Emilio A. Pina: Hay que conseguir que la crisis no acabe por destruirnos

  • El nuevo director general de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, Emilio A. Pina, aborda su cargo convencido de que hay que encarar el mal momento de la industria del cine español como algo "pasajero" y confiesa, en una entrevista con Efe, que se marca la obligación de ser optimista.

Madrid, 19 may.- El nuevo director general de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, Emilio A. Pina, aborda su cargo convencido de que hay que encarar el mal momento de la industria del cine español como algo "pasajero" y confiesa, en una entrevista con Efe, que se marca la obligación de ser optimista.

"Ya se que es difícil, pero deberíamos pensar que esto es un bache y que esta desafeción que tiene el actual sistema, donde se priman valores económicos sobre los culturales, es pasajera, y se irá con la crisis; lo que hay que conseguir es que esto no termine por destruirnos y luchar por su recuperación", afirma.

Pina (Madrid, 1962) ha ocupado desde 2003 diversos puestos en la Academia, entre ellos, la vicepresidencia, compartida con Icíar Bollaín, cuando era presidente Álex de la Iglesia, y en los últimos años -los de su cambio radical- como responsable de producción de la gala de los Goya, la "tarjeta de presentación" de esta "nueva Academia".

"Creo que es una ventaja el conocer la casa, que tiene un comportamiento peculiar y en los últimos años intenta ser un poquito más profesional. El otro día -explica divertido- me senté por primera vez en la junta directiva para responder; ahora soy yo el que da las explicaciones".

Enseguida aclara que lo que hace "es gestionar y organizar, pero quien decide es la junta, que además es muy activa".

Descarta con humor plantearse el cargo como acceso a la presidencia, máxime -apunta- cuando el actual responsable es "alguien tan completo como Enrique González Macho que conoce y trabaja en las tres patas principales de la industria. La suya sí que es una visión global y ventajosa", dice.

En este punto, Pina accede a reflexionar sobre lo sucedido con la empresa del presidente, Alta Films, abocada al cierre después de cuarenta años liderando el sector del cine en versión original subtitulada, productora y distribuidora de prestigio, y exhibidora en más de 200 salas en su momento.

"Es una pena, porque es una muestra de que el sector no funciona como debiera, pero además en el caso de Alta es que era muy emblemático", señala.

Y añade: "Piensas que se cae y lo que eso significa, que vamos a perder cuota de este tipo de cine con respecto a las majors (multinacionales americanas) y es muy triste: por la veteranía de la empresa y porque es síntoma de la debilidad del sector".

La semana próxima, recuerda, habrá varias reuniones en la Comisión Europea que pueden ser definitivas para que el cine español aclare cuestiones fundamentales para su futuro.

"Deseo un buen acuerdo que permita una buena ley. Estoy convencido -apunta- de que se puede hacer algo y confío en que los que pueden tomar decisiones se den cuenta. La 'marca España' debe ser perdurable en el tiempo".

Se refiere Pina a que los loables éxitos deportivos del país pueden quedar anulados en cuanto aparezca un tenista mejor, u otro equipo gane el mundial de fútbol: "Lo que vemos año tras año en las librerías de Nueva York son escaparates plagados de caras de Pedro Almodóvar. Tarde o temprano -dice- tienen que darse cuenta".

De momento, opina, "no estamos entre las prioridades, o quizá no se calibra desde la política que, de seguir así, esto puede no tener una vuelta atrás. Yo no creo que ningún gobierno quiera esto, ni tampoco encontrarse con una situación de crisis, pero la diferencia está en cómo afrontarlo".

Como director de las galas de finalistas, Pina afirma que la Academia "nunca ha planteado galas políticas, y mucho menos, polémicas, siempre hay un guion que se puede leer con mucha antelación", pero también apunta que "lo que no se puede evitar es que cada uno diga lo que considere al recoger un premio".

Cree que desde la gala de los Goya de "no a la guerra" se le tiene "demasiado miedo", pero esto, dice, "ocurre en cualquier sitio donde dejes libertad para decir lo que uno quiera".

"El talento nunca es dócil, hay que pelear con ello, gestionarlo, y se da en gente que quiere vivir sus opiniones en libertad y pasa igual en el cine americano; ni Tim Robbins ni Clint Eastwood están denostados por sus ideas, son grandes profesionales, los dos pelean por su industria y a los dos se les respeta. Aquí...siempre estamos mezclando", critica.

Aunque aún es pronto para hablar de la próxima gala de los Premios Goya, la 28, que se encuentra en fase de "empezar a pensar", Pina ironiza con humor que "este año todavía tenemos películas, y todavía tendremos Goyas; ya veremos en el futuro qué pasa. Si terminamos de arreglar las cosas y tenemos una ley que nos ayude, se seguirá produciendo", augura.

De momento, dice, su corto plazo es "sobrevivir, conseguir no dar la impresión de dar un paso atrás y mantener una Academia que ha conseguido una credibilidad y un prestigio profesional del que estamos bastante orgullosos".

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