Según el Banco de España

Un embargo total al gas y petróleo rusos sumaría más de un punto a la inflación

El supervisor calcula que el PIB se resentiría entre un 0,8 y un 1,4% si se rechazan por completo los productos energéticos y hasta un -1,8% si no hay ninguna relación comercial entre la UE y Moscú.

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y la ministra de Economía, Nadia Calviño
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y la ministra de Economía, Nadia Calviño.
Europa Press

Dejar de comprar gas y petróleo a Rusia, uno de los mayores proveedores energéticos de la Unión Europea, tiene consecuencias para las economías comunitarias. También para la española. El Banco de España ha calculado que un embargo total de los productos energéticos (gas y petróleo) restaría entre un 0,8% y un 1,4% al producto interior bruto (PIB) español. Esta limitación en las importaciones también tendría consecuencias para la inflación. En concreto, según cálculos del supervisor, el índice de precios al consumo (IPC) aumentaría entre 0,8 y 1,2 puntos. Estas son las cifras para un "corte de suministro" de las importaciones rusas, es decir, si se optara por prescindir al completo de estas materias primas.

A última hora del lunes, los países miembros de la Unión Europea llegaron a un acuerdo para el embargo del petróleo ruso. Esto supone el corte de suministro de más de dos tercios de las importaciones rusas, según anunció el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. El pacto, por tanto, incluye todas las compras de crudo por vía marítima con excepción del transportado desde Rusia a Hungría, República Checa y Eslovaquia por oleoducto. Es decir, se trata de un escenario menos negativo para la economía europea que el que contempla el Banco de España en su análisis.

En el artículo Consecuencias económicas de un hipotético cierre comercial entre Rusia y la Unión Europea, el Banco de España señala que "en torno al 18% de los productos de la minería energética (gas y carbón) y el 9% de los productos derivados del petróleo que se consumen en la UE se importan de Rusia". En el caso de España, estas importaciones representan el 3% y el 2,5%, respectivamente y, por ello, el impacto sobre el PIB sería inferior que el que se estima para la UE: entre un 2,5% y un 4,2%. "Estos valores deben considerarse como impactos a corto plazo y cuya magnitud iría reduciéndose según aumentase la capacidad de sustitución de las importaciones energéticas rusas", explica el BdE.

Si además del embargo total a todos los productos energéticos, la Unión Europea decidiese cerrar por completo el comercio con Rusia, esto conllevaría un descenso del PIB español del 1,8%. Es decir, implicaría una caída adicional de siete décimas, con respecto al escenario de cese de las importaciones energéticas. En términos de inflación, el Banco de España calcula que sumaría 1,4 puntos, es decir, tendría un efecto adicional de medio punto con respecto al escenario inicial. El supervisor divisa varios escenarios y alerta de que en "los supuestos más restrictivos", teniendo en cuenta la capacidad de sustitución de importaciones y exportaciones, el impacto total podría alcanzar un 2,4% del PIB y un aumento de la inflación de 1,7 puntos.

El supervisor destaca que el impacto es menor en España que en otras economías europeas, al estar menos expuesta, es decir, mantener menos relaciones comerciales con Rusia. De la misma forma, el análisis también distingue entre el embargo del petróleo y el de la minería energética. "El impacto sería menor en el caso de cese de las compras de productos refinados del petróleo debido a diversos factores. Por un lado, la dependencia europea de las importaciones rusas es mayor en en cuanto al consumo de gas natural que en cuanto al de petróleo, tal y como se ha discutido anteriormente. Por otro lado, las alternativas para reemplazar las importaciones de gas natural ruso son más escasas que las del petróleo", recoge el artículo.

Por sectores, el Banco de España considera que los más afectados serían aquellos que hacen un consumo de energía más intensivo: "como el transporte, las manufacturas pesadas o la industria química". En el lado contrario, los servicios o el sector inmobiliario apenas sufrirían. No obstante, el BdE subraya que "la contracción del valor añadido en cada uno de los sectores se debe no solo al impacto directo debido al encarecimiento de la energía, sino también a la propagación de estos efectos directos a través de las cadenas de producción". En este sentido, recuerda que "el aumento de los costes" en los sectores más afectados "repercutirá también sobre el resto de ramas, independientemente de la intensidad energética de estas últimas".

En la misma línea, "las perturbaciones que sufren los proveedores europeos de las industrias españolas también se harán notar sobre el PIB y el nivel de los precios en España", apunta el BdE. Pone como ejemplo la fabricación de vehículos o la producción farmacéutica, por su alta dependencia en clientes y proveedores situados en otros países de la Unión Europea. Estos segmentos del tejido productivo se verían afectados de manera indirecta. "En concreto, en torno a la mitad de la caída del PIB estimada para España como consecuencia del cese de importaciones energéticas con origen en Rusia se debería al impacto a través de los flujos comerciales con el resto de los países de la UE", recoge.

El acuerdo alcanzado en la última hora de este lunes por los Veintisiete es satisfactorio para España, según fuentes gubernamentales. El Ejecutivo hubiera apostado por ir más allá, pero señala que aunque el pacto incluya excepciones como las que pedía Hungría, se logró que dos tercios del petróleo ruso, que son los que llegan por barco, dejarán de entrar en territorio comunitario antes de final de año. Eso aseguran las fuentes españolas que va a hacer mucho daño a Putin y, al mismo tiempo, no se adoptan decisiones que podrían destrozar las economías nacionales, tal como calcula el Banco de España para escenarios más adversos.

Mostrar comentarios