El Gobierno 'maquilla' los datos de paro con contratos a gogó para funcionarios

  • El empleo en el sector público crece más que en el privado en tasa anual desde hace ocho trimestres, coincidiendo con la desaceleración del PIB.
empleo publico privado
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La Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre ha confirmado lo que ya venían advirtiendo los registros mensuales de paro y afiliación a la Seguridad Social: el frenazo de la economía se ha trasladado al mercado laboral con mucha más intensidad y mucho antes de lo que esperaban los analistas. Pero no solo eso. Dejó un mensaje clave sobre el tipo de empleo que se está creando en España: los puestos de trabajo generados entre julio y septiembre se repartieron prácticamente a partes iguales entre el sector privado y el público, con lo que los funcionarios salvaron la cara de una EPA que dejó constancia del miedo de los empresarios a apostar por la contratación en un momento de inestabilidad política e institucional sin precedentes.

La incertidumbre sobre lo que pueda suceder en los próximos meses es máxima. La guerra comercial y el Brexit en el panorama internacional, la crisis catalana y la formación de Gobierno en España, entre otros factores como la caída del consumo o el repunte del ahorro de las familias, están provocando un recelo entre los empresarios que recuerda a tiempos de crisis. Así lo refleja el Índice de Confianza Empresarial que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que revela que el 20% de los encuestados son pesimistas sobre la marcha de su negocio en el cuarto trimestre y más del 15% prevén recortar plantilla.

Las perspectivas no son nada halagüeñas y el mercado de trabajo ya está radiando las malas señales. Es cierto que este verano bajó el paro y subió la ocupación, pero en ambos casos lo hizo con menor intensidad que en el mismo periodo de los últimos siete años. No son buenas noticias. Además, el 49% del empleo creado en el tercer trimestre de 2019 se corresponde con el sector público: 34.200 puestos de trabajo de un total de 69.400 nuevos ocupados. Mientras, el sector privado creó apenas 1.000 empleos más que las administraciones, unos 35.200 en total.

Esta proporción es "preocupante" para Carlos Martínez, presidente de IMF Business School, quien recuerda que el empleo generado en el sector público es "mucho menos productivo" que el que crea el sector privado. Las consecuencias para la actividad económica, por tanto, son importantes. Sobre todo si se abre el foco y se observa que el empleo en las administraciones públicas crece con más fuerza que en las empresas privadas desde hace dos años, coincidiendo con la fase de desaceleración de la economía. En concreto, la tasa de variación anual de la ocupación en el sector público ha sido superior a la del privado en los ocho últimos trimestres, según revela la serie histórica de la EPA.

Esta evolución mantiene en alerta a los analistas, que insisten en que "estamos manteniendo la economía a base de gasto público", tal y como recuerda Martínez. De hecho, los últimos datos avanzados por el INE sobre el desempeño del PIB en el segundo trimestre dejan claro que la demanda interna, que había sido el principal motor de tracción en los últimos años, se ha deteriorado de manera significativa, mientras el sector público, sumido en un constante ciclo electoral, y la demanda externa tiran ahora de la economía. 

Hay que recordar que a menos de un mes de las elecciones del pasado 28 de abril el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó la mayor oferta de empleo público para la Administración General del Estado (AGE) en más de una década, con 33.793 plazas. Ya en 2018 había aprobado una megaoferta de 23.156 plazas. Sin embargo, para el economista Javier Santacruz "la recuperación del empleo público está siendo demasiado fuerte, porque va más allá de las tasas de reposición que se preveían en los planes presupuestarios y tiene bastante que ver con la generación de puestos de trabajo en comunidades autónomas y ayuntamientos".

Si se echa la vista atrás, el conjunto de las administraciones (Central, Seguridad Social, CCAA, Ayuntamientos, empresas e instituciones públicas...) cuentan ahora con más de 3,2 millones de efectivos, frente a los 2,9 millones de 2007, antes de la crisis. Si bien a la Administración le faltan unos 80.000 ocupados para volver a tocar el máximo de 3,3 millones que se alcanzó en el tercer trimestre de 2011, en plena recesión, lo cierto es que en comparación, la plantilla pública se ha recuperado mejor que la de asalariados de empresas del sector privado, donde se contabilizan 13,5 millones de ocupados, lejos de los 14,1 millones que había antes de la crisis, siempre según la EPA.

La economía, en fase de desaceleración

Santacruz relaciona el mayor avance en términos proporcionales del empleo público frente al privado durante los últimos dos años (en concreto, ocho trimestres) con el menor crecimiento de la economía: "Aunque no se puede hablar directamente de causa-efecto, durante los periodos de desaceleración suele crecer más el empleo público". No hay que olvidar que a partir del cuarto trimestre de 2017 el PIB entró paulatinamente en barrena y pasó de crecer al 3% a aproximarse a tasas anuales cada vez más cercanas al 2%, que es el nivel actual.

De cualquier manera, lo que a estas alturas ya es evidente para los expertos es el frenazo del mercado laboral. Ninguno de los analistas consultados por La Información esperaba una EPA tan negativa. Tampoco Andreu Cruañas, presidente de la patronal de agencias privadas de colocación Asempleo, para quien las dinámicas del mercado de trabajo"se están desacelerando más rápidamente de lo esperado". Para Martínez los datos que dio a conocer el jueves el INE suponen un auténtico "descalabro". Y lo peor, dice, está por venir. "En el cuarto trimestre la tasa de paro volverá a subir por encima del 14% y, dependiendo del resultado de las elecciones generales del 10 de noviembre y de las políticas que se apliquen después, el bache que atraviesa el mercado laboral puede convertirse en un socavón", advierte.

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