Las redes sociales son una plataforma excepcional para vender y llegar a un mayor público. Filip Tysander ha conseguido publicitarse entre los más jóvenes, internacionalizar su empresa y multiplicar su valor. Fundó una marca de relojes en su país, Suecia, con 24.000 dólares hace 8 años y ahora tiene un valor de 200 millones.
Filip Tysander nació en Suecia hace 33 años. Al terminar el instituto decidió viajar y recorrer el mundo. En Australia, de casualidad, conoció a un viajero que le llamó la atención. El hombre era "un intrigante caballero de origen británico, un personaje de estilo impecable y sin pretensiones", como así lo describe en su página web la propia marca. En concreto, se fijó en su reloj, un Rolex clásico, de estilo vintage y con correa desgastada. Este encuentro casual fue la inspiración de Tysander para fundar su empresa de relojes, a la que decidió llamar con el mismo nombre que el intrigante caballero, Daniel Wellington.
Sin embargo, antes de triunfar con esta marca tuvo varios altibajos. A su vuelta de Australia desempeñó varios trabajos y fracasó con dos empresas online que había fundado. En 2011, con 24.000 dólares que tenía ahorrados de los negocios anteriores, fundó la empresa definitiva que le cambió la vida. Comenzó poco a poco, a través de la página web vendía relojes cuyas correas fabricaba en China.
Pronto comenzó a despegar. Ofrecía relojes con un diseño elegante, buena relación calidad precio y, además, fue pionero en redes sociales. Tysander supo venderse a través de los nuevos modelos de publicidad y explotó nuevas estrategias de marketing. Sus principales valedores fueron los influencers que a través de sus perfiles daban a conocer la marca. Así, En 2014, Daniel Wellington vendió más de un millón de unidades y alcanzó $ 70 millones en ventas y para 2015, los ingresos se dispararon a $ 170 millones, según recoge 'Nordic Business Insider'.
En 2017, Daniel Wellington fue nombrada la compañía de más rápido crecimiento en Europa. El auge de su marca ha llevado a Tysander a gestionar una fortuna de 200 millones de euros. A pesar de que mantiene un perfil discreto, se sabe que en 2016 compró el ático más caro de Estocolmo, valorado en 12,8 millones de dólares (14,5 millones de euros).
Tysander apostó por las redes sociales como su principal modo de publicidad. Así, no sólo ha conseguido el éxito en su país sino que se ha internacionalizado y en la actualidad trabaja en más de 25 países, entre ellos en España. En nuestro país, muchas de las 'instagramers' más seguidas lucen estos relojes e, incluso, organizó un viaje a Estocolmo con algunas de ellas.
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