Crecimiento en el tercer trimestre

El PIB se frena en el 0,2% tras el verano con una fuerte rebaja del IPC al 7,3%

El turismo y el consumo mantuvieron la actividad entre julio y septiembre con una clara tendencia a cero en la economía, con la esperanza de que aguante el recorte de los precios de la energía para evitar la recesión.

Gráfico frenazo PIB
Gráfico frenazo PIB
Nerea de Bilbao (Infografía)

La economía española apenas logró un crecimiento entre julio y septiembre del 0,2%, avalada por la recuperación del turismo, muy por debajo del punto y medio del trimestre anterior pero todavía en positivo, que viene además avalado por un descenso histórico del Indice de Precios al Consumo en octubre hasta el 7,3% (1,5 puntos menos), dos datos que alejan el fantasma de la estanflación y apuntan a un otoño-invierno que va a ser duro para las familias y empresas española, pero sin llegar a la evolución catastrofista que se estaba augurando. El Gobierno confía en que el PIB crezca un 4,4% este año, muy por encima de la media europea, y la rebaja en la tensión de los precios energéticos iniciada en octubre animan a pensar que, a pesar de la tendencia a la baja de consumo e inversión, una posible recesión técnica (dos trimestre por debajo de cero en el PIB) se aplazaría al año que viene.   

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este viernes los datos de la Contabilidad Nacional del tercer trimestre del año y la evolución adelantada del IPC del mes de octubre, que aunque no coincidan exactamente en el tiempo si reflejan con claridad la tendencia de la economía española y la amenaza clara que supone un crecimiento en declive o cerca del cero con una tensión inflacionaria que todavía se mantiene, aunque tienda claramente a la baja. A pesar de ello, el dato de PIB de este trimestre deja un crecimiento interanual del 3,8%, tres puntos por debajo que antes del verano pero que aplazan por el momento los malos augurios a corto plazo sobre la economía.  

Los datos sobre la formación del PIB demuestran que ha sido el consumo doméstico de los hogares el que ha soportado el crecimiento en verano, con una mejora del 1,1%, un ritmo muy similar al del trimestre anterior. De lado de la inversión, ese dato ha sido muy bien complementado con una inversión en bienes de equipo, maquinaria y defensa del 1,3%, frente al descenso de más de dos puntos del trimestre anterior. Ese dato, que siempre es importante para crecimientos futuros a medio plazo, es lo que mantiene viva la inversión en 1,4 puntos y compensa la dura caída de más de 6,5 puntos del dinero que se destina a la construcción, que está en claro declive en el PIB. De hecho, en el lado de los componentes del PIB que marcan la oferta, las actividades inmobiliarias caen un 2,5%, mientras que se mantienen con subidas transporte, hostelería y actividades recreativas y de servicios, típicas de la época estival. 

La otra gran clave que ha mantenido el PIB por encima de cero a duras penas en el tercer trimestre ha sido la exportación, que crece a ritmos del 18%, prácticamente el doble que las importaciones, y permite que el sector exterior haya tenido una aportación de 3 puntos al PIB. Las ventas en el exterior y la salida de las empresas españolas en momentos de crisis interna es un fenómeno ya recurrente como palanca de crecimiento y el propio Ministerio de Economía admite que esos ratios "históricos tanto en exportaciones de bienes como de servicios" lo confirman de nuevo. 

Caída de los precios en octubre

La esperanza a la que se agarra el Ejecutivo de Pedro Sánchez para pasar el duro invierno que viene es un descenso histórico de los precios en octubre de un punto y medio, para quedarse en un 7,3% de inflación anual, una cifra que sin ser menor, deja atrás el techo del 10,8% de hace apenas tres meses y apunta a una moderación de las tensiones inflacionistas a medio plazo.

Según el dato adelantado de precios que publica el INE antes incluso de que acabe el mes, que coincide con el del PIB trimestral, la caída en cómputo interanual (doce últimos meses) a octubre se produce porque en este mes se ha dado una bajada de los precios de la electricidad y, en menor mediada, el gas, frente a la subida que experimentaron en el mismo mes del año pasado. Ha ayudado incluso un aumento más moderado de la nueva temporada de vestido y calzado, si bien todos estos términos se deben confirmar en el dato oficial que saldrá a mediados de mes. Es decir, que en la evolución puramente mensual, los precios no dejaron de subir en octubre, hasta un 0,4%.

Las tensiones de los precios se mantienen si tenemos en cuenta el dato de la inflación subyacente (sin productos frescos ni energía), que se mantiene en un elevado 6,2% y se acerca peligrosamente a un punto del dato general, lo que indica que desde ese nivel va a ser más complicado lograr reducciones reales de precios, más allá de los efectos contables por la comparativa con el año anterior. 

Aún así, el mantenimiento por encima del cero en el crecimiento y los precios a la baja permiten al Gobierno ser moderadamente optimista en cuanto al cierre del ejercicio 2022 en cuanto a PIB, con la vista puesta en el efecto que deberían tener sobre la economía los fondos europeos en el primer semestre de 2023 para salvar un invierno muy complicado en el que el PIB trimestral rondará arriba o abajo el cero. 

 

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