El rescate de 33 mineros sitúa a la ciudad chilena de Copiapó en el mapa del mundo

  • Copiapó (Chile).- El rescate de los 33 mineros atrapados en el norte de Chile ha situado a la tranquila ciudad de Copiapó en el primer plano de la actualidad mundial, mientras sus ciudadanos siguen el caso con el corazón en un puño y aseguran que está siendo un factor de unión y reencuentro.

La perforadora más avanzada llega a donde están atrapados los mineros chilenos
La perforadora más avanzada llega a donde están atrapados los mineros chilenos

Copiapó (Chile).- El rescate de los 33 mineros atrapados en el norte de Chile ha situado a la tranquila ciudad de Copiapó en el primer plano de la actualidad mundial, mientras sus ciudadanos siguen el caso con el corazón en un puño y aseguran que está siendo un factor de unión y reencuentro.

Emplazada en el árido desierto de Atacama, a 804 kilómetros al norte de Santiago y con una población que bordea los 130.000 habitantes, la tragedia de los obreros de la mina San José quebró la calma en esta sosegada ciudad, cuyo nombre fusiona voces quechuas y aymaras y significa "Copa de Oro".

"A partir de esa fatídica tarde del 5 de agosto, a Copiapó y su gente le ha cambiado la vida", relata a Efe Maglio Cicardini, alcalde de la ciudad, rememorando el día que un derrumbe sepultó a los mineros a 700 metros de profundidad.

Desde ese día, reconoce, "los ojos del mundo están puestos en nosotros", y han presenciado la "tremenda lección de nobleza, fe y esperanza que nos han dado los mineros".

Cicardini resalta el torbellino de emociones vividas en todo Chile durante los últimos dos meses, desde la desazón inicial por el derrumbe, transformada en euforia el 22 de agosto, cuando se supo que los 33 mineros estaban vivos y en ansiedad en los últimos días, ante el inminente rescate.

Para el alcalde, la experiencia extrema de los mineros ha sido "muy aleccionadora" para los habitantes de Copiapó y de la región de Atacama en general, a los que califica de "gente esforzada y curtida en la minería", la principal actividad económica del país.

Además, según Cicardini, ha mostrado al mundo las distintas caras de esta zona demChile, como "la dureza de la minería, la belleza de los entornos naturales y la disposición de la gente a cooperar".

La mayoría de los 33 mineros y sus familias residen en Copiapó, algo que salta a la vista tras un breve paseo por sus calles.

Abundan los vehículos cubiertos de pintadas con mensajes de apoyo a los mineros y pancartas en honor a los "héroes del Bicentenario", mientras "el milagro de los 33" es tema recurrente en las conversaciones entre vecinos.

Rosa Ahumada es la presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Copiapó, entidad que alberga a más de 160 organizaciones vecinales, y ha vivido la proeza de los obreros de la mina San José al pie del cañón.

Recuerda el "estrés" de los primeros días, los rezos y plegarias para encontrarlos con vida: "Para los copiapinos fue como reencontrarse con la fe", señala a Efe.

La nota que enviaron los obreros con el mensaje "Estamos bien en el refugio los 33" devolvió la alegría a los copiapinos, que salieron a las calles a celebrarlo, algo que, según esta mujer, solo ocurre con los triunfos de la selección chilena de fútbol.

"Hace mucho tiempo que Copiapó no ponía banderas chilenas en las calles, y se hizo por los mineros, por sentirse copiapino y chileno", señala la dirigente, que resume: "ha servido para reencontrarnos".

Asegura además que el accidente ha abierto los ojos de los habitantes de la ciudad respecto de la cruda realidad que vive en algunos casos el sector minero.

"Para nosotros dejó claro que los grandes empresarios se enriquecen pero piensan en ellos solamente, no están pensando en sus trabajadores, que al final son los que generan la riqueza", sostiene.

Critica también el papel del Gobierno, al que acusa de convertir la tragedia en un "reality".

"El Gobierno ha tomado como suyo el problema y como comunidad estamos muy ajenos", lamenta Rosa Ahumada, que denuncia que las autoridades no han dejado a los mineros atrapados comunicarse con sus representantes sindicales.

"El Gobierno se apropió del rescate y dejó al mundo social fuera", resume la mujer.

Otro aspecto del caso que cobra relevancia para los habitantes de Copiapó es el impacto económico que está generando el rescate para la ciudad.

Desde hace varias semanas es muy difícil encontrar alojamiento en hoteles y hostales, y las empresas de transporte y de alquiler de vehículos están sobrepasadas por la demanda de las centenas de periodistas que han llegado desde todos los rincones del planeta para cubrir este histórico acontecimiento.

"Es muy bueno este impulso económico porque, además de que el mundo nos ha puesto en su mirada, también vienen estas retribuciones para la economía local", afirma el alcalde, Maglio Cicardelli.

La presidenta de las Juntas de Vecinos de Copiapó, sin embargo, sostiene que el "empujoncito" a las finanzas municipales será prácticamente imperceptible cuando termine el rescate, los medios de comunicación se vayan y la calma regrese a la ciudad.

"Los periodistas son los que ocupan transporte y hoteles, luego las autoridades se van a olvidar de los problemas cotidianos que tenemos los copiapinos", lamenta.

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