Solo el 7% de los mayores de 65 está ocupado

El futuro de las pensiones choca con el 'edadismo' y el paro después de los 55

Los desempleados mayores son víctimas de las prejubilaciones, 553.000 están parados y para 418.000 la única salida es el subsidio. Los empleadores creen que tienen conocimientos obsoletos y muchas bajas.

Los trabajadores mayores de 50, la esperanza de algunas empresas
El pesimismo es un freno importante para este colectivo a la hora de buscar trabajo.
EFE

El futuro de las pensiones, que se pretende garantizar desincentivando la jubilación anticipada y alentando el retiro tardío de los trabajadores, tiene en el desempleo de larga duración entre los mayores de 55 años y en el 'edadismo', los prejuicios y discriminaciones en el mercado laboral hacia a diversos colectivos por su edad, sus peores enemigos. Llevan años cotizando, como mínimo para conseguir una pensión contributiva, pero sus carreras laborales se frenaron con las crisis y en un mercado de trabajo que se fija demasiado en la edad y en el ahorro de costes. 

La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año muestra que 553.000 trabajadores de más de 55 años de edad se encontraban en paro en ese periodo, un porcentaje que ronda el 16% de todos los desempleados y en el que las mujeres son protagonistas. Junto a esto, el desempleo de larga duración -más de un año sin trabajo- es especialmente alto en este colectivo, con porcentajes que rebasan el 50% para los que tienen entre 50 y 59 años y más del 60% para los que cuentan con más de 60 y menos de 65. Ya representan uno de cada cuatro del total de desempleados con más de doce meses en esa situación.

Los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) muestran que la tasa de actividad de los que tienen más de 65 años -la edad oficial de retiro con 37 años y meses cotizados- apenas es de un 7%, frente al 27% que de media tienen los países desarrollados. Trabajar más allá de los 65 años se ha convertido en un misión casi imposible, que requiere un cambio radical de mentalidad e importantes inversiones e incentivos.

Víctimas de prejubilaciones y EREs

También son las víctimas de las prejubilaciones y de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), que se hacen en función de la edad sobre todo en las grandes compañías, con el visto bueno de empresarios y sindicatos. Más de 30.000 trabajadores saldrán de las grandes empresas en los próximos meses dentro de las políticas de recortes de personal que activan de forma periódica. La media de edad de las prejubilaciones está entre 56 y 63 años, otro muro más para la reforma de pensiones que ha diseñado el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá.

Mientras, la experiencia personal y profesional es una de las bazas de este colectivo para permanecer o reincorporarse a la vida laboral, pero la falta de cualificación tecnológica y, sobre todo, su reticencia a los cambios y variar su forma de trabajo y los salarios, que de media superan los 28.000 euros en edades entre 50 y 59 años, frente a los 8.400 euros anuales de un menor de 20 años o los 13.000 de los trabajadores con más de 20 años y menos de 25, juegan en su contra en un mercado cada vez más competitivo y en constante transformación. 

El informe anual de la Fundación Adecco 'TuEdadEsUnTesoro: mayores de 55 años en el mundo laboral' destaca las dificultades a las que se enfrentan estos trabajadores, en un mercado laboral en el que nada menos el 83% de los responsables de Recursos Humanos no han contratado en el último año a empleados mayores. Cuatro de cada diez responsables de las empresas admiten que la edad les genera dudas, porque consideran que tienen dificultades para adaptarse y para ocupar determinados puestos, mientras que un 45% afirma que no ha tenido oportunidad de contratar a 'seniors', al no haber recibido candidaturas de este grupo de edad. 

Tres de cada cuatro reclutadores creen que sus conocimientos estarán obsoletos, tendrán menos flexibilidad -60%- o no encajarán en un entorno laboral predominantemente joven. El miedo al absentismo y las bajas por enfermedad también pesa mucho entre los empresarios a la hora de contratar. La edad aumenta el número de bajas y su duración y, en el caso de mayores de 55 años hasta los 65, las incapacidades temporales aumentan un 24% y una de cada tres dura más un mes. 

El pesimismo también se convierte en un freno importante para este colectivo a la hora de buscar trabajo. El 90% opina que su edad le perjudica a la hora de encontrar un empleo y admite sentir inseguridad cuando acude a las entrevistas de trabajo. De hecho, un 58% considera que no podrá volver a trabajar nunca.

Las ayudas, el último recurso

Junto a esto, hay 418.000 personas mayores de 52 años cobrando el subsidio de desempleo y todos ellos cumplen los requisitos para jubilarse -excepto la edad-. La ayuda apenas supone 452 euros mensuales hasta que encuentren un empleo o se jubilen y siguen cotizando a la Seguridad Social -un aspecto muy importante de este subsidio-, pero la prestación, aunque es compatible con el Ingreso Mínimo Vital (IMV), es claramente insuficiente.

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia enviado recientemente a Bruselas, pasa de puntillas por la situación que viven los mayores en el mercado laboral, y hace hincapié especialmente en los trabajadores con discapacidad y en los jóvenes, otro de los colectivos especialmente afectado por el paro y cada vez se incorpora más tarde al mercado, extremadamente preparados pero sin experiencia alguna.

El Gobierno aboga por eliminar los obstáculos legales o de otro tipo al mantenimiento voluntario de los trabajadores mayores en el mercado de trabajo y de diseñar políticas activas dirigidas a evitar la discriminación de este tipo de trabajadores o 'edadismo' para hacer sostenibles las pensiones con su trabajo y más años de cotización, y menos cobrando la prestación. Además, apuesta por el reforzamiento de los programas de recualificación y ayuda para evitar que sean expulsados del mercado laboral.

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