El preacuerdo sobre Kaesong impulsa un primer acercamiento de las dos Coreas

  • Corea del Sur y Corea del Norte alcanzaron hoy un principio de acuerdo para normalizar la actividad en el polígono industrial conjunto de Kaesong, lo que supone el primer acercamiento sustancial tras meses de tensión y de deterioro de sus relaciones bilaterales.

Seúl, 7 jul.- Corea del Sur y Corea del Norte alcanzaron hoy un principio de acuerdo para normalizar la actividad en el polígono industrial conjunto de Kaesong, lo que supone el primer acercamiento sustancial tras meses de tensión y de deterioro de sus relaciones bilaterales.

Kaesong, situado en suelo norcoreano, lleva paralizado desde que en abril Pyongyang, inmerso en una campaña de amenazas dirigidas contra Seúl y Washington en protesta por sus ejercicios militares conjuntos en la península y por las sanciones de la ONU, decidiera unilateralmente retirar a sus obreros del complejo.

En el polígono 123 compañías del Sur fabrican productos gracias al trabajo de 53.000 obreros del Norte, lo que permite a Pyongyang obtener decenas de millones de dólares en divisa extranjera cada año y que empresarios surcoreanos aprovechen la mano de obra barata norcoreana.

De este modo, el acuerdo de hoy ayuda a mantener vivo el único proyecto de cooperación económica entre las dos Coreas que aún sobrevive y parece viable, y supone además un "avance significativo" en el terreno diplomático, según explicó hoy un portavoz de la oficina presidencial surcoreana citado por la agencia Yonhap.

Varios expertos señalan que este preacuerdo puede ser un primer paso para que Seúl y Pyongyang busquen reanudar de nuevo contactos a nivel ministerial en los que tratar temas de mayor calado diplomático, como el programa nuclear y de misiles norcoreano.

Aunque en una primera ronda de diálogo celebrada ayer ambas partes expresaron divergencias en sus respectivos puntos de vista, en la madrugada de hoy lograron alcanzar un acuerdo tras las 16 horas de negociaciones llevadas a cabo en la Aldea de la Tregua de Panmunjom, en la frontera desmilitarizada que separa ambos países.

Según el Ministerio de Unificación surcoreano, los representantes de las dos delegaciones fueron capaces de consensuar las medidas que se consideran más urgentes de cara a que el polígono pueda reabrir en el futuro.

De acuerdo al pacto rubricado, el próximo 10 de julio empresarios e ingenieros surcoreanos inspeccionarán y realizarán tareas de mantenimiento en instalaciones y equipos del complejo, y podrán llevarse de vuelta materiales y productos que pudieran resultar deteriorados por las inminentes lluvias del monzón.

La legación surcoreana logró también que los representantes de Pyongyang aceptaran celebrar en Kaesong el mismo día 10 otra reunión para tratar la activación de salvaguardas que eviten que el Norte vuelva a cerrar arbitrariamente el complejo y que garanticen su funcionamiento al margen de la situación política y diplomática.

Seúl, que considera la implementación de estas garantías como una condición indispensable para la reapertura de Kaesong, logró arrancar este compromiso de los norcoreanos, que pedían una pronta normalización del polígono sin condiciones previas.

Debido al cierre, los empresarios surcoreanos han perdido unos 706.400 millones de wones (unos 482 millones de euros), según datos de Seúl.

El delegado de la oficina de cooperación e intercambios del Ministerio de Unificación del Sur, Suh Ho, que encabezó a los representantes de Seúl en el encuentro, explicó que los norcoreanos se mostraron muy agresivos a la hora de limar asperezas.

También explicó que aunque se negaron a asumir que la responsabilidad del cierre recae en el régimen de Kim Jong-un, se logró que dieran luz verde a la visitas al complejo para las revisiones y la retirada de materiales, y que aceptaran que la normalización del complejo deberá ser debatida como asunto aparte.

"Aunque el acuerdo alcanzado es vago con respecto al tema de las salvaguardas, Seúl está decidido a insistir en este aspecto en la próxima reunión que se celebrará en Kaesong", explicó.

A principios de junio ambas Coreas retomaron los contactos tras varios meses de tensión a causa de la escalada de amenazas de Pyongyang, aunque finalmente no lograron concretar una reunión de alto nivel entre sus Gobiernos.

El régimen dejó entonces de contestar a las llamadas de Seúl a través de la línea telefónica que sirve como enlace entre los dos países en la zona desmilitarizada.

Esta pasada semana las dos Coreas, que permanecen técnicamente en guerra ya que el conflicto que las enfrentó (1950-1953) concluyó con un alto el fuego y no un tratado de paz, reiniciaron el contacto telefónico y acordaron reunirse para tratar el futuro de Kaesong.

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