El Pentágono desarrolla un material 'terminator' para las armas del futuro

El T-1000, un mal enemigo en cualquier conflicto. /L.I.
El T-1000, un mal enemigo en cualquier conflicto. /L.I.
El T-1000, un mal enemigo en cualquier conflicto. /L.I.
El T-1000, un mal enemigo en cualquier conflicto. /L.I.

En la segunda entrega de la saga 'Terminator: el juicio final', llega al presente un prototipo de soldado de metal líquido bautizado como T-1000, capaz de transformarse en cualquier persona e incluso objetos.

Ahora, los responsables de desarrollo de armamento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (AFRL, por sus siglas en inglés) acaban de anunciar la creación de un metal líquido que tiene el potencial de cambiar de estructura de forma autónoma, tal y como hacía a placer el personaje protagonizado por Robert Patrick en la cinta de James Cameron.

Los científicos buscaban un material para la fabricación de dispositivos electrónicos que se puedan doblar, plegar, arrugar y estirar, con idea de dar un salto tecnológico para los ingenios militares de próxima generación.

Los materiales conductores cambian sus propiedades a medida que se tensan o estiran, y al contrario de lo que suele ocurrir el material bautizado como "Polymerized Liquid Metal Networkshace exactamente lo contrario. Dichas redes de metal líquido se pueden tensar hasta un 700%, responder de forma autónoma a esa tensión, y aún así volver a su estado original.

La clave está en la nanoestructura 'inteligente' que conforma el material y es capaz de adoptar estas respuestas automáticamente. "Esta respuesta al estiramiento es exactamente lo contrario de lo que cabría esperar", señala Christopher Tabor, científico líder del proyecto de investigación del AFRL. "Normalmente, un material aumentará su resistencia a medida que se estira simplemente porque la corriente tiene que pasar por más material. Experimentar con estos sistemas de metal líquido y ver la respuesta opuesta fue completamente inesperado y francamente increíble hasta que entendimos lo que estaba sucediendo".

Los cables que mantienen sus propiedades bajo estos diferentes tipos de condiciones mecánicas tienen muchas aplicaciones, como la electrónica portátil de próxima generación

El proyecto ha entrado ahora en una nueva fase, explorando avances en asociación con empresas privadas y universidades. El primer objetivo que se persigue es la integración de estos materiales en textiles que pueden servir para monitorizar y aumentar el rendimiento humano, obviamente en escenarios de combate.

Un proceso de ciencia ficción

En el documento difundido por los investigadores se detalla que el proceso de creación del material arranca con partículas individuales de metal líquido encerradas en un receptáculo, que se asemeja a un globo de agua. Cada partícula se ata químicamente a la siguiente a través de un proceso de polimerización, similar a la adición de enlaces en una cadena; de esa manera, todas las partículas terminan conectadas entre sí.

A medida que las partículas de metal líquido conectadas se tensan, las partículas se abren y el metal líquido se derrama. Se forman conexiones para dar al sistema tanto conductividad como capacidad de estiramiento. Durante cada ciclo de estiramiento después del primero, la conductividad aumenta y vuelve a la normalidad. Para colmo, los investigadores señalan que no se ha detectado fatiga en el material después de 10.000 ciclos.

Mostrar comentarios