El paro juvenil pasa del 21% al 46% en tres años

  • En menos de tres años y medio, el paro ha duplicado su peso en la economía española. No sólo en las cifras globales, sino también en casi todos los aspectos que se miren. El paro juvenil (entendiéndose como tal al comprendido entre 16 y 24 años) ha pasado de afectar a un 21,2% de los españoles con esa edad en marzo de 2008 a lastrar a nada menos que al 46% en estos momentos.
Álex Medina R.

El número total de parados en España se ha quedado al borde de superar la odiada barrera de los cinco millones. La Encuesta de Población Activa acaba de cerrar en una cifra de 4.978.300 el número de personas sin ningún tipo de empleo al final del tercer trimestre de 2011. Muy lejos del pleno empleo que prometió el presidente José Luis Rodríguez Zapatero antes de ganar las elecciones, en marzo de 2008.

Desde ese mismo momento, el volumen total de españoles sin trabajo se ha duplicado. Pero también hay otras consecuencias, más graves por cuanto lastra la productividad futura de nuestra economía: el paro juvenil.

Hace tres años, la tasa de desempleados en la franja de edad de entre 16 y 24 años era del 21,12%. Ahora, y siempre a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística, el porcentaje ha escalado hasta el 45,84%, muy cerca de otra no menos odiosa barrera psicológica: la de que uno de cada dos jóvenes españoles está en paro.

En números absolutos, a 30 de septiembre de 2011, el número de menores de 24 años sin ningún tipo de relación laboral se situó en 917.900, mirando de cerca ya la cifra del millón de afectados. Allá por marzo de 2008, esa cifra era de 500.100.

La cifra no se ha duplicado, al igual que los porcentajes, porque en las cuentas también se reflejan los ocupados, es decir, los que sí han trabajado. Si se suman parados y ocupados nos sale el número de jóvenes activos, es decir, en disposición de poder trabajar bajo las condiciones de la EPA.

Y claro, el número de activos también ha caído en este tiempo (los jóvenes alargan los estudios o vuelven a ellos). De 2.350.000 que estaban en la órbita del INE han pasado a sólo 2.002.300. De ahí que los 917.900 parados actuales pesen más que los 500.000 de entonces.

También muy reveladora es la evolución del volumen de ocupados. A principios de 2008, cuando en España aún resistía la burbuja inmobiliaria y muchos jóvenes abandonaron las clases para subirse al andamio, había 1.849.900 jóvenes de entre 16 y 24 años cobrando por su trabajo. En la encuesta conocida hoy el dígito es de apenas 1.084.400.


Haciendo las restas: casi 800.000 empleos han volado de los jóvenes de hoy día.

Por último, la mejor muestra de que los españoles de menor edad ni intentan el salto al mercado (y se quedan en las clases) es que el incremento del paro se produce especialmente entre los mayores de 20 años, de 329.600 en 2008 a 681.800.

Pero hay otro dato más contundente: en septiembre de 2011 había 390.300 adolescentes (hasta los 19) que se consideraban activos (bien en paro, bien ocupado) y sólo 154.200 con trabajo. No hace tanto, en aquél marzo de 2008, había casi 520.000, de los que 347.800 tenían empleo.

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