Madrid, 26 abr.- El Banco Santander ha sufrido en bolsa una caída del 3,4 % tras anunciar un beneficio neto de 1.604 millones de euros en el primer trimestre del año, el 24 % menos, tras dotar 3.127 millones a provisiones para insolvencias.
Al cierre, las acciones del Santander se cotizaban a 4,75 euros por título, con un descenso acumulado en el año del 9,9 %, pese a lo cual se mantiene como la segunda mayor empresa española por capitalización, por delante de Inditex.
Según los resultados anunciados por el banco que preside Emilio Botín, entre enero y marzo, la morosidad se ha situado en el 3,98 %, en tanto que el crédito alcanzó los 746.382 millones y los depósitos, los 651.132 millones, el 5 % y el 6 % más, respectivamente.
El consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz, aprovechó la presentación de resultados para hablar, a preguntas de la prensa, de la situación complicada que vive el sector.
Se refirió en concreto a la escasez de recursos que padece el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para seguir financiando la reestructuración financiera del sector. El Santander, en cualquier caso, está resignado a que la banca siga aportando recursos a este proceso.
Sáenz no ha aclarado, en este sentido, si el FGD se recapitalizará mediante un crédito de la banca o mediante un adelanto de las cuotas de las entidades financieras, aunque espera y desea que no se encarezcan las aportaciones, que en el caso del Santander es de 240 millones anuales.
Ayer, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un informe en el que alertaba que una vez agotadas las opciones para que la banca aporte recursos de manera privada, "puede ser necesario un mayor recurso de la financiación pública".
"El informe no dice nada nuevo que no supiéramos", ha manifestado Sáenz, quien ha resaltado que "dice otras cosas que no hay que olvidar como que hay bancos sólidos y solventes con capacidad de generar resultados", entre ellos el Santander, y que "es previsible y "razonable que sigamos haciéndolo bien".
Sobre la posibilidad de crear un "banco malo" o cualquier sociedad a la que transferir activos inmobiliarios problemáticos, ha indicado que el banco es perfectamente capaz de gestionarlos por sí mismo.
Entre enero y marzo, la entidad "prácticamente" ha vendido la misma cantidad de inmuebles que los que le han sido adjudicados, por lo que espera que en 2012 se reduzcan estos activos en su balance.
"Los estamos gestionando bien y vamos a acelerar las ventas de los activos inmobiliarios", ha dicho el consejero delegado del Santander, que sólo debe provisionar ya 1.000 millones de acuerdo con el real decreto de saneamiento del sector aprobado en febrero.
El banco se ha adherido al Código sobre Desahucios y desde agosto ha refinanciado unos 2.000 millones en hipotecas de 12.700 clientes.
Respecto a la expropiación de YPF a Repsol y preguntado por si el grupo teme que le ocurra lo mismo en Argentina, Sáenz se limitó a explicar que se trata de un "tema importante" y mostró su deseo de que se alcance una solución razonable pronto.
Por otro lado, Sáenz no quiso desvelar si la entidad acudirá a la subasta de CatalunyaCaixa, aunque cuando le preguntaron si le preocupa perder cuota de mercado en Cataluña tras la adquisición de Unnim por parte del BBVA, se limitó a afirmar que "hay mucho partido por delante".
Por último, Sáenz ha explicado hoy que el Banco Central Europeo (BCE) no debería ser tan tajante al decir que la subasta de liquidez de febrero fue la última, "porque eso le da al mercado un dato que no debería tener".
"Sería deseable" que el BCE dijera que si los mercados continúan cerrados "podría considerar nuevas ventanas de liquidez", ha indicado. EFE
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