El tribunal de cuentas detecta deficiencias en la gestión del museo del prado y el icaa


El Tribunal de Cuentas ha aprobado dos informes de fiscalización en los que observa diversas deficiencias en la gestión del Museo Nacional del Prado y el Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA).
El informe sobre el Prado, al que ha tenido acceso Servimedia, se refiere al ejercicio 2012 y refiere “debilidades del control interno” del museo, por ejemplo por “un elevado número y dispersión de obras de arte depositadas en otras instituciones que dificultan especialmente el seguimiento y control del estado de conservación y seguridad a ejercer por el museo”.
A ello se añaden “la inejecución del proyecto de creación del Centro de Gestión de Depósitos y la insuficiencia de medios humanos asignados a la gestión directa de estos depósitos”.
El tribunal también destaca en sus conclusiones la “ausencia de un informe periódico sobre el estado de conservación de las colecciones del museo”, la “falta de unos criterios generales para la adquisición de bienes artísticos” y “la desactualización de los criterios generales para la ordenación de los depósitos (Prado Disperso)”.
En sus recomendaciones, el órgano fiscalizador aconseja a la dirección del museo que apruebe “unas normas internas referidas al conjunto de las actividades técnicas y administrativas que desarrolla, en especial las relativas al ejercicio de la función de coordinación, las áreas de conservación preventiva y seguridad, y las de la gestión de los bienes artísticos, ingresos y contabilidad”.
El Tribunal de Cuentas considera “imprescindible” que la pinacoteca prosiga en las tareas de seguimiento y control de los depósitos constituidos en otras instituciones (Prado Disperso), y ve necesario que “continúe en la investigación y búsqueda de los posibles bienes que se han de integrar en el Legado Villaescusa”. “El museo”, añade, “debe proseguir en la búsqueda de las obras de arte no localizadas que figuran en antiguos inventarios".
ICAA
Por otro lado, en la fiscalización del Instituto de Cine, relativa al año 2011, el tribunal responsabiliza al organismo en materia de personal de “no disponer de bases de datos u otros registros manuales o informáticos que permitieran llevar un control global sobre las altas y bajas de todos los trabajadores producidas en cada ejercicio, así como de los permisos solicitados”.
El ICAA no disponía de un inventario único donde se registraran todos los
elementos de inmovilizado intangible y material, “sino que disponía de hasta 20 registros de inventarios diferenciados, gestionados por diferentes unidades, que no se encontraban vinculados ni integrados, que no incluían la totalidad de los elementos de inmovilizado y en los que figuraba un elevado número de elementos sin valoración”.
En los procedimientos de gestión y registro de los fondos fílmicos, documentales y museísticos del ICAA, la fiscalización ha encontrado “notables deficiencias y debilidades de control interno, entre las que destacan la ausencia de recuentos físicos periódicos, la existencia de discrepancias entre los registros de almacén y los documentos de entrega y devolución de fondos fílmicos, así como la ubicación dispersa de los elementos entre diferentes almacenes y locales, gestionados y custodiados por diferentes unidades”.
El organismo tampoco realizaba controles sobre los ingresos declarados en las liquidaciones remitidas al ICAA por el Servicio de Publicaciones del Ministerio de Cultura, por Ediciones Cátedra, así como por RTVE por la comercialización de imágenes del archivo histórico NODO.

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