrían visto beneficiados por el incremento. Además, celebra como una especie de victoria política que el Banco de España haya reconocido de forma explícita en su informe que el SMI tiene otro tipo de impactos sobre la equidad y la mejora de la situación salarial de algunos trabajadores "que podrían compensar el incremento de desempleo involuntario que podría derivarse de un aumento del SMI".

La duda en el área económica del Gobierno es si realmente compensa a un mercado laboral con un 16% de tasa de paro, con más de un millón y medio de parados de larga duración, cerca de un 40% de jóvenes desempleados y más de medio millón de personas en ERTE estrechar la puerta de entrada al mercado laboral a su población más vulnerable a cambio de mejorar la situación de cientos de miles de personas que ya están en el mercado de trabajo. "La prioridad en este contexto continúa siendo la creación de empleo", insisten desde el Ministerio de Economía, que no oculta su temor a que una nueva subida del SMI contra el criterio de los empresarios pueda condicionar la recuperación del empleo en los próximos meses.

El informe publicado por el Banco de España constata al fin y al cabo que la subida del 22% operada en el Salario Mínimo en 2019 tuvo efectos negativos sobre el empleo, que en un cálculo aproximado a partir de los porcentajes y elasticidades calculadas por los analistas del banco sitúa entre 100.000 y 180.000 los puestos de trabajo destruidos o dejados de crear por la medida.

Pulso por convencer a Moncloa

El verdadero pulso, no obstante, se libra entre bambalinas. El Ministerio de Trabajo no ha abandonado en ningún momento su idea de elevar el Salario Mínimo en 2021 y fuentes de ese departamento confirman que la intención es incrementarlo en las próximas semanas, para avanzar en el cumplimiento del acuerdo de coalición firmado entre el PSOE y UP. Fuentes gubernamentales dan por descontado que en esta intención estará respaldada por el presidente Pedro Sánchez, que, según aseguran desde Moncloa, apoyaría la iniciativa: "Hay total sintonía en este asunto con la vicepresidenta tercera", zanjan.

El respaldo, de momento más implícito que explícito de Moncloa, no ha variado la posición contraria de la Vicepresidencia de Asuntos Económicos a la medida. El Gobierno sigue escindido a estas alturas entre los que consideran que los efectos negativos sobre el empleo se compensan con creces por los beneficios en otros ámbitos de la subida del SMI, con Trabajo a la cabeza, y los que entienden que cualquier medida que limite la capacidad de crear empleo en un contexto de recuperación como el actual no es procedente, que es la perspectiva de Economía. Fuentes próximas al Gobierno señalan que la alternativa de compromiso que se está barajando es la adopción de una subida casi testimonial del SMI en 2021 con el compromiso, eso sí, de fijar una senda de subidas sucesivas en el futuro hasta alcanzar esa referencia del 60% del salario medio que marca la Carta Social Europea...y también el acuerdo de legislatura entre el Partido Socialista y Unidas Podemos.

Lo que enreda un poco más el asunto es que Trabajo pretende que sea el comité de expertos designado por el Ministerio el que determine tanto esa senda temporal como la cuantía que se tomará como referencia para dar cumplimiento a ese principio de alcanzar el 60% del salario medio, un aspecto que no es pacífico porque en ausencia de una referencia estadística clara hay diversas visiones sobre cómo se debe determinar ese nivel y las diferencias entre unas y otras son relevantes a la hora de fija la cuantía a la que se supone que debe llegar el Salario Mínimo en el futuro.

Una reunión para contentarlos a todos

Consciente de que su informe sobre el SMI de 2019 se iba a examinar con lupa, el Banco de España ha empleado un mimo sin precedentes en la elaboración del informe. En primer lugar lo ha puesto en manos de un grupo de investigadores que, según sus propios colegas, son los más granado de la casa en materia de análisis del mercado de trabajo, además se ha empleado el abanico de datos más amplio utilizado nunca en la elaboración de un informe de este tipo - el argumento que se esgrime desde el supervisor para justificar porqué se ha retrasado su publicación respecto a lo inicialmente previsto - y finalmente se ha dispuesto un esquema de filtros para revisar las conclusiones del informe, tanto a nivel interno...como externo.

El Banco de España convocó hace unas semanas a un nutrido grupo de expertos en materia de mercado laboral ajenos a la institución al objeto de presentarles el informe y recabar ideas y observaciones sobre el trabajo realizado. Allí hubo representantes de los agentes sociales, de la  Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, de 'think tanks', de la comisión de expertos para la subida del SMI del Ministerio de Trabajo y también representantes de los principales ministerios del ramo, singularmente del Ministerio de Economía y del Ministerio de Trabajo. Fuentes del Gobierno aseguran que desde los ministerios no se planteó ninguna observación ni petición de enmienda al informe, sino que se limitaron a recibir las conclusiones dle mismo. Otras fuentes presentes en la reunión aseguran no obstante que en la misma surgieron cuestiones que luego sí se incorporaron al informe y que el informe definitivo presentado la semana pasada presentó algún cambio respecto a la versión inicial allí presentada.

la clave

  • Tanto el Ministerio de Economía como el de Trabajo tuvieron la oportunidad de conocer el informe del BdE sobre la subida del SMI en 2019 antes de su publicación

El esfuerzo por ampliar la perspectiva del informe del Banco de España ha conseguido que salvo algún comentario intempestivo, como la encendida soflama parlamentaria del portavoz adjunto de Podemos, Rafa Mayoral, llamando a "correr a gorrazos" al gobernador, hayan sido muy escasas las críticas al informe. El director del gabinete económico de CCOO, Carlos Martín Urriza, destaca por ejemplo que el Banco de España haya abandonado el enfoque de impacto de destrucción de puestos de trabajo de otros informes a favor del de reducción en la creación de empleo neto - que indicaría que la medida más que provocar despidos genera ciertas restricciones sobre las nuevas contrataciones - o que haya decidido no cuantificar ese impacto en cifras, "asumiendo que su estimación no está libre de limitaciones metodológicas", señala. Destaca también que del informe se desprenda que nueve de cada diez trabajadores afectados por la subida viera mejorada su situación, mientras que solo uno de cada diez viera perjudicadas sus expectativas de empleo.

Pero hay otras perspectivas para analizar el informe. El director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Gregorio Izquierdo, subraya por su parte que el informe constata los significativos efectos negativos para el empleo que tuvo la histórica subida de 2019 y entiende que "obliga a valorar si es aconsejable adoptar una medida como ésta". Izquierdo entiende, de hecho, que al limitar el análisis de los efectos sobre el empleo a 2019 es más que probable que se haya minimizado el impacto real de la subida del SMI, ya que éstos se acumularían en el tiempo "como se aprecia en las conclusiones que obtiene el banco sobre el efecto sobre las expectativas de empleo de los jóvenes", y advierte que en un contexto de tanta incertidumbre como el actual una nueva subida del Salario Mínimo "tendría unos efectos mucho más demoledores que la del año 2019".

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