El tope al gas no funciona

El tocomocho de Ribera: sólo un 30% de recibos soportan el pago a las eléctricas

Ni en el peor de los escenarios se esperaba una subida de precios, que se mantendrá durante toda esta semana para más 'inri' de la ministra. Los técnicos del sector estiman la rebaja anual entre el 5% y el 10%. 

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
El tocomocho de Ribera: sólo un 30% de recibos soportan el pago a las eléctricas.
Europa Press

El tope al gas era el tercer gran intento de Teresa Ribera para controlar el precio de la luz sin pasar por el yugo que en el sector tienen impuesto las grandes eléctricas, que son la que producen, distribuyen y venden los megavatios y tienen controlados todos los eslabones de la cadena de valor, sea cual sea el sistema de generación. Pero a la tercera no ha sido la vencida, y la ministra está viendo como el pago de la compensación a los grandes grupos gasistas que ha ratificado la Comisión Europea tal cual se lo enviaron desde Madrid, está dando al traste con su promesa política de bajar el coste del recibo del seguro de forma rápida una vez aceptado su tope al gas en Bruselas. En el primer decreto contra los 'windfall profit' se le olvidó que en el mercado había contratos a largo plazo que eran verdaderos productos financieros complejos; en el segundo se intentó enmendar el fallo y el resultado fue que todo quedó en nada; y en el tercero, el error de cálculo sobre el escaso 30% del mercado ibérico (España y Portugal) que debe afrontar la compensación millonaria a las eléctricas, ha dejado de nuevo el gozo en un pozo.

Aunque solo estemos en el segundo día de funcionamiento del sistema, fuentes cercanas al Ministerio aseguran que, ni en el peor de los escenarios que se estaban manejando por los técnicos que han elaborado la fórmula concreta para el tope al gas y las compensaciones a las eléctricas se contaba con una subida del precio de un día para otro en la puesta en marcha del modelo. Pero las cuentas son tozudas y la clave no está tanto en el precio diario del mercado, que como es lógico sí se reduce con el tope al gas, sino en la compensación a las compañías. 

Al final, los 10 millones de usuarios de PVPC y el 50% de las empresas que usan la tarifa regulada son solo la tercera parte de la 'excepción ibérica', dado que en Portugal apenas se usa esta forma de pago y la mayor parte son contratos a plazo. Y eso es, por ahora, muy poca gente para pagar la cuota diaria por el ciclo combinado que hay que devolver a las compañías, hasta completar en un año los 6.300 millones que se calculan por este concepto en España y los 2.100 de Portugal. Esa losa ha echado por tierra la previsión más optimista de generar un ahorro del 15% en el precio de la luz durante el año de vigencia de la medida. y amenaza con dejarla en el entorno de entre el 5% y el 10%. 

"El sistema mejorará un poco dentro de una semana, porque es imposible que empeore más", señala un experto del sector que sigue cada día los datos del mercado, tras admitir la "mala suerte" de la ministra al haber puesto en marcha el modelo cuando más está tirando la generación con centrales de ciclo combinado a las que hay que devolver el dinero que se ahorra con el tope. La media anual de este tipo de generación fue el año pasado de un 15%, con las renovables disparadas a un 52% de la producción total, pero esos datos están muy lejos de la situación que se está viviendo esta semana, con las centrales de gas tirando hasta un 40% de la demanda y la eólica y la fotovoltaica, sin viento y con calima, bajo mínimos. 

Un precio 'político' con efecto boomerang

Junto a los condicionantes climáticos, desde el sector energético se han levantado además todas las alarmas con el componente político del precio de la luz en Europa, derivado del precio del gas, y del efecto boomerang que pueden suponer para el mercado las subidas que generen cuestiones como la elevación de la prima de riesgo en Rusia y en toda Europa, la escalada de los tipos de interés en Estados Unidos y del Banco Central Europeo, o un recrudecimiento de la guerra con Ucrania que suponga el corte definitivo del gas ruso a Alemania. 

Todos esos condicionantes pesan sobre el mercado internacional del gas y, por ende, de la electricidad, de forma que una más que previsible subida de precios puede suponer, en el caso español, una elevación de la compensación a las eléctricas, con la que no se ha contado en el cálculo total hecho en el decreto. España está incrementado la compra de gas a Estados Unidos en este semestre, frente al suministro ruso y argelino, con una subida de los tipos de interés de este mismo miércoles al 1,75% por parte de la Reserva Federal, algo que redundará en los costes de todo el sector. "Si cuando mejore el tiempo y haya menos recurso al gas, suben los costes o empeora la situación política internacional, el riesgo de mantener un ahorro mínimo con el tope ibérico se mantendrá", advierten fuentes empresariales. 

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