El tráfico marítimo de mercancías capea el temporal ante la caída de cruceros

  • Cora Serrano.

Cora Serrano.

Madrid, 29 oct.- Cara y cruz de una misma moneda. Tres años después de la drástica caída que sufrió en 2009, el tráfico de mercancías en los puertos españoles ha conseguido salir a flote amparado en un incremento que, si bien más moderado, permite hacer frente al actual retroceso del volumen de pasajeros de cruceros.

Después de vencer el peor ejercicio que se recuerda, el tráfico de mercancías ha conseguido retomar la senda de crecimiento por segundo año consecutivo aunque, en una nueva recesión del país, lo hace ahora en porcentajes inferiores a los registrados meses atrás.

Y es que, según los últimos datos oficiales, en los ocho primeros meses del año, el tráfico total de mercancías en los puertos españoles fue de 315 millones de toneladas. Esta cantidad, pese a que representa un alza del 6,2 % con respecto a la contabilizada en el mismo periodo de 2011 sufre una ralentización en su crecimiento mensual.

En este contexto, los puertos españoles han conseguido afianzar su protagonismo en los puertos mediterráneos como Valencia o Barcelona e, incluso, en los de Algeciras o Las Palmas; puertos, todos ellos, que figuran entre los 20 primeros de Europa en tráfico de mercancías y entre los 100 primeros del mundo, una clasificación que lidera de forma indiscutible Asia, principalmente China.

En vista de la evolución del sector, Puertos del Estado confía en que los tráficos portuarios españoles se recuperen en 2013 hasta los niveles previos a la crisis, de forma que lleguen a crecer un 3 % el próximo año y marquen en 2014 su récord histórico, con más de 500 millones de toneladas.

Frente a esta tendencia, el sector cruceros navega ahora en una ruta completamente diferente.

Después de crecer de forma continuada en los últimos seis años y tras el máximo de 2011, el número de cruceristas que ha recalado en los puertos españoles ha descendido un 8 % hasta agosto.

Muy destacable ha sido el retroceso protagonizado en grandes puertos como Baleares, Barcelona o Cádiz, que no ha sido capaz de compensarse con los datos positivos logrados en La Coruña, Valencia o Málaga.

Pese a todo ello, España se posiciona como el segundo mercado de destino para los pasajeros de cruceros en Europa, sólo por detrás de Italia. Una industria que fue capaz de crear 27.500 empleos en 2011 y de generar 1.300 millones de euros en gastos directos en España.

Por otro lado, en un panorama marcado por la caída de la demanda, el encarecimiento de los combustibles, la crisis económica y las restricciones presupuestarias, la industria naval se erige ahora como un eslabón clave en el sector energético y en desarrollo de nuevas fuentes renovables.

El crecimiento de la eólica marina en el Norte de Europa, especialmente en el Mar del Norte, se convierte así en una oportunidad de negocio para la industria marítima española.

En este campo se centra ahora Navantia, que, ante la caída de pedidos de la Armada Española, busca diversificar su negocio con el foco puesto en los yacimientos de petróleo y gas en alta mar, en los buques de apoyo a estas instalaciones o a las estructuras para las plataformas eólicas marinas.

Sin duda, los retos futuros deben ir de la mano del desarrollo de las autopistas del mar, de mejoras de las interconexiones de los puertos, del fomento de la intermodalidad con otras formas de transporte, de la puesta en valor de las infraestructuras actuales y de la adopción de todas aquellas medidas que reduzcan la sobrecapacidad y los costes logísticos de las empresas.

Entre los desafíos del transporte marítimo español, con una flota mercante que se sitúa entre las banderas más seguras, se encuentra también el de hacer de esta industria un ejemplo de sostenibilidad, mejorando su eficiencia y reduciendo las emisiones contaminantes de cara a los compromisos europeos para 2020.

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