El riesgo nuclear persiste en chernóbil, al cumplirse hoy 25 años del accidente


La central nuclear de Chernóbil sigue suponiendo un peligro 25 años después del accidente nuclear, por el "riesgo de colapso" que, según Greenpeace, se cierne sobre el sarcófago que cubre actualmente las ruinas del reactor siniestrado. La organización lanza esta advertencia un cuarto de siglo después del accidente, efeméride que se cumple hoy.
En concreto, los ecologistas avisan de que el actual sarcófago se encuentra "seriamente deteriorado" y de que el nuevo "está sufriendo retrasos y sobrecostes en su construcción".
Así, Greenpeace calcula que la nueva estructura "se terminará 10 años después de lo previsto inicialmente", con "un coste tres veces superior al calculado originalmente".
La organización asegura que el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (que asume la gestión del fondo para la construcción del nuevo sarcófago) estima que su coste total será cercano a los 1.600 millones de euros, de los que España aporta "la escasa cantidad de 5,1 millones".
"Ha habido tiempo de sobra para solucionar este problema. La situación actual demuestra la irresponsabilidad de la comunidad internacional y del Gobierno de Ucrania, ya que el estado del actual sarcófago es inaceptable: los muros están agrietados, el techo está bombeado hacia el interior y su estructura amenaza con colapsarse", afirmó el responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace, Carlos Bravo.
SERIO PELIGRO
Según recuerda, después del accidente en 1986 "se levantó a toda prisa una estructura sobre las ruinas y restos del edificio del reactor siniestrado", el denominado sarcófago.
Sin embargo, "la alta radiación impidió a los ingenieros inspeccionar con precisión la estabilidad de carga de la estructura", y "muchas" partes prefabricadas tuvieron que ser instaladas con operaciones realizadas a distancia y, por lo tanto, "sin colocarse con precisión, quedando huecos en la estructura".
La ONG asegura que la estabilidad del actual sarcófago frente a un colapso "corre un serio peligro", debido a los efectos de carga horizontal que crean los temporales de viento, "que no son raros en esta zona". "La nieve, los incendios y las filtraciones de agua también someten la estructura a una gran presión", añade Bravo.
Debido a "los altos niveles de radiación", la nueva estructura de contención no se puede erigir directamente sobre el viejo sarcófago, sino que se construirá en las inmediaciones y luego se deslizará hasta su posición final. Greenpeace afirma que el nuevo sarcófago será la estructura móvil más grande jamás construida, con 105 metros de altura, 150 metros de anchura, 257 metros de longitud y un peso de 29.000 toneladas, pero informa de que está pensada "para durar un máximo de 100 años".
"NO SE APRENDIÓ LA LECCIÓN"
Un cuarto de siglo después, el accidente de la central japonesa de Fukushima ha demostrado que "no se aprendió la lección de Chernóbil", según opina Greenpeace.
"En lugar de camuflar la gravedad del accidente de Fukushima, la industria nuclear debería reconocer la inevitable peligrosidad de esta energía. ¿Qué más tiene que pasar?", concluyó Bravo.

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