Elección de Ryan busca motivar a las bases y priorizar batalla sobre déficit

  • La elección de Paul Ryan como el candidato a vicepresidente del virtual aspirante republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, busca motivar a las bases más conservadoras del partido y colocar los desafíos fiscales y de reducción del déficit en el centro del debate en la recta final de la campaña en EE.UU..

Washington, 11 ago.- La elección de Paul Ryan como el candidato a vicepresidente del virtual aspirante republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, busca motivar a las bases más conservadoras del partido y colocar los desafíos fiscales y de reducción del déficit en el centro del debate en la recta final de la campaña en EE.UU..

Romney "ha elegido al corazón intelectual" del movimiento nacido dentro del Partido Republicano en favor de una "rebaja drástica del déficit", indicó The Washington Post después del anuncio hecho hoy en Norfolk (Virginia) por el que será el rival del presidente Barack Obama en las elecciones de noviembre.

Nada más cercano a la realidad. Ryan, de 42 años y congresista por Wisconsin, es el arquitecto de un plan presupuestario que aboga por una reducción drástica del gasto público mediante recortes en programas gubernamentales educativos, de salud e infraestructuras, y la eliminación de impuestos a las ganancias y dividendos.

Hoy en día casi todos las voces conservadoras influyentes del país han debatido alguna vez sobre el plan de Ryan y casi todos los legisladores republicanos han votado a favor de alguna de sus versiones en el Senado o en la Cámara de Representantes.

El propio Romney habló en marzo pasado de ese plan y se mostró completamente a favor de él.

Romney y Ryan, actual presidente del Comité de Presupuestos de la Cámara de Representantes, también coinciden en sus apreciaciones sobre Obama, al que acusan de fomentar un enfoque "europeo" de la economía.

Con la designación de Ryan la batalla sobre cómo reducir el abultado déficit de EE.UU., que se espera que cierre 2012 en 1,2 billones de dólares, pasará a un primer plano en la contienda electoral y se anticipa incluso más dura que la que casi obligó al país hace un año a declararse en suspensión de pagos.

Tanto republicanos como demócratas han prometido no aumentar la carga tributaria en general, pero el desacuerdo está en la adinerada minoría que gana más de 250.000 dólares al año.

Para Obama deben contribuir al reequilibrio fiscal doméstico y pagar más impuestos, mientras que Romney opina que son los "generadores de empleo" y se verán desalentados a invertir si eso sucede.

Además, evitar una subida de impuestos genérica se debe compensar con recortes en los grandes generadores del gasto: los programas de seguridad social, intocables para los demócratas, y el presupuesto para defensa, vaca sagrada de los republicanos.

Gracias a su defensa del libre mercado y de esa austeridad fiscal que conlleva reducir el papel del Gobierno al mínimo, Ryan ya era desde hace tiempo del agrado del movimiento ultraconservador del Tea Party.

Políticos e influyentes cabeceras conservadoras como The Wall Street Journal, que definió a Ryan en un editorial como miembro de "una nueva generación de reformistas", expresaron con claridad en los últimos días que su elección sería idónea.

Romney tomó la decisión de elegir a Ryan el pasado 1 de agosto y la mantuvo en secreto hasta la medianoche del viernes.

Al igual que pasó con Sarah Palin en 2008, se espera que Ryan ayude a movilizar a las bases conservadoras a las que no convencen algunas posturas "moderadas" de Romney.

Ryan ayudará a "apuntalar el apoyo" a Romney entre las bases del partido, según dijo el analista Ford O'Connell a la cadena CNN.

No obstante, los demócratas han alertado de que el plan presupuestario del congresista privatizaría el sistema de Seguro Social, del que dependen la mayoría de ancianos, jubilados y discapacitados en el país, y eso ya ha generado protestas entre los católicos, religión a la que él pertenece.

Otro de sus puntos débiles es que Ryan, pese a la popularidad de la que goza en Wisconsin, su estado natal, nunca ha hecho campaña electoral a nivel nacional y no tiene experiencia en política exterior.

Su experiencia de años en el Congreso es buen complemento para un hombre de negocios como Romney, aunque las últimas encuestas reflejan el hastío de la población con los políticos de Washington debido al aumento de la polarización bipartidista.

Para prever lo que los republicanos harán en el Gobierno si ganan en noviembre, hay que empezar a conocer y a "entender" a Paul Ryan, según Ryan Lizza, de la revista The New Yorker.

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