El sector del carbón llama a la protesta y acusa de traición a Sánchez por su cierre

  • Los trabajadores rechazan la propuesta del Gobierno para dar solución a casi 2.000 empleos y recuerdan el apoyo que le dieron para ganar en Ferraz.
Pedro Sánchez,
Pedro Sánchez,
Efe

Son muchas las noticias sobre rectificaciones y cambios de criterio que asedian al Gobierno de Pedro Sánchez tras apenas un centenar de días en la Moncloa. Pero pocos frentes podrían doler tanto desde lo ideológico como el que se está extendiendo como la pólvora en el sector del carbón. Este nuevo problema ataca donde más le duele al jefe del Ejecutivo, en su flanco izquierdo, en la militancia, en el ala del PSOE más identificada con la O de obrero. El carbón se levanta contra su anunciado cierre. Se sienten traicionados por un gabinete que creían que se pondría de su parte o, mejor dicho, que siempre dijo que estaría a su lado. La palabra movilización es la más repetida, seguida muy de cerca por otro término más duro: traición.

Y es que el presidente del Gobierno y su ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, acaban de presentar a los sindicatos mineros un plan de medidas que plantea el cierre de la minería del carbón –donde a día de hoy trabajan todavía 1.600 empleados en toda España- para el 31 de diciembre de este año. Se han propuesto una serie de medidas sociales como prejubilaciones, bajas incentivadas y un plan de empleo para las comarcas afectadas, aunque, de momento, no existe cuantificación presupuestaria. Los sindicatos, que acudieron el pasado jueves a una reunión en el Ministerio de Industria, han rechazado de plano la oferta.

El Ejecutivo socialista se basa en el Plan de Transición Energética, una decisión aprobada en 2010 por los países miembros de la UE (con José Luis Rodríguez Zapatero aún de presidente), que determinaba el futuro del carbón y prometía “una transición justa” para los territorios carboneros. “No los vamos a dejar tirados”, se decía siempre desde el PSOE. Ocho años después, la ministra actual, Teresa Ribera, es firme partidaria de la descarbonización de la economía y ha dejado claro en varias ocasiones que “el carbón no tiene futuro” por antieconómico y contaminante.

El propio Pedro Sánchez arrancó el pasado domingo 9 de septiembre el curso político en Oviedo, en un acto organizado por el PSOE asturiano en el que llegó a decir que su idea era que la empresa minera pública Hunosa esté "a la vanguardia" de una transición energética "justa y dialogada". Pero no dio más detalles. Aquellas palabras las pronunció, de hecho, ante el secretario general de la Federación Socialista Asturiana, el alcalde de la minera Pola de Laviana, Adrián Barbón. Pasados unos días, Barbón ha marcado distancias con Sánchez y su política energética y deja claro que reivindican “un espacio para el carbón autóctono”. Así pues, en materia energética, la FSA se distancia del ‘jefe’ y deja claro que está al lado de los mineros y los sindicatos del sector.

No en vano, en las cuencas mineras se concentra buena parte de la militancia socialista de Asturias (pero también en León o en Teruel, las otras zonas afectadas por el plan), que fue decisiva para que el hoy inquilino de la Moncloa recuperase el poder en el PSOE en las primarias que en mayo de 2017 le enfrentaron a Susana Díaz y al presidente asturiano, también de la gestora socialista, Javier Fernández. Buena parte de estos militantes socialistas se sienten agraviados: “Es una traición a las propios fundamentos del partido y lo aprobado sobre el carbón autóctono en las resoluciones del 39 Congreso del PSOE”, celebrado en junio de 2017, el mismo congreso que entronizó a Pedro Sánchez en el despacho principal de la planta noble de Ferraz. Quien habla así de claro es un militante socialista asturiano que prefirió a Pedro Sánchez frente a Susana Díaz en su momento y que, por razones obvias, prefiere permanecer en el anonimato.

El Gobierno “no tiene ninguna voluntad política de dar un futuro al carbón autóctono y a las comarcas mineras. Está enrocado en que esto hay que cerrarlo el 31 de diciembre. Siguen una línea de desasosiego, irracionalidad, de ir a por nosotros, de ir a por cuatro empresas de carbón autóctono porque no les he visto hablar nunca de cerrar el carbón de importación, que emite más CO2 que nosotros… Si siguen en esta línea, nos van a encontrar en la calle”, advierte, a las puertas del Ministerio de Transición Ecológica, un militante socialista, de la cuenca asturiana del Caudal, de Mieres, quien probablemente apoyó a Pedro Sánchez en las primarias… Se trata del secretario de minería de UGT-FICA, Víctor Fernández, y refleja el sentir contra la actuación del Gobierno.

"Si el Gobierno se niega a negociar y no garantiza un proceso de transición justa, nos veríamos obligados a adoptar las medidas de presión oportunas, recurriendo si es necesario a la convocatoria de movilizaciones sociales", recalcaron desde la dirección del SOMA (Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias) al diario asturiano La Nueva España el pasado 8 de septiembre. El SOMA está dirigido por José Luis Alperi, otro apoyo de Sánchez durante las primarias, y miembro del Comité Federal Socialista, el máximo órgano del partido entre congresos. Fue precisamente con la dirección del SOMA con quien se reunió Pedro Sánchez el 10 de diciembre de 2016, cuando decidió “coger el coche y recorrer España”.

Tuit de Pedro Sánchez de diciembre de 2016
Tuit de Pedro Sánchez de diciembre de 2016 / La Información

Fue la segunda parada, tras el arranque en Xirivella (Valencia) de su ‘tour’ en busca de apoyos de cara a las primarias del PSOE de mayo del año siguiente. Fue un acto simbólico, al que acudieron miles de personas, y de gran calado porque se realizaba en pleno feudo de su rival: Javier Fernández. “Reunido en El Entrego con el Sindicato de los Obreros Mineros de #Asturias (SOMA). ¡Muchas gracias por vuestro apoyo!”, escribió entonces Pedro Sánchez en su cuenta de twitter, donde apoyó su texto con varias fotos de una reunión en las que, además del propio Pedro Sánchez y la dirección del SOMA, se podía ver a otros ilustres asturianos del ‘sanchismo’ como Adriana Lastra, hoy portavoz parlamentaria del PSOE; o la flamante nueva ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo. De aquella reunión se destacó el compromiso de Sánchez con el carbón autóctono y las comarcas mineras.

Entre los militantes socialistas de las comarcas mineras se acusa a Sánchez de alejarse de los posicionamientos fijados por el 39 Congreso del PSOE, y votados por el propio secretario general del PSOE y su ejecutiva. En el mismo se aprobó una resolución que dice que hay que favorecer la presencia del carbón autóctono en el mix de generación frente al carbón de importación. Para cerrar el círculo del ’fuego amigo’ contra Sánchez por su política energética, dos barones socialistas, apoyados en este caso por el popular castellanoleonés Juan Vicente Herrera, como son el asturiano Javier Fernández y el aragonés Javier Lambán, han formado un frente común en el que exigen el mantenimiento de las centrales térmicas y una transición justa para el carbón autóctono y las comarcas mineras.

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