Las elecciones condicionan el endurecimiento de la política monetaria de EEUU

EUROPA PRESS

La ralentización de la economía en el primer trimestre de 2016 provoca que el bando más prudente de la Fed no cuente con la certeza necesaria para acometer una subida de tipos en junio, por lo que planteará realizarla en septiembre. Sin embargo, aun siendo una institución independiente, se antoja complicado realizar una subida de tipos en plena campaña electoral.

"El bando más blando de la Fed se sentiría más cómodo esperando unos meses más para realizar la subida de tipos, pero las elecciones son en noviembre y eso te condiciona muchísimo", comenta al respecto el responsable del departamento de análisis de Intermoney, Francisco Vidal.

En este sentido, el analista explica que la complejidad de la situación económica y política actual no esclarece la duda de cuándo se producirán las anunciadas subidas de tipos, "por lo que deberemos estar muy atentos" al lenguaje utilizado por la institución en el comunicado que se emitirá tras la reunión.

Desde Intermoney consideran que las cifras del mercado laboral estadounidense, los precios de consumo personal y la inflación del sector servicios, que está repuntando a un ritmo del 3%, en conjunto con las políticas monetarias acomodaticias del Banco de Japón (BoJ) y el Banco Central Europeo (BCE) "dan margen" a la Fed para seguir adelante en su estrategia de salida.

"En un mundo interconectado, las políticas cada vez más laxas del BoJ y el BCE ayudarían, en cierta parte, a la Reserva Federal a endurecer su política monetaria, ya que compensan la subida de tipos", explica Vidal, quien recuerda que en los años previos a la crisis financiera, los estímulos monetarios llevados a cabo por el BoJ "se diluían" en el resto del mundo, sin que el mercado se percatara de ello.

En este sentido, el analista de XTB, Joaquín Robles, apunta a que la intención de EEUU de continuar con una política monetaria laxa se debe al "interés de mantener" el dólar débil para que no alcance la paridad con el euro y así favorecer al sector turístico y a las empresas estadounidenses.

De este modo, Robles apunta a que la Fed debe dejar la puerta abierta a un posible endurecimiento de la política monetaria en junio, pero apuesta por que esta se produzca en septiembre, dada la cantidad de acontecimientos que podrían incrementar la volatilidad de los mercados en junio.

"En verano habrá que estar atentos a las reuniones de la OPEP para congelar la producción de petróleo, al 'brexit', cuyo resultado está en manos de un 20% de indecisos...", recuerda Robles, quien también reconoce las dificultades de realizar una subida de tipos en septiembre. "No vemos un momento tan unánime como el pasado diciembre, es complicado", concluye.

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