Encuesta del Banco de España

El plan del Gobierno 'pincha': la mayoría de empresas recela de los ERTE y el ICO

encuesta bde
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La mayoría de los empresarios suspenden el planteamiento económico adoptado por el Gobierno en esta crisis sanitaria. Es la principal conclusión de una encuesta realizada por el Banco de España e incluida en el último estudio de impacto de la pandemia del coronavirus en la economía española. Un termómetro que revela, entre otras cuestiones, que la única medida vista con buenos ojos por más de la mitad de las empresas es el aplazamiento de las deudas tributarias, tal y como ha venido exigiendo la patronal desde el principio de esta crisis. Mientras, otras herramientas como los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) simplificados o los créditos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) son consideradas como útiles por menos del 40% de los empresarios encuestados.

La encuesta, realizada por el supervisor bancario en base a las respuestas de 133 empresas colaboradoras habituales de la Central de Balances, la han contestado compañías con un tamaño medio relativamente grande, con plantillas medias de 241 empleados, aunque se incluyen un 10% de empresas menores de 50 trabajadores y un 42% de firmas de entre 50 y 249 trabajadores. En términos generales, la información recopilada en una amplia representación sectorial del tejido productivo, "muestra la elevada intensidad del impacto de la perturbación sufrida", según destaca el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos.

La foto que deja es desoladora: aproximadamente el 80% de los empresarios declara una reducción de su actividad como consecuencia de la crisis sanitaria, mientras que algo más del 9% registra un aumento. En el resto, la actividad se mantiene constante. Entre las sociedades que declaran haber visto reducida su cifra de negocio, las caídas son especialmente intensas y superan el 60% en cuatro de cada diez respuestas. Se constata un desplome generalizado por sectores, pero mucho más acusado en la rama de los servicios, los más afectados por las restricciones asociadas a la declaración del estado de alarma.

Y las perspectivas tampoco son nada halagüeñas. El empresariado no oculta su preocupación por la herida que va a dejar esta crisis en sus negocios una vez se levanten las medidas de restricción a la movilidad. Según las respuestas recopiladas por el BdE hasta el pasado 8 de abril, antes de conocerse la nueva prórroga del estado de alarma hasta el día 9 de mayo, alrededor del 65% de las empresas prevé una actividad inferior o muy inferior tras la finalización del confinamiento y menos de un 5% es optimista sobre el futuro de su negocio. 

El banco central también analiza la percepción de los empresarios acerca del grado de utilidad tanto de las medidas de política económica adoptadas. Y aquí es donde 'pincha' el Gobierno. La única medida que es vista como "relevante" o "muy relevante" para hacer frente a esta crisis por más de la mitad de las empresas (en concreto, por el 70%) es la relativa a los aplazamientos de deudas tributarias, una de las últimas puestas en marcha tras las presiones de las patronales. El resto del paquete económico aprobado por el Ejecutivo no logra recoger un porcentaje del 50% de respaldo en ninguno de los casos.

Menos del 40% ve relevantes los 'ERTE exprés'

Llama la atención que la flexibilización de los ERTE, la medida estrella del plan de choque gubernamental impulsada por la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, para mantener el empleo y evitar despidos, es valorada como relevante por menos del 40% de los empresarios, proporción que, como es lógico, sube ligeramente por encima del 45% en las compañías que han registrado caídas de la actividad, pero que en ningún caso alcanza la mitad de las respuestas. De manera que la mayoría de las sociedades no ven esta herramienta como relevante a la hora de superar este socavón económico.

En este sentido, las patronales llevan semanas pidiendo en la mesa de diálogo social al Ministerio de Trabajo mejoras en los ERTE. Según explican fuentes de la patronal, buscan mecanismos para poder convertir los ERTE por causa de fuerza mayor en ERTE por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción cuando finalice el estado de alarma, ya que prevén que en muchos sectores la recuperación va a ser lenta y va a ser imposible mantener las plantillas. Díaz se ha abierto a explorar soluciones y fuentes de su departamento confirman que habrá modificaciones en alguno de los próximos consejos de ministros.

Por otro lado, solo un tercio de las empresas ve útil la línea de avales y garantías públicas y la línea de financiación del ICO, los préstamos bancarios avalados por el Estado de los que hasta ahora se han movilizado 40.000 millones de euros de los 100.000 millones prometidos en marzo. En este punto, el supervisor destaca que "las compañías más pequeñas, que declaran una mayor preocupación por las dificultades de liquidez, perciben una mayor utilidad de los instrumentos de avales y préstamos del ICO en comparación con las sociedades más grandes".

Apuesta por el teletrabajo

Más allá de la valoración que hacen los empresarios de los instrumentos públicos puestos a su disposición para capear esta crisis, cada empresa ha adoptado su propia estrategia de supervivencia. Y aquí destaca por encima de todo el teletrabajo, una opción preferida por el 80% de los encuestados. Lo que habría permitido "que la actividad empresarial no se hubiera resentido en mayor medida", destacan los técnicos del BdE. En cambio, las estrategias dirigidas al ajuste de los costes de producción han sido especialmente utilizadas por las compañías cuya actividad se ha visto dañada por la crisis y que han tenido que contener sus costes laborales suspendiendo contratos a través de ERTE (en el 40% de los casos) y paralizando nuevas contrataciones (en más del 50%). 

En paralelo, "parece haberse hecho un uso reducido de la posibilidad de realizar ajustes salariales", indica el supervisor. Además, la adaptación a la crisis ha incluido la paralización de inversiones ya planificadas y la reducción de otros costes no laborales, estrategias citadas, respectivamente, por el 50% y el 40% de las empresas que han visto disminuir su actividad. Por ramas de actividad, las estrategias empleadas para hacer frente a esta crisis son similares, aunque las empresas de servicios declaran estar haciendo un mayor uso de los diferentes cauces para reducir sus costes, tanto laborales como no laborales, en coherencia con la mayor intensidad del hundimiento de su actividad.

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