El régimen sudanés sufre las protestas más intensas en dos décadas

  • El presidente de Sudán, Omar Hasan al Bashir, se enfrenta a un momento crítico en sus casi 25 años de mandato, al hacer frente a las manifestaciones más intensas y concurridas en dos décadas, según coinciden analistas y opositores.

Al Nur al Zaki

Jartum, 29 sep.- El presidente de Sudán, Omar Hasan al Bashir, se enfrenta a un momento crítico en sus casi 25 años de mandato, al hacer frente a las manifestaciones más intensas y concurridas en dos décadas, según coinciden analistas y opositores.

El Gobierno sudanés ya tuvo que hacer frente a rebeliones en el sur de Sudán antes de que este se independizase en 2011, así como a levantamientos en Darfur (oeste) y, recientemente, en las provincias meridionales de Kordofán del Sur y el Nilo Azul.

El régimen ha sobrevivido también a 16 años de sanciones económicas impuestas por EEUU, así como a la orden de detención del Tribunal Penal Internacional contra Al Bashir, acusado de haber cometido crímenes de guerra y genocidio en Darfur.

A principios de 2011, en paralelo al estallido de la primavera árabe, Sudán vivió protestas contra el régimen del controvertido presidente, aunque estas no se prolongaron ni tuvieron nunca mucha intensidad.

En 2012, se desencadenó una nueva ola de manifestaciones con motivo del aniversario del golpe de Estado liderado por el presidente sudanés, quien, el 30 de junio de 1989, derrocó el Gobierno democrático presidido por Al Sadeq al Mahdi, líder del Partido de Al Umma (La Nación).

Esas manifestaciones, reprimidas por el régimen de Al Bashir, llegaron después de que el Gobierno sudanés redujese los subsidios a los combustibles, dentro del marco de un plan para disminuir su déficit presupuestario.

El pasado diciembre, nuevas protestas tampoco consiguieron sus demandas.

Desde hace una semana, la furia popular se ha desatado, encarnada en manifestaciones multitudinarias en la mayoría de provincias de Sudán contra la corrupción del régimen y la inflación, que ha causado la multiplicación de los precios de gasolina y gas.

Con el espectacular aumento de la inflación, la libra sudanesa se he depreciado en más de la mitad de su valor frente al dólar en el mercado negro.

La crisis económica tiene su origen en la independencia de Sudán del Sur en julio del 2011, ya que este país se quedó con tres cuartas partes de la producción de crudo.

Las exportaciones de petróleo suponen la mayor fuente de ingresos y de divisas que necesita el gobierno sudanés para importar mercancías con el fin de satisfacer las necesidades de su población de 32 millones de personas.

Sin embargo, hasta el momento no está del todo claro si las últimas manifestaciones irán a más o perderán su pujanza, como ha sucedido en los dos últimos años.

Parte de estas dudas surgen de que los partidos opositores sudaneses sufren una gran debilidad y discordias internas, y carecen de la capacidad para atraer a los jóvenes que piden cambios radicales en el país.

En el seno del mismo gobernante Partido del Congreso Nacional se han alzado algunas voces críticas por parte de sus integrantes reformistas, que piden cambios políticos y económicos en el país.

El portavoz de la llamada Coalición de la Oposición y responsable del Partido del Congreso Popular, Kamal Omar, consideró, en declaraciones a Efe, que estas protestas pueden convertirse en una revolución de los pobres que hará caer al régimen.

"Las manifestaciones han alcanzado el punto de no retorno. La revolución de los hambrientos está a punto de invadir el país y será muy destructora", explicó Omar.

Para Omar, la oposición pretende evitar la llegada de una revolución que sumerja al país en el caos, y señaló que aún hay una oportunidad para que el partido gobernante acepte una etapa transitoria con la participación de todas las fuerzas políticas.

Mientras, el responsable de relaciones exteriores del partido Al Umma (La Nación), Nayib al Jair, indicó a Efe que las últimas protestas desencadenadas en Sudán han mandado un mensaje fuerte al Gobierno del país, que se creía al margen de la primavera árabe.

"Creo que nacerá un nuevo Sudán democrático, que gozará de la justicia y la libertad", opinó este líder opositor.

Desde la independencia de Sudán, en 1956, el país vivió convulsas revoluciones y levantamientos, hasta que el propio Al Bashir tomó el poder en 1989 en un golpe de Estado incruento, e impuso su régimen de carácter populista e islamista, que ahora tiembla ante la magnitud de las protestas.

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