Una de las principales condiciones que imponen los fondos NextGeneration es la conversión de la inversión necesaria para acometer proyectos multimillonarios en empleos sostenibles y adecuados a la nueva realidad económica surgida tras la pandemia. Pese a que cada Plan Nacional remitido a Bruselas debe ajustarse a los objetivos generales marcados en el Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia (MRR), lo cierto es que la Comisión ha señalado siete áreas destacadas por su potencial para la creación de empleo y crecimiento por su aprovechamiento en el deseado proceso de transición energética y también digital.
Estas son: la puesta en marcha de tecnologías limpias y aceleración del desarrollo y el uso de energías renovables, la mejora de la eficiencia energética de los edificios, el fomento de tecnologías limpias para acelerar el uso de un transporte sostenible, accesible e inteligente, el despliegue rápido de servicios de banda ancha rápida en todas las regiones y hogares, incluidas las redes de fibra y 5G, la digitalización de la Administración y los servicios públicos, el aumento de las capacidades industriales en materia de datos en la nube y desarrollo de los procesadores de última generación y sostenibles, la adaptación de los sistemas educativos en apoyo de las competencias digitales y la educación y formación profesional a todas las edades.
Gracias a estas directrices las empresas están presentando sus proyectos dirigidos a obtener fondos para la financiación de los mismos. En el caso de las energéticas, Endesa ha priorizado la creación de empleos recogida en la última recomendación de la Comisión para alcanzar un volumen de inversión de 23.000 millones de euros con 122 proyectos que optarán a los fondos europeos. La mayor parte de los mismos se centran en energías renovables, redes inteligentes, transporte sostenible, rehabilitación de edificios y eficiencia energética, hidrógeno verde, almacenamiento y mecanismos de flexibilidad y reconversión de las centrales de carbón, como las de Teruel y Pego (Portugal).
El reparto geográfico de las iniciativas cubre todo el territorio peninsular para los que destinará 20.655 millones, distribuidos en 19.918 para la España Peninsular y 727 millones para Portugal. Por su parte, 26.555 millones se destinarán, en caso de ser aprobados, a los territorios extrapeninsulares, dando cobertura de esta forma a toda la red energética del país. La compañía estima que todos estos proyectos redundarán en la recuperación completa de España, "con la creación de 214.000 puestos de trabajo acumulados y unas reducciones de emisiones estimadas en 13,6 millones de toneladas de CO2 al año", como anunció José Bogas, consejero delegado de Endesa, durante la última Junta General de Accionistas celebrada en abril.
Para Bogas la presentación de los 122 proyectos es una muestra clara de que serán "sin lugar a dudas, uno de los principales inversores industriales en España durante los próximos tres años y un motor clave en la recuperación económica". En cuanto a la tipología de proyectos destacan los de renovables, con 8.188 millones de euros, almacenamiento y flexibilidad, 4.560 millones en redes inteligentes, 3.727 millones repartidos en 2.542 para la automatización de la red y 1.185 a mejoras operativas, hidrógeno renovable, 2.955 millones, y, por último, rehabilitación de edificios y eficiencia energética, que contarán con una partida presupuestaria prevista de 2.192 millones. Pese a que el plan incluye el cierre de centrales térmicas, se mejorarán las plantas de generación eléctrica ya existentes con 865 millones, el transporte sostenible, con 793 millones y 21 millones que serán destinados al reciclaje, principalmente de palas de aerogeneradores y baterías eléctricas, fomentando de esta manera la economía circular.
Empleos en las zonas desfavorecidas
El principal reto de Endesa para poder cumplir la cifra de 214.000 empleos prometida es la recuperación de la actividad económica en aquellas zonas que 'paguen' el cierre de las centrales más contaminantes, como es el caso de la central de carbón de Andorra. Para estas zonas la compañía destinará 4.500 millones de euros en los próximos años destinados a financiar actividades de renovables e hidrógeno verde en estos territorios.
La central de Andorra en Teruel prevé instalar 1.725 MW renovables con una inversión de 1.487 millones de euros. Sólo este plan creará 1.000 empleos al año durante los próximos cuatro. Por su parte, Compostilla (León) desarrollará 780 MW gracias a 600 millones de inversión y As Pontes (A Coruña) sustituirá sus 1.468 MW térmicos por otros 1.505 renovables durante seis años en los que creará 1.250 empleos fijos directos anuales en los seis años de trabajos que requerirá construir las nuevas instalaciones.
En Andalucía, Almería saldrá especialmente beneficiada. Se prevé destinar 1.200 millones de euros para la instalación de 1.520 MW de potencia solar y eólica, creando 700 empleos directos. El hidrógeno verde será el otro gran centro creador de empleos. El esfuerzo estará repartido por todo el territorio nacional, si bien el de As Pontes, que también albergará el futuro centro eólico de Endesa, será el más avanzado de los 23 con los que el grupo contará para toda España.
“Endesa ni se va ni se desentiende de los lugares donde ha estado presente durante décadas y que son parte de nuestra historia. Permaneceremos con nuevas formas de trabajo, con un modelo sostenible en el tiempo y con un modelo de transición justa focalizado en no dejar nadie atrás”. Así expresaba el consejero delegado de la compañía su apuesta por la creación de empleo local. Sin embargo, la vorágine inversora está condicionada a la financiación de estos proyectos por parte de la Administración nacional, encargada de la gestión de los fondos europeos y de presentar a Bruselas los proyectos. A los 122 proyectos de Endesa se suman los 125 de Iberdrola, 100 de Naturgy y los 30 de Repsol, que son las compañías con mayor volumen de financiación, lo que convierte al energético en el sector más competitivo en la caza y captura de los fondos ‘NextGeneration’.
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