Spacex, SolarCity, PayPal...

Así era Elon Musk antes de que todos le conocieran por ser el fundador de Tesla

Desde que se supo que el empresario quería comprar Twitter por 42.000 millones de euros, la parte del mundo que no sabía quién era ya lo sabe: es el hombre más rico del mundo.

Elon Musk foto buena
Elon Musk antes de que todo el mundo supiera quién era el fundador de Tesla
CONTACTO vía Europa Press

“Cuando la gente joven iba a una gran fiesta, se divertía, bebía mucho y hablaba de rugby o de deportes, Elon estaba a gusto en una biblioteca, sumergido en la lectura libros”. Así definió Errol Musk a su hijo Elon en una entrevista a la revista “Forbes”. Desde que se supo que Elon Musk quería comprar Twitter por 42.000 millones de euros, la parte del mundo que no sabía quién era Musk ya lo sabe. El hombre más rico del mundo. El friki que quiere llevar el hombre a Marte. El creador de los vehículos eléctricos Tesla. El hombre que lanza cohetes para la Nasa. El que inventó PayPal.

Casi todas sus recientes biografías se han centrado en esa parte de su vida, la que está llena de éxitos. Pero, ¿cómo era Elon Musk antes de que la gente quisiera saber quién es Elon Musk? “Cuando era muy pequeño, con unos tres o cuatro años, me vino un día a preguntar: ¿dónde está todo el universo?”, dijo su padre en una entrevista a una radio de Johanesburgo. “Esa pregunta me hizo pensar que era algo diferente a los demás niños”.

La rareza ya venía de estirpe. Por parte de madre, su abuelo fue Joshua Haldeman, un aventurero canadiense que recorrió África en avión, y trató de encontrar una “Ciudad perdida” en el desierto de Kalahari. La abuela materna de Musk, Winnifred, fue la primera quiropráctica de Canadá, una técnica de medicina alternativa basada en dar masajes para curar afecciones. Los abuelos maternos de Musk se mudaron con los hijos a Sudáfrica y fueron los primeros en recorrer la ruta Sudáfrica-Australia en una avioneta. Su madre Maye Musk ha sido durante 50 años una modelo que ha aparecido en las portadas de muchas revistas. El padre de Musk, Errol, es ingeniero, piloto, marino, promotor inmobiliario y durante un tiempo fue propietario de una mina de esmeraldas en Zambia.

Musk nació en Pretoria, en Sudáfrica en 1971. Tiene dos hermanos menores: Kimbal y Tosca. Su apellido paterno Musk tiene ancestros británicos y franceses, para algunos biógrafos. Para otros son ancestros holandeses y suizo-alemanes. Cuando Elon Musk era muy pequeño, sus padres llegaron a pensar que era mudo porque cuando le hablaban, el niño se les quedaba mirando desde lejos. “Realmente estaba en otro mundo”, dijo su madre a Ashley Vance, el periodista que escribió la biografía de Musk.

En el colegio, Elon Musk sufrió varios episodios de acoso. Un día un compañero le empujó por las escaleras. Se le rompió el tabique nasal. Desde entonces tiene problemas para respirar y visita al médico cada cierto tiempo para someterse a operaciones. Musk confiesa que el problema se le acrecienta con la edad. Musk creció con sus hermanos en una Sudáfrica donde existía la división de razas: el apartheid. En su biografía, escrita por Ashley Vance con el material de muchas entrevistas a sus conocidos (“Elon Musk: el empresario que anticipa el futuro”. Península), no se logra descifrar esta parte de su vida. Fueron años duros para Sudáfrica pues tuvo que afrontar las sanciones impuestas por la comunidad internacional a causa de su política racista. “Musk viajó al extranjero durante su infancia y se habría hecho una idea de cómo los extranjeros veían Sudáfrica”, dice Vance. “Pero lo que tuvo un impacto aún mayor en la personalidad de Musk fue la cultura afrikáner blanca tan predominante en Pretoria y sus alrededores. Se adoraba el comportamiento hipermasculino y se veneraba a los deportistas duros. Mientras tanto Musk disfrutaba de un nivel de privilegio, y vivía como un extraño cuya personalidad reservada e inclinaciones frikis iban en contra de las actitudes predominantes de la época”. Pero el biógrafo no añade mucho más. Cuando periodistas de “The New York Times” intentaron ponerse en contacto con Musk recientemente para que narrase sus años en aquella Sudáfrica racista, Musk les ignoró. No quería hablar de aquella Sudáfrica. Según Vance, Musk buscaba una escapatoria de su entorno y soñó con un lugar “que permitiera que su personalidad y sus sueños florecieran”. Ese lugar era América.

“Elon siempre ha sido un pensador introvertido”, confesaba su padre a Forbes. Los padres se separaron cuando eran muy pequeño, y los hijos se fueron a vivir a la casa paterna. Cuando descubrió el mundo de los ordenadores, se sumergió en esta tecnología. Su hermana Tosca decía: “Puedes pedirle a Elon que haga muchas cosas en su computadora, pero no le pidas que tome un autobús”. Los niños viajaron con su padre alrededor del mundo. Cuando iban en coche, Elon estaba en el asiento trasero; perdido en sus pensamientos. “Kimbal, mi otro hijo que es tan enérgico como Elon, se encargaba de guiarnos y orientarnos”, afirmaba Errol Musk a “Forbes”.

IBM inventó el ordenador personal en 1981. Se vivía la locura de la informática. El mundo estaba apasionado por estos trastos. Al cumplir los once años (1982), Elon le manifestó a su padre que quería asistir a un curso donde enseñaran cómo utilizar los PC. Resultó que un grupo de expertos del Reino Unido iba a visitar Sudáfrica para impartir unos cursos de informática. El padre de Elon solicitó a los organizadores, Hyperama, que le permitiesen a su hijo de 11 años asistir a uno de esos cursos, pero le respondieron que no estaba previsto para niños. Al final, el padre consiguió registrar a su hijo en la charla inaugural en la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo por 75 rands, que era una suma elevada de dinero. Los organizadores le comunicaron que el niño se tenía que sentar a un lado, y quedarse calladito. Además, tenía que ir vestido con chaqueta y corbata.

El padre le dejó en el evento y se fue a comer una hamburguesa con Kimbal. Al regresar al recinto no hallaron a Elon. Estuvieron buscándole hasta que lo encontraron en una sala con la chaqueta y la corbata quitada, arremangado, y charlando de pie con unos británicos. Cuando se acercaron, uno de los británicos le dijo al padre que a ese niño había que conseguirle una computadora como fuese. “Así que conseguimos una, gracias a Dios con descuento, y con esa computadora aprendió solo, usando el sistema operativo para programar”, decía el padre a Forbes.

“A mediados de los ochenta, recuerdo que me mostró una caja con una luz roja y me decía que eso era un módem: ‘Con esto, las computadoras pueden hablar entre sí. Si esa computadora está en línea entonces puedo hablar con una computadora en Inglaterra y hacerle preguntas’. Siempre estaba conectado”, afirmaba Errol. Con 12 años de edad, Musk desarrolló un programa de videojuegos llamado Blastar que luego vendió por el precio de unos 500 dólares. El juego consistía en destruir una nave alienígena llena de armas de destrucción masiva.

A los 14 años, como muchos chicos de su edad, tuvo una crisis existencial: buscó las respuestas en diversas religiones e incluso en la filosofía, pero no las halló. Entonces cayó en sus manos un libro de ciencia ficción que estaba siendo como en Santo Grial de muchos jóvenes: “Guía del autostopista galáctico”, de Douglas Adams. Aprendió en ese libro algo que le ha servido para desarrollar su pensamiento crítico: que una de las cosas realmente difíciles en esta vida es saber qué preguntas te tienes hacer. “Una vez que das con la pregunta, la respuesta es relativamente fácil”, decía Musk.

La idea de hacerse las preguntas correctas probablemente venga de un pasaje del libro de Adams, en el cual dos seres galácticos le preguntan a una supercomputadora llamada “Deep Thought” (Pensamiento Profundo), cuál es la respuesta. La computadora pregunta: “¿La respuesta a qué?”. Y los seres le dicen: “La respuesta a la Vida, al Universo, a Todo”. La computadora les pide un tiempo para reflexionar. Y al final, dice que no tiene la respuesta a la Pregunta Definitiva sobre la Vida, el Universo y Todo, porque ellos “no saben” hacer bien la pregunta. “Cuando sepáis cuál es la pregunta, sabréis cuál es la respuesta”, les dice la computadora. Entonces, Deep Thought les promete que diseñará una computadora que sabrá hacer las preguntas adecuadas.

A los 17 años, Musk dejó Sudáfrica y se fue a vivir a Canadá, donde empezó a estudiar en la Universidad de Queens. Luego se trasladó a Estados Unidos, donde continuó sus estudios en la universidad de Pennsylvania y acabó la carrera de Físicas. En 1995 fue a la Universidad de Stanford para obtener su doctorado en Físicas. Y descubrió internet. Dos días después de matricularse dejó de ir a clase y se puso a trabajar en una web que juntase datos de tiendas y lugares, con teléfonos y direcciones de interés. Era como una guía para viajeros. Se llamó Zip2.com y la lanzó en 1996. Daba servicio ‘on line’ a 180 periódicos en EEUU. Tres años después Compaq Computer se fijó en la empresa y la compró por 307 millones de dólares. A Musk le correspondían unos 22 millones de dólares. Invirtió la mitad para sacar en 1999 la firma x.com, una compañía que le hacía la competencia a los bancos permitiendo pagos seguros por internet. En 2000 la fusionó con Confinity de Peter Thiel y formaron PayPal. Años después, en 2003, eBay compró PayPal por 1.500 millones de dólares y a Musk le correspondieron 165 millones.

A partir de ahí empezó el Musk que todos conocemos: Spacex, Tesla, SolarCity, The Boring Company, Hyperloop, Twitter… Hoy es el hombre más rico del mundo. O, como dicen algunos, es el afroamericano más rico del planeta.

Mostrar comentarios