Empresas catalanas miran con expectación a Argentina tras la expropiación YPF

  • Las empresas catalanas con intereses en Argentina están expectantes ante la situación creada por la expropiación del 51 % de YPF perteneciente a Repsol por parte del Gobierno de Cristina Fernández, aunque de momento no se plantean desinversiones.

Barcelona, 18 abr.- Las empresas catalanas con intereses en Argentina están expectantes ante la situación creada por la expropiación del 51 % de YPF perteneciente a Repsol por parte del Gobierno de Cristina Fernández, aunque de momento no se plantean desinversiones.

El grupo de infraestructuras Abertis tiene el control de la argentina Grupo Concesionario del Oeste (GCO), con un 48 %, que el año pasado aportó 58 millones de euros en los ingresos consolidados del grupo y 17 millones al Ebitda (resultado bruto de explotación).

Además, el grupo tiene un 35 % de Ausol, pero es una participación financiera.

Un portavoz del grupo ha explicado a Efe que más allá de asistir con "cierto estupor" a lo que ha pasado con YPF, Abertis tiene poca presencia en el país suramericano.

Durante los años del "corralito" argentino, Abertis vio como el Gobierno argentino congeló las tarifas de las autopistas, lo que les afectó negativamente, pero, en los últimos años "a través de mucho diálogo" la situación se ha reconducido y han podido aplicar algunos aumentos tarifarios que han estabilizado la posición allí.

Argentina apenas supone el 0,5 % del beneficio bruto de explotación de Gas Natural Fenosa, en concreto 27 millones de euros del Ebitda de la multinacional energética, que en 2011 alcanzó los 4.645 millones de euros, según fuentes de la compañía.

La exposición de la multinacional en este país es bastante pequeña, ya que el negocio del grupo es mucho mayor en otros países latinoamericanos, como Brasil, Colombia o México.

La compañía, uno de cuyos principales accionistas es Repsol, con un 30 %, está negociando con la administración argentina "la aplicación de un nuevo marco tarifario", una negociación habitual en las actividades reguladas, según fuentes de Gas Natural.

Comsa Emte está presente en Argentina desde 1994 con una filial dedicada principalmente a la renovación de la infraestructura ferroviaria y, según ha indicado un portavoz de la empresa a Efe, el grupo está tranquilo y continúa desarrollando su trabajo de manera normal en un mercado "importante" para la compañía.

En declaraciones a Efe, el profesor de IESE José Ramón Pin Arboledas ha explicado que Argentina siempre ha sido un país de "alto riesgo político" y que lo que ha pasado con YPF ha sido un "golpe de efecto populista" y hasta que no necesite otro, no pasará nada más.

Pin ha sido contundente al asegurar que él nunca aconsejaría una inversión fuerte en Argentina y ha dicho que hay países como Colombia, Brasil, Chile o Perú que "son mucho más fiables".

Según Pin, el partido peronista es un partido con un sistema muy difícil de entender para los extranjeros y que tiene altas dosis de populismo y nacionalismo.

Pin ha apuntado que hay tres tipos de empresas, las extractivas, como mineras o petroleras, las que tienen tarifas reguladas, como telefónicas o eléctricas, y las empresas financieras, que pueden tener las "naturales" tensiones con el gobierno porque hay intereses contrapuestos.

La papelera Miquel y Costas es otra de las empresas catalanas presentes en Argentina, donde tiene una fábrica desde hace 35 años, por lo que la empresa ha vivido situaciones de todo tipo y ahora está a la expectativa, como otras empresas catalanas, entre ellas Freixenet, Codorniu o Cirsa, que también están presentes en el país.

Otras empresas, como Aguas de Barcelona (Agbar), decidieron salir del país debido a los problemas que tuvieron y, en el caso de Agbar, todavía tienen pendientes de cobrar entre 200 y 300 millones de dólares, según cálculos de la empresa, de la indemnización por incumplimiento al rescindir el contrato.

El conseller de Empresa y Empleo, Francesc Xabier Mena, ha dicho hoy a los periodistas que las 60 empresas catalanas que operan en Argentina mantienen su actividad en el país y, de momento, no se plantean desinversiones.

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