El IPC chino repunta en enero un 4,5 %, pero se confía en que caiga este año

  • Los alimentos impulsaron al alza el índice de precios al consumo (IPC) de China, el principal indicador de la inflación, que aumentó un 4,5 % interanual en enero, su mayor porcentaje de subida de los últimos tres meses, aunque se espera que en los próximos mantenga la tendencia bajista iniciada hace un semestre.

José Álvarez Díaz

Shanghái (China), 9 feb.- Los alimentos impulsaron al alza el índice de precios al consumo (IPC) de China, el principal indicador de la inflación, que aumentó un 4,5 % interanual en enero, su mayor porcentaje de subida de los últimos tres meses, aunque se espera que en los próximos mantenga la tendencia bajista iniciada hace un semestre.

Según informó hoy la Oficina Nacional de Estadísticas china, el IPC de enero es un 1,5 % superior al de diciembre pasado.

Los analistas chinos creen que este inesperado aumento registrado en enero no mermará la tendencia general a la baja que se prevé que registre el IPC durante 2012, iniciada en julio pasado, mes en el que subió hasta un 6,5 % interanual, su mayor incremento en 37 meses.

Desde julio de 2011 la inflación ha descendido progresivamente: 6,2 % en agosto, 6,1 en septiembre, 5,5 en octubre, 4,2 en noviembre y 4,1 % en diciembre.

El aumento de enero se debe sobre todo al encarecimiento de los alimentos durante la semana vacacional del Año Nuevo Lunar chino, que este año fue en enero, y en la que siempre se dispara el consumo de alimentos e incluso es tradicional regalar e intercambiar algunos en las habituales visitas entre familiares.

Por ese motivo se espera que el aumento del IPC en enero se vea reducido significativamente en febrero, aseguró el economista jefe del Banco de las Comunicaciones, Lian Ping.

Para algunos observadores, como el analista jefe de la corredora de bolsa shanghainesa Shenyin & Wanguo, Li Huiyong, el aumento anual del IPC debería de caer en febrero hasta un 3-3,5 %.

Los precios de los alimentos, que suponen cerca de la tercera parte de la cesta de bienes que se tienen en cuenta para calcular el IPC de China, aumentaron un 10,5 % interanual en enero, y contribuyeron con 3,29 de los puntos porcentuales a engordar la inflación.

En diciembre, ya el precio de los alimentos había aumentado un 9,1 %.

El cerdo, la carne más consumida en China, aumentó sus precios un 25 % en enero, mientras que los precios de los cereales lo hicieron un 6,1 %.

La oficina de estadísticas también publicó el índice de precios de producción (IPP), su indicador de la inflación en el sector mayorista, que aumentó un 0,7 % en enero, su incremento más bajo desde diciembre de 2009.

En el acumulado de 2011 la inflación aumentó un 5,4 %, muy por encima del tope que se había fijado el gobierno en el 4 %.

Con todo, el dato de hoy, a pesar de ser considerado circunstancial, aumenta, según los expertos, las posibilidades de que Pekín dude antes de llevar a cabo la relajación de las políticas de control inflacionario que se espera para 2012.

"Las posibilidades de que el banco central reduzca el coeficiente de reservas (exigido a los bancos) se han reducido" con este aumento del IPC de enero superior a lo esperado, opinó Peng Wensheng, economista jefe de la Corporación de Capitales Internacionales de China (CICC), el banco de inversiones más importante del país.

El crecimiento económico de China se ha ralentizado en los últimos meses.

En el cuarto trimestre, el producto interior bruto (PIB) se redujo hasta un 8,9 %, y se espera que en el primer trimestre de este año caiga hasta un 8,5 % interanual, según el Centro Estatal de Información del Gobierno.

Esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo su pronóstico para el crecimiento del PIB chino hasta un 8,25 % para el período enero-marzo, y advirtió de que podría reducirse a la mitad si se agravan seriamente los problemas de deuda de el área del euro, el mayor socio comercial de China.

China suele estar muy atenta al encarecimiento de los productos básicos, ante el peligro de que provoquen descontento e inestabilidad social, como ocurrió en 1989, cuando años de espiral inflacionaria (de un 7 % en 1987 y de un 18 % en 1988) llevaron a las protestas de Tiananmen.

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