Los españoles vuelven a endeudarse pese a las duras condiciones de los préstamos

  • La recuperación económica, el crecimiento del PIB y la creación de empleo están teniendo diferentes consecuencias y cambios de tendencias.
cartera con billetes y tarjetas
cartera con billetes y tarjetas
Pixabay

Durante la crisis económica, los españoles se centraron en pagar sus deudas por lo que se redujo la concesión de préstamos. Además, las entidades endurecieron las condiciones de acceso a estos créditos lo que ayudó a que se redujera el endeudamiento de las familias. Si en el año 2013 la amortización neta suponía más de 46.000 millones de euros en préstamos, en el 2017 apenas supuso 810 millones de euros, según el Banco de España.

Sin embargo, estos últimos meses ha habido un cambio de tendencia. Los Bancos y Entidades Financieras de Crédito conceden más préstamos al consumo y se contratan más tarjetas de crédito, pero también es el ciudadano el que ha ganado más confianza que le lleva a endeudarse más. Este crecimiento en el endeudamiento es de momento tímido, tan sólo 3.063 millones de euros según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero muestra un cambio de tendencia.

Las cifras del Banco de España también confirman estos datos. La deuda de las familias subió un 0,36% en mayo de 2018, hasta los 706.058 millones de euros, lo que supuso 2.575 millones de euros más que el mes anterior, con lo que registró su nivel más alto en lo que va de año.

El ligero aumento de la deuda de las familias en el quinto mes del año se debe principalmente al alza de los créditos destinados al consumo, que se situaron en 180.622 millones de euros, se elevaron un 1,9% a nivel mensual y un 0,7% a nivel interanual.

Crece el endeudamiento a pesar de que los intereses siguen siendo caros

Los criterios de concesión de préstamos para consumo se han relajado en 2018. Esta evolución se habría producido por el lado de la oferta como consecuencia del aumento de las presiones competitivas y de la mejora tanto de las perspectivas económicas generales como de la solvencia percibida de los prestatarios.

“Aunque es normal que se expanda el crédito o se endeude más un país cuando las condiciones económicas mejoran (crecimiento del PIB, descenso del paro, etc.), en España somos mucho más sensibles a los cambios, y al percibir o disfrutar de esta mejora aumentamos nuestras solicitudes de financiación. Si a esto añadimos que se ha abierto más el préstamo (por mayor competencia y mejores condiciones de morosidad), el resultado es este incremento a pesar de tener unas condiciones de financiación muchas más caras”, señala el experto en finanzas de iAhorro.com, Antonio Gallardo.

Con respecto a las peticiones de préstamos (demanda), el ascenso del gasto en bienes de consumo duradero, la mayor confianza de los consumidores y, en menor medida, los menores niveles de tipos de interés habrían sido los principales factores que contribuyeron al incremento de las peticiones. Sin embargo, el ascenso de la financiación interna mediante ahorros y, en menor medida, el mayor uso de otras fuentes de financiación externa habrían afectado en la dirección contraria.

“Sí hemos visto una fase expansiva antes de la crisis financiera. Pero el endeudamiento personal, aunque ha crecido es limitado, incluso el hipotecario, que en la mayoría de las ocasiones es finalista, solo para financiar la compra de la vivienda y no es una herramienta de conseguir fondos como en otros países. Por eso estamos muy lejos del endeudamiento de países anglosajones, por ejemplo. Pero si somos más sensibles, cualquier cambio a mejor o peor en la economía genera movimientos bruscos, o se abre o se cierra el crédito”, apunta Gallardo.

España tiene uno de los tipos más caros a cinco años 

Endeudarse de por sí no es malo, si lo pueden ser las circunstancias y características del endeudamiento y es lo que nos debe poner en alerta. Si analizamos los datos de los tipos de interés medio en los préstamos de 1 a 5 años, que es el más solicitado por los españoles, es donde los diferenciales con los principales países de Europa y con la media de la zona euro son superiores.

Según los datos del Banco Central Europeo, el tipo medio de España de 1 a 5 años (corto plazo) se sitúa en el 8,15% mientras que la media de la Zona Euro está en el 5,09% por lo que su diferencial es el -3,06%, dato que se puede observar en la tabla superior. Este diferencial aumenta hasta el -4,95% en el caso de Bélgica y se reduce hasta el -1.34% con Portugal.

Hasta mediados del 2005 los tipos de los préstamos personales entre España y la Unión Europea se mantenía muy parejos, ligeramente al alza para España. Si embargo, el inicio de la crisis disparó este diferencial salvo en el año 2010 donde volvió a acercarse. Pero a medida que los tipos bajaban en Europa y los datos económicos no eran tan negativos España elevaba sus préstamos. Desde este año han empezado a descender casi todos los meses, pero el margen es más que elevado.

España es el cuarto país con los tipos más altos en el largo plazo

El endeudamiento al largo plazo es más caro en España con respecto a otros países de la zona euro por el riesgo de un crecimiento del endeudamiento en las familias españolas, si bien los diferenciales son más pequeños que con los préstamos a corto plazo (1,92% a largo plazo frente al 3,06% a corto plazo)

Según los datos del Banco Central Europeo, el tipo medio de España a más de 5 años (largo plazo) se sitúa en el 8,49% mientras que la media de la Zona Euro está en el 6,57% por lo que su diferencial es el -1,92%, dato que se puede observar en la tabla superior. Este diferencial aumenta hasta el -4,76% en el caso de Francia y se reduce hasta el -0,43% con Portugal.

¿Por qué a pesar de tener unos tipos tan altos, siguen creciendo la petición de préstamos?

Antonio Gallardo explica que “la subida se debe a que los bancos están ya posicionándose hacia un entorno de subida de tipos. Por eso, con algunas perspectivas de subida rápida por sumarse crecimiento económico más inflación, están endureciendo las condiciones para acceder a los préstamos. La verdad es que sí se tiene claro que los tipos van a empezar a subir, pero no la cuantía de la subida, ya que dependerá de otras variables como por ejemplo que se estabilice el precio del petróleo. Pero con esta subida lo que demuestran los bancos es que no quieren renunciar a su margen porque la demanda es fuerte, saben que, al menos de momento, tienen suficientes peticiones para conceder créditos y la competencia no está “robando” clientes de otros. Por eso las perspectivas de los próximos meses será de subida en los tipos a largo plazo, y pocas variaciones en el corto plazo”.

Un posible problema es que en este 2018 la tendencia a la baja en España ha cambiado y vuelve a ser al alza. Puede ser algo coyuntural o que esté anticipando subidas de tipos aumentando el diferencial (y por tanto su margen) por parte de las entidades financieras.

En préstamos hipotecarios crecerán las peticiones, pero se sigue cancelando en un ritmo algo superior, por lo que de producirse una subida del endeudamiento neto (lo que se pide nuevo menos lo que se amortiza) será mínima o no se producirá. Pensemos que tenemos aún muchas operaciones vivas de antes de la crisis, préstamos que incluso tenían plazos de 35-40 años”, destaca el experto en finanzas de iAhorro.

Ante estos datos, ¿podríamos estar hablando de una nueva burbuja?

“Lo contrario ocurre con los personales, los préstamos de antes de la crisis ya acabaron y el volumen concedido desde el 2008 al 2013 fue bajo, por lo que las nuevas concesiones hacen elevar el endeudamiento. Aun así, no hay cifras alarmantes en general sobre exceso o burbuja, aunque deberíamos estar muy atentos a su evolución”, concluye Gallardo.

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