Enagás pide que el coste de las renovables “no contamine” al resto de sectores energéticos


El presidente de Enagás, Antonio Llardén, admitió hoy en el Foro de la Nueva Energía que le “entusiasma poco” la idea de que el coste de las primas a las renovables se reparta entre todos los consumidores energétcos (el conocido como “céntimo verde”). Pidió, por ello, que el coste de estas energías “no contamine” a los demás sectores energéticos.
En su intervención en el encuentro informativo, organizado por Nuea Economía Fórum, Llardén aludió al acuerdo que la Subcomisión de Energía del Congreso alcanzó el miércoles por la noche en torno al mix energético para 2020. Según comentó, se trata de un “acuerdo inicial” pero que constituye “un primer paso muy positivo hacia el necesario consenso, que probablemente no se podrá lograr de golpe, pero sí en el tiempo”.
“La política energética no puede variar según el ministro o la coyuntura política. Hay que definir un mix estable para los próximos 20 años, con un amplio consenso que sólo se revise cada seis o más años”, dijo.
En este sentido, incidió en la importancia de cortar el déficit eléctrico y de establecer un sistema de primas a las renovables “que sea coherente con la competitividad y el esfuerzo inversor del conjuto del sector, no contaminando a otros sectores”. “Centrémonos en solucionar este problema, sin que se extienda a otros”, dijo.
En su opinión, “no podemos debatir el mix energético partiendo de lo que nos gusta más” y es necesario liberar este debate de ideología y poner sobre la mesa “cuán verdes queremos ser y cuánto estamos dispuestos a pagar por ello”.
Llardén apostó por no excluir del mix ninguna fuente de energía. “Hay que tener carbón”, al menos una pequeña parte, porque “es estratégico y muchos países van a seguir quemando carbón”. Además, “no podemos prescindir de la nuclear”, que debe mantenerse con un peso del 18-19% (en línea con otros países, como Reino Unido y Estados Unidos). Eso significa que “no hay que construir centrales a corto plazo, pero sí mantener en vida todas las que tenemos, siempre que estén en condiciones seguras”.
A este respecto, recordó que, dado que en España “tenemos ocho sitios donde se ha aceptado tener una central, vamos a cuidarlos y no nos rompamos la cabeza buscando nuevos emplazamientos” para futuras centrales, “cuando ahí ya está socialmente aceptado”.
Llardén también se mostró partidario de impulsar las fuentes renovables y, lógicamente, el gas, energía capaz de dar respaldo a las fuentes limpias, dada la poca flexibilidad de su funcionamiento (que depende de las circunstancias meteorológicas).
“Las renovables existen porque está detrás el gas dándole respaldo”, sostuvo el presidente de Enagás.
PRIMAS RENOVABLES
Para Llardén, “si es necesario primar alguna fuente de energía", deberíamos “distinguir entre una fase inicial y una de madurez”, ya que todas las renovables “no pueden tener las mismas reglas de juego”.
Además, consideró que las subvenciones deberían estar sujetas a concurso y que los productores de renovables tendrían que ser capaces de negociar con otras fuentes (como ciclos combinados) un respaldo capaz de garantizar el suministro en aquellas horas en las que no estén funcionando.
Además, Llardén valoró que, si bien como principio general las renovables han de tener prioridad sobre el resto de las energías, este principio “tal vez debería estar sujeto a alguna restricción”.
Llegado este punto, denunció que “no tiene sentido económico” desaprovechar las inversiones realizadas en ciclos combinados y tenerlos “a medio gas” para dar salida sólo a la energía renovable.
“Creo que para hablar de un mix es absolutamente indispensable tener renovables, pero dentro de una ecuación económica. Tenemos 25.000 megavatios (MW) de ciclos combinados, maquinaria nueva y disponible para funcionar, que tienen que ser compatibles con las renovables, porque es un parque nuevo y eficiente”. “No tiene sentido que se operen” esos ciclos combinados “sólo al 33%. No puede ser. No tiene sentido económico. Hay que hacer un esfuerzo en renovables, pero hacerlo compatible con lo que tenemos, y con lo que podemos o queremos gastar”, insistió.
A su juicio, de este modo “el peso de las energías y la inversión” que se hace en ellas “han de estar ligados”.
Finalmente, se decantó a favor no de que se pongan incentivos al gas, sino de que “el esquema permita que estas plantas funcionen en línea con lo que se había pensado”, dijo.

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