El Parlamento de Austria da su visto bueno al rescate de Chipre

  • El Parlamento de Austria dio hoy su visto bueno al rescate financiero externo de Chipre, que consiste en créditos por valor de 10.000 millones de euros de los socios comunitarios y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Viena, 22 abr.- El Parlamento de Austria dio hoy su visto bueno al rescate financiero externo de Chipre, que consiste en créditos por valor de 10.000 millones de euros de los socios comunitarios y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La aprobación austríaca se produjo gracias a los votos de la coalición de Gobierno, formada por el partido socialdemócrata SPÖ y el democristiano ÖVP, mientras que los cuatros partidos de la oposición votaron en bloque en contra del paquete de rescate.

La ministra de Finanzas, Maria Fekter, defendió el rescate -en el que Austria participa con 250 millones de euros- al recordar que aparte de los 10.000 millones de euros que llegarán de la comunidad internacional, Chipre deberá aportar otros 13.000 millones de euros.

La oposición criticó el acuerdo alegando que el dinero enviado a la isla mediterránea sólo ayudará a la banca y no a los ciudadanos.

El rescate de Chipre ha evidenciado un modelo económico basado en un sector bancario desproporcionado y unas condiciones bancarias que atrajeron decenas de miles de millones de euros en capitales de dudosos origen.

Esto causó un gran debate europeo en torno al secreto bancario de otros países, como Austria, que junto a Luxemburgo bloqueaba desde hace años un consenso comunitario sobre el intercambio automático de datos bancarios para la lucha contra el fraude fiscal.

En ese sentido, Fekter destacó hoy que a diferencia de Chipre, Austria es un país con muy elevados impuestos y por lo tanto nunca ha sido un paraíso fiscal.

La ministra agregó que con este paquete de rescate se evitará un contagio a otros países, mientras que las condiciones impuestas a Chipre eliminarán en el futuro el lavado de dinero en ese país.

Después de que Luxemburgo anunciara que participará a partir de 2015 en el intercambio automático de datos bancarios, Austria está ahora bajo fuerte presión y sola con su bloqueo del aspirado consenso en la materia.

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